![De la Llanada Alavesa a la Montaña](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202002/05/media/cortadas/antonana-U10044836714jqD-U10059407762jEC-624x385@El%20Correo-ElCorreo.jpg)
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iratxe lópez
Jueves, 6 de febrero 2020, 02:28
El itinerario propuesto en las siguientes líneas tiene un nombre fácil, para no olvidarlo. La 'Ruta de los caminos' promete una experiencia evocadora, basada en reconocer tesoros históricos alaveses durante dos jornadas. Partes de un patrimonio cultural que otorgan brillo a la provincia, regusto a ... pasado, a viejas historias y días heroicos. Arranca en Vitoria, donde el objetivo pasa por recorrer las calles del casco medieval. Son varias las joyas de este conjunto, aunque sin duda deslumbra con gracia la catedral de Santa María (s. XIV). Asentada sobre las ruinas de una primitiva iglesia, la también denominada Catedral Vieja, muestra sus líneas sin pudor, igual que la moza que se sabe bella. Cede su porte al turista para maravillarle ante la portada gótica mientras transita por el triforio o conquista sin temor la antigua torre defensiva. Desde esta atalaya la capital parece otra, peinada por tejados que aguijonean el cielo.
Web alavaturismo.eus
Reconoce sus alrededores. Disfruta su almendra medieval rememorando el paso de la Ruta de Santiago hasta toparte con la muralla del siglo XI. Esta construcción defensiva rodeaba la vieja aldea, cuando Gasteiz era solo un puñado de hogares necesitados de guardián para dormir tranquilos. Adéntrate en sus intestinos. Desde el cantón de Las Carnicerías para disfrutar del tramo antiguo; desde la calle Fray Zacarías Martínez para el nuevo. En esta última localización expone también sus paredes La Nevera, muros con aroma a ayer.
Pasa una jornada dando vueltas por la ciudad, revisando cada recoveco de sus entrañas. Al día siguiente espera en la Cuadrilla de la Llanada Alavesa la localidad de Alaitza. Para llegar, sal de Vitoria por el este. Detente en las Termas de Arkaia entenderás cómo se relajaban los vecinos en época del Imperio Romano. Alcanzado ya el pueblo, la cita es con la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que impone su presencia desde el siglo XIII. Atento a las impresionantes pinturas rojizas de su ábside, repletas de escenas bélicas. Es hora de mitos y leyendas, de cuentos sobre luchas y posesiones.
Gazeo espera a pocos kilómetros, con su templo románico. San Martín de Tours es el cofre que contiene uno de los mayores tesoros de la zona, sus asombrosas pinturas murales. Adornan el lugar desde el siglo XIV, para alegrar el día a los amantes del arte y la historia, provocando una amplia sonrisa por cada pared, cada vano repleto de representaciones que deberás de traducir con los ojos.
Hora de detenerse en Salvatierra-Agurain, fundada por Alfonso X El Sabio. Corría el año 1256 y por entonces era solo una pequeña a aldea enclavada estratégicamente, eso sí, entre los dominios de las coronas de Navarra y Castilla. Discurre por sus callejas fijándote en los blasones que adornan los edificios. Husmea cada detalle, incluidos los que proporciona su bien mantenida muralla.
Aconsejamos acabar el día en Zalduondo, donde queda mucho por ver. Premio estrella: el palacio renacentista de los Lazarraga-Amézaga, con su imponente blasón. Actual sede del Museo Etnográfico, ayudará a conocer más la historia y costumbres de Álava, también la Ruta Jacobea a su paso por la comarca. A través de diversos objetos y elementos como mapas, planos, ilustraciones, lápidas y estelas, marionetas, piezas cerámicas y artesanía…
Amanecido el día toca continuar hasta la Cuadrilla de la Montaña Alavesa. En la ruta detente ante el mirador del puerto de Opakua. Continuarás por el Camino Ignaciano para conocer varios regalos. La Ermita de Elizmendi, en Kontrasta, construida parcialmente con lápidas de una necrópolis romana. Templo románico primero, en la cronología del inmueble actual predomina la etapa posmedieval. Muchos creen, incluso ahora, que la tierra donde se encuentra irradia especial energía. De allí sigue hacia la iglesia de San Vicente de Arana, ejemplo del plateresco vasco, con dos retablos mayores superpuestos. Su aspecto actual pertenece sobre todo a la reconstrucción del siglo XVI, aunque conserva restos de la primera iglesia levantada –siglos XV y XVI–, en la cabecera y el tramo del coro.
Más adelante, entre la Sierra de Codes, las montañas de Hornillos, San Cristóbal y la Sierra de Lóquiz se asienta la localidad de Santa Cruz de Campezo. Su sereno paisaje templa el alma. Bosques de hayas, quejigos y robles adornan la naturaleza, a la que se suman restos de antiguos monasterios, molinos y ermitas. En sus casas antiguas resultan inconfundibles las puertas de arco de medio punto y escudos como los que presiden las casas de los Uriarte, Díaz de Antoñana y los Estenegas. Un templo gótico del XVI, la Asunción de Nuestra Señora, muestra el honor de haber sido proclamado Monumento Histórico de Euskadi. Embellece la portada diseñada por Domingo de Guevara entre 1529 y 1552 un arco ojival apeado en seis pares de baquetones finos rematados por capiteles con relieves.
Tristemente llega el final del itinerario, que pisa freno en la villa medieval de Antoñana. Capricho del rey navarro Sancho el Sabio, fue construida en 1182 con el abrazo de una muralla de la que aún quedan restos, cubos y arcos de entrada. El pasado noble de sus gentes se nota en los edificios, que adoran sobre el resto a la iglesia de San Vicente Mártir, antiguo templo fortaleza.
La población conserva intacta aquella antigua estructura, con tres calles paralelas unidas por cantones, callejas y pasadizos que lucen techados de madera. Recorrer la calle Mayor supone caminar hacia el pasado mientras divisas la casa-torre del XVI y la piedra que da cuerpo a los edificios palaciegos, enfrentados a la arquitectura popular y a la memoria.
No por repetirlo resulta pesado. Aunque lo advirtamos cien veces, reservar la visita a la Catedral de Santa María, en Vitoria, es un acto obligatorio si se quiere disfrutar de esta ruta. Si no que se lo pregunten a Ken Follett, que quedó prendado antes las bondades del templo. Es posible realizar varios tipos de reconocimientos de diversa de duración y con guía. Dispuesto a empaparte de historia, arquitectura, arqueología, cultura y arte avanzando a la par que lo hacen las investigaciones de este edificio del que aún queda por restaurar, tras haberse debilitado por problemas de sustentación y deformación. Para contemplar los trabajos en curso, emocionarte y meditar reconociendo las raíces de un edificio histórico. Gracias al recorrido podrás apreciar el inmueble desde la zona de cimentación hasta la torre. Rendir pleitesía a la labra de los tímpanos en una de las mejores portadas del siglo XIV de la península. www.catedralvitoria.eus
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