Una ermita dibujada en la roca al salir de la cueva
Ojo Guareña (Burgos) ·
El complejo kárstico de Sotoscueva abarca cien kilómetros de galerías repartidas en seis nivelesSecciones
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Ojo Guareña (Burgos) ·
El complejo kárstico de Sotoscueva abarca cien kilómetros de galerías repartidas en seis nivelesSotoscueva, con capital en Cornejo, es una de las Siete Merindades originarias (nombre que procede de sus gobernantes, los merinos) que se apiñan en la montaña de Burgos y que fueron el embrión de Castilla. Es una comarca abrupta y boscosa, con la población dispersa ... en 25 pueblos y atravesada por los ríos Guareña y Trema, que los visitantes identifican con el Espacio Natural de Ojo Guareña.
Zona habitual de descanso veraniego para miles de vascos, allí se ubica el complejo de cuevas del mismo nombre y la ermita de San Bernabé, excavada en la roca y decorada con pinturas sobre la pared y el techo que retrotraen al visitante a tiempos bastante más lejanos. Se trata de unos murales anónimos datados entre 1705 y 1877, que relatan los martirios y milagros del Santo. El recorrido tiene su aquel porque arranca junto a la valla metálica que da acceso a la cueva y, después de un recorrido prácticamente a oscuras, se acaba en la ermita para luego ya salir a la explanada. Pero vayamos por partes.
El complejo de cuevas de Ojo Guareña es considerado monumento natural desde 1996. Toma su nombre una red de más de 100 kilómetros de galerías (exploradas) repartidas en seis niveles comunicados entre sí, que los ríos Guareña y Trema han labrado en la caliza de Sotoscuevas a lo largo de millones de años. Está considerado como el complejo kárstico más grande de Europa y uno de los mayores del mundo.
Se llega a San Bernabé por la carretera que lleva de Espinosa de los Monteros a Santelices. A la altura de Villabáscones, un letrero señala la ubicación de la cueva. La ermita fue edificada sobre un rellano y se abre sobre el valle en un paraje espectacular.
Distancia: 87 kms desde Bilbao y 114 desde Vitoria.
La visita guiada es interesante, pero se hace corta. La parte que se enseña al turista es mínima. Son apenas 400 metros acondicionados con pasarelas y luces que nos adentran en el hábitat del hombre prehistórico.
Tras un vídeo inicial, comienza la visita. Con la única luz de una linterna, el guía nos muestra los antiguos silos para el grano, unas pinturas rupestres y la pila de agua milagrosa. Dice la leyenda que quien se lave los ojos con ese agua verá el futuro, pero no podrá abandonar la caverna.
La zona no accesible es un mundo aparte. En lo más profundo del laberinto se esconden huellas sobre arcilla fósil del hombre prehistórico (hasta hace un par de décadas se podían ver), lagos, ríos que exigen una embarcación neumática y grabados sobre las paredes.
En el exterior, bajo la ermita, un letrero nos señala el punto donde el río Guareña, que nace en los montes de Somo, se introduce en un vallejo 'ciego' y desaparece por un sumidero en el interior del complejo kárstico. Paseo cómodo, pero que exige calzado adecuado.
Ya que hemos tomado el coche, no está de más recorrer la comarca. Entre los pueblos de esta zona, vertebrada por el trazado del ferrocarril minero, se debe visitar Quisicedo, sobre un alto en la carretera. En el centro de la plaza destaca el torreón de los Velasco. Es de planta cuadrada, con tres alturas y tejado a cuatro aguas. Apenas tiene huecos y da sensación de poderío.
La leyenda cuenta que de sus mazmorras sale un pasadizo que llega hasta alguna galería de Ojo Guareña. La iglesia de Santiago tiene el ábside románico. También merece la pena Quintanilla del Rebollar, que destaca por su magníficas casas blasonadas y sus dos fuentes: una de agua caliza y la otra, muy próxima, de agua ferruginosa.
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