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IRATXE LÓPEZ
Miércoles, 4 de diciembre 2019
Hay quienes gozan indagando. Convertidos en detectives aficionados buscan novedades, asuntillos desconocidos en los que hurgar. Como sabuesos tras la pista adecuada. Para bien, nada de habladurías. Nos referimos a merodeos culturales, fisgoneos en pos de la singularidad, de lo curioso. El turismo es una ... buena plataforma para estos detectives de rarezas. La comarca de Lea-Artibai es el escenario del crimen. Nada gore, aunque con luz roja de alerta. Una decena de extrañezas en las que resolver la sed de descubrimiento.
(Lekeitio)
Probablemente no lo sepas, pero el retablo que preside el altar mayor de este templo es, por sus dimensiones y policromía, el más importante de Bizkaia y uno de los más destacados de la península. Solo superan su tamaño el de la catedral de Sevilla y el de la de Toledo. Gótico-flamenco de principios del siglo XVI, adorna el edificio diseñado siguiendo el estilo gótico tardío del País Vasco, reconocible en la ordenación en planta, formulación del triforio y planteamiento de la fachada.
(Markina-Xemein)
Tres enormes rocas ocupan casi la totalidad de este templo, tres grandes piedras erguidas hacia el cielo. No es broma. Crean, haciendo corro, una especie de capilla en este lugar plagado de leyendas, donde muchos afirman sentir la fuerza espiritual del Camino de Santiago. Confluyen allí los ríos Artibai y Urko, fuerzas naturales que añaden magia al asunto. El trío de rocas, con más de cuarenta millones de años, se sujeta entre sí, velando la figura del Arcángel San Miguel. Dicen que los mozos que quieran casarse antes de un año han de pasar por debajo de ellas en tres ocasiones.
(Berriatua)
Casas-palacio hay unas cuantas repartidas por nuestra geografía, ésta en concreto proviene del XVIII. El año 1780 fue elegido para su reestructuración integral. La orden la daba Domingo de Ybarra, quien decidió añadir un ornamento novedoso a la fachada. Así nacieron las espectaculares pinturas que muestra hoy en día. Arriba a la derecha, un pueblo con un estanque, casas y árboles. En la parte superior, pero a la izquierda, un hombre montado sobre caballo blanco. Abajo a la diestra, duelo entre caballeros. A la izquierda, la habitación de un palacio. Como un antiguo cómic recuperado.
(Ispaster)
No es el de Don Quijote pero luce blanco como la nieve, similar a aquellos a los que se enfrentaba el alocado hidalgo. El de Ispaster nació en 1729, tras una sequía sufrida en la zona cuando los molinos del río no funcionaban. Según deseo de Pedro Bernardo Villareal de Berriz, azuzado por la ventolera del mar. No duró demasiado, 1745 se convirtió en su fecha de defunción. La maquinaria saldría por la puerta mientras nuevos vecinos entraban al edificio, transformado en vivienda. Diez metros lo levantan del suelo, rematados por un tejado en forma de cono.
(Ondarroa)
Se llamó primero Pasarela de Alfonso XIII, aunque es conocido popularmente como 'Puente de la playa'. Inaugurado el 1 de mayo de 1927, pocos saben que es el único de su clase en España, y uno de los pocos en Europa y el mundo. Su mecanismo de giro consiste en una cremallera circular sobre la que se mueve un piñón, al que se aplica fuerza motriz. Cada maniobra de apertura y cierre duraba dos minutos y permitía a los botes remontar el río en una época en la que el puerto se encontraba alrededor del Viejo Puente. La pasarela suma 23 toneladas de acero, hierro fundido y madera. Dos pilas de hormigón recubiertas de piedra labrada la sustentan para llegar, igual que antiguamente, desde el pueblo a la playa de Arrigorri.
Amoroto
Podría haberla pronunciado tu padre un día de esos en los que pedías demasiado, aunque en realidad la frase «Eguiten badoc bierra jango doc ogia» (Si trabajas comerás pan) aparece como ofrecimiento en la pared de uno de los caseríos más destacados de Amoroto. Aldekoa e Iturraran Bekoa son los reyes de estas construcciones allí, aunque el pequeño municipio cuenta con príncipes de hermosa factura, reliquias del XVIII y XIX que bailan alrededor de un eje central, la plaza con iglesia, frontón, y ayuntamiento –más típico imposible–. Aunque el Medievo quedara como origen de esta zona, mediado el siglo XVIII el barrio fue reconstruido, desplazando los antiguos edificios de madera por otros de piedra con arcos.
(Lekeitio)
Aseguran los expertos que los astilleros del río Lea constituyen el mejor conjunto de Bizkaia y del Cantábrico, en lo que a instalaciones de construcción de barcos al estilo tradicional se refiere. Artesanales, de aquellos en los que se construían y reparaban los navíos con casco de madera a mano, reformaron sus estructuras a finales del siglo XIX y principios del XX. Heredaban así el lugar ocupado por las antiguas instalaciones medievales. El astillero Mendieta, en Lekeitio, tiene categoría de Monumento. Su bloque principal, dividido en tres espacios, está considerado único en Europa.
Ahora distrae a senderistas y sirve para hacer deporte, pero la ruta GR 38 servía en sus orígenes para transportar pescado. Sardinas, besugos y arenques. Frescos, en salazón o ahumados. Plato fundamental en la Edad Media, viajaban sobre todo en invierno al interior de la península, desde Bermeo, Lekeitio y Ondarroa. Conservados en barriles repletos de nieve, aprovechando el fresquito. A la vuelta los carros llegaban repletos de trigo, sal, vinagre y vino de La Rioja, Navarra o Castilla. Así arrancó la comercialización del caldo riojano, más caro y solicitado que el txakoli local. Una parte de este camino, 22 kilómetros, enlaza Ziortza, Bolibar y Ondarroa. Ocho horas y media de pateo para quienes quieran recordar esta historia caminando.
(Ziortza-Bolibar)
Ya que este reportaje va de curiosidades, una capaz de satisfacerse en este monasterio es saber qué tal se descansa dentro de un recinto religioso. Los interesados podrán sentir la espiritualidad del pacífico entorno, esencial para el Camino de Santiago por la costa. La hospitalidad es santo y seña de la vida monástica, incluso los anacoretas del desierto la practicaban, aunque adorasen la soledad. La Regla de San Benito aclara que hay que recibir a los acogidos como a Cristo, tributándoles honor, tanto si son hermanos en la fe, pobres, peregrinos o extranjeros. Una vez instalado podrás admirar este Monumento Nacional compuesto por iglesia, claustro, casa del abad, casas de colonos, dependencias, antiguas casas de canónigos, patio y hospedería.
Web www.monasteriozenarruza.net
(Gizaburuaga)
Topan de nuevo nuestros pasos con Pedro Bernardo Villareal de Berriz, aquel del molino níveo. Él se convirtió en el administrador de esta suma de inmuebles de estilo popular surgida en el XVIII. Modernísima para su época, contaba con ingeniería hidráulica innovadora. Superada la crisis del XIV, los linajes vascos pugnaron por el control económico. Las peleas eran encarnizadas, por eso fortificaron sus viviendas, aquellas casas-torre que el tiempo y las leyes desmocharon más tarde. Los Bengolea, dueños de este pequeño imperio, crearon un molino y una ferrería para mostrar su poderío; una ermita que constataba su religiosidad; y una torre, símbolo de control y protección. Cruzando el puente desde la ferrería se puede acceder al sendero del Lea.
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