Escapada con nieve a la cumbre señera de Las Merindades

La subida más sencilla es la que parte desde el Bernacho, un precioso valle glaciar salpicado de cabañas para el ganado. Para llegar al punto de salida hay que pasar por Espinosa de los Monteros y seguir la carretera que se dirige al Portillo de Lunada. Un cartel señala la desviación a la izquierda. En primavera, verano y otoño se puede continuar con el coche durante tres kilómetros por una pista de tierra hasta el comienzo de la ruta. En invierno, la nieve puede obligar a dejar el coche en un lado de la carretera, como ocurrió en esta ocasión.

Dejada la pista de tierra, hay que tomar un camino que discurre hacia la izquierda y pronto se adentra en un hayedo. Tras superar un pequeño arroyo, la mole de Castro Valnera, cuya cima todavía se resiste a ser observada, queda a la derecha. El camino se dirige hacia el collado de La Canal. Ha pasado una hora. Un cartel indica que el camino continúa por la derecha -a la izquierda queda la Cubada Grande-. Aunque se puede subir más directamente, conviene seguir la ruta clásica que sigue la pared y gira repentinamente de dirección en un recodo. Hay hasta que trepar unos metros para superar el desnivel. A partir de aquí comienza una subida más acusada que poco a poco nos deja divisar al fondo la peculiar forma de la cumbre de Castro Valera. Si el camino hasta ahora no presentaba dificultad alguna, ahora todavía menos.

El tramo final se afronta por la derecha. Tras remontar el roquedo final, llegamos a los 1.718 de altura en el que se encuentra el vértice geodésico. Desde allí, hacia el norte, los valles pasiegos con Santander al fondo. Y hacia el oeste, a lo lejos, se divisan los Picos de Europa.