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Las viviendas se han adueñado la antigua muralla de Labraza. Igor Aizpuru
Excursión por el pueblo amurallado más pequeño de Euskadi

Excursión por el pueblo amurallado más pequeño de Euskadi

La localidad alavesa vecina a Logroño se enorgullece de ser el pueblo amurallado más pequeño de Euskadi, un rincón lleno de pasadizos, plazuelas y bodegas subterráneas

Viernes, 28 de mayo 2021, 00:06

Pequeñita pero matona, así es Labraza. Su principal rasgo: ser la población fortificada más reducida del País Vasco. Mide unos 116 metros por 80 en la zona más ancha. Cuca de verdad, podrás recorrerla en poco tiempo, fotografiar los arcos que cubrirán tu testa, las callejas del diminuto diamante. Resaltarla no es cuestión de orgullo patrio. En 2008 recibió el Premio Mundial de Ciudades Amuralladas al ser considerada una de las mejores en cuanto a conservación del planeta. Ahí es nada. Su trabajo les ha costado a los vecinos, que la miman con dedicación. Tendrás que ir a conocerla, pues, si aún no has pisado su empedrado.

Nacida en el Medievo, la estética militar se eleva sobre 677 metros. Domina así los arroyos Labraza y Valdevarón, escultores de barrancos. Y una magnífica panorámica sobre la cuenca del Ebro. Durante aquellos años había que defenderse, de ahí el aspecto marcial. Después el asunto derivó en mantenerla hermosa por su peculiaridad. Recordar la antigua preponderancia estratégica. Por orgullo. Como objetivo arquitectónico.

En cuanto a su historia, Sancho VII concedió a la villa el Fuero en 1196. Siglos después entraría en la Hermandad Provincial de Álava, concretamente el año 1501. Accederás a ella por la puerta sur para encontrar tres calles estrechas, pasadizos y placitas. La de la Concepción une la entrada con la iglesia. Las de San Miguel y San Roque se extienden creando semicírculos. Por supuesto, también hallarás casas, reformadas o ruinosas, casi todas del siglo XVI, portones en piedra de sillería con arcos de medio punto y un subsuelo plagado de bodegas.

Aires barojianos

Algunos de los hogares fueron antes los cubos de la antigua muralla. El tiempo pasa, la vida evoluciona y los humanos tendemos a ser prácticos. Ocupamos rincones como esos para subsistir. Disfruta los detalles presentes en los cuatro torreones, el alcázar, las almenas, los pasadizos y túneles secretos… El misterio está servido. Revisa las saeteras, pasos de ronda… Las paredes de estas murallas son robustas, engordan dos metros y medio nada más y nada menos. Sentirás que fuera de la localidad fortificada los años han pasado, dentro el reloj se detuvo.

Muros góticos protegen la iglesia de San Miguel, fundida con el recinto defensivo. Del siglo XVI también queda la Fuente del Moro, con su caño y el rostro moruno. Secreto mal guardado, antes disponía de un pasadizo por el que colocarse a través de la ladera sur, probablemente para entrar o salir en caso de asedio. Cuando lo hayas visto todo, rodea la muralla por el exterior, encontrarás un bonito paseo para cambiar de perspectiva.

Asimismo, cerca está el Pinar de Dueñas, cincuenta hectáreas de bosque de pino carrasco, el más occidental de Europa. Siempre te queda observar con placidez el paisaje de viñedos típico de la zona. La sierras de Cantabria y Codés al fondo, guardianas de tranquilidad en estos tiempos de paz.

Como chascarrillo final, algunos aseguran que Labraza inspiró a Pío Baroja la novela 'El mayorazgo de Labraz', perteneciente a la trilogía 'Tierra vasca' junto a 'Zalacaín el aventurero' y 'La casa de Aizgorri'. Otros lo dudan, el paisaje descrito por el escritor apenas se parece. Presente o no en un libro es hermoso.

La torre de la iglesia destaca al fondo de una plaza. Jesús Andrade

Un paseo por Oyón

Labraza es la hija y Oyón-Oion la madre. Ambas esperan al sur de la provincia, dentro de la Cuadrilla Laguardia-Rioja Alavesa. Vecinas de Navarra y La Rioja, tienen como hermana y segunda descendiente a Barriobusto. Gran familia, la matriarca, que espera muy cerca, goza de casas señoriales y blasones en las fachadas. Detente en el palacio del Marqués del Puerto o en la del Conde de Bureta, con torreón de ladrillos, arquitectura cívico barroca del XVIII y escudo cuartelado. No defraudarán. Visita la iglesia parroquial de la Asunción, de portada gótica renacentista. Fíjate en la torre conocida como 'El Giraldón'. Y descubre aspectos de la vida rural con la nevera, levantada gracias a piedras sobrantes de la Iglesia Santa María de la Asunción. Su explotación se sacaba a subasta entre forasteros y vecinos.

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