Erandio oculta un volcán
Axpe (Bizkaia) ·
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Axpe (Bizkaia) ·
El monte Axpe está apagado desde hace unos cien millones de años, pero ahí está, agazapadoEl monte Serantes parece un volcán y no lo es. El monte Axpe no lo parece y es un volcán. Apagado, y menos mal. Dormido desde la noche de los tiempos, unos 100 millones de años más o menos, y esperemos que no despierte y ... vuelva a lanzar al aire descomunales bombas volcánicas como ya lo hizo porque arrasaría la población vizcaína de Erandio y vaya usted a saber cuántas más.
No es fácil reconocer el cráter del volcán de Axpe, tanto ha cambiado el paisaje donde emergieron sus lavas, pero resulta curioso asomarse desde los contrafuertes de roca de la cantera que sacó sus piedras y ver la ría, sus astilleros residuales y el emplazamiento de los que ya no existen, en un escenario que nada tiene que ver con la era geológica que lo creó.
En la ría, frente a la ribera de Axpe, ya hubo un pedrusco, 'La Roca del Fraile', que entorpecía el tráfico de los barcos. Casi seguro que era una bomba volcánica. Tuvieron que hacer sobre ella un muelle que desviara el cauce para ayudar a los barcos en su navegación y para ello se utilizó la roca del volcán. Parecido pasaba en Portugalete pero a cuenta de 'La Barra' de arena, que, en el siglo XIX en solo cuatro meses, hizo embarrancar a más de 200 mercantes. Aquello de la barra lo solucionó el ingeniero Evaristo de Churruca -sí, el que tiene su monumento en Getxo- porque inventó el Muelle de Hierro, una inteligente obra que simplemente favorecía que el propio caudal del río evacuara las arenas y sedimentos hacia el exterior. Bien, pues la escollera de aquel muelle también se hizo con las rocas de lava del volcán de Axpe.
Una cantera arrancó aquellas piedras durante largo tiempo para su uso en obra civil, sobre todo para la del puerto exterior de Bilbao. Y gracias a aquellas extracciones las coladas volcánicas quedaron a la vista. Los geólogos les llaman «traquitas de Axpe» y nos dicen que son magmas de la última fase eruptiva de aquel volcán, encajadas en otras rocas del periodo Cenomaniense, en el principio del Cretácico superior.
En la trinchera abierta por la cantera se instaló en el siglo XX la Metalquímica del Nervión, dedicada al aprovechamiento de cenizas de pirita para enriquecer hierro y cobre. La fábrica cerró y se marchó, con más de 10.000 toneladas de tierras contaminadas, en 1991, dejando un enorme boquete que ahora ocupa un pabellón de oficinas.
El perfil de la cantera y sus lavas están ahí, a la vista. Al monte Axpe le han hecho un camino peatonal -¡jolín, qué cuesta!- para que podamos visitarlo y mirar desde su punta, desde su cráter desfigurado, los paisajes de la ría. Arriba se ven algunas rocas sueltas, ninguna tan grande como las bombas de lava que se han conservado como un monumento al lado del campo de fútbol de Astrabudua.
Sobre el volcán de Axpe, sin saber que aquello era un volcán, se instaló el caserío Axpuru. Pero en 1872 llegaron los liberales belicosos de la última guerra carlista y lo cambiaron de sitio para colocar ellos los muros de su fortín, irregular con nueve lados, una caponera y una trinchera avanzada, para controlar la ría y las vegas circundantes.
Los carlistas les dieron batalla con los 10 oficiales y 80 hombres del batallón Arratia en 1875; en plena noche, escalando las pendientes entre barro y oscuridad se apoderaron del castillo y aprisionaron, sin contar los muertos, a más de un centenar de soldados. Pero ni vencedores ni vencidos sabía que estaban luchando sobre un volcán.
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