El curioso pescador que bucea y seca sus alas al sol

Su pelaje es siempre negruzco y tienen unos brillantes ojos azul turquesa. Sus alas no son totalmente impermeables y como pesan más mojadas, puede alcanzar mayores profundidades - de hasta diez metros- para pescar todo tipo de fauna demersal, incluidas las anguilas, uno de sus platos favoritos. Después de sumergirse, se posan y las extienden para secarlas al sol, normalmente en compañía de otros congéneres, ofreciendo todo un espectáculo visual dada la majestuosidad de estos bichos: pueden pesar hasta 5,3 kilos y alcanzar una envergadura alar de un metro y medio.

El cormorán vuela a menudo en fila o en formación. Suelen concentrarse en dormideros y zonas de descanso. Crían en los acantilados o en los árboles, que a veces matan porque sus heces son muy corrosivas. Nidifican de abril a julio y acostumbran a reutilizar sus nidos, que fabrican con materia vegetal y plumas, o aprovechan los preexistentes de algunas aves rapaces. Ponen de tres a cuatro huevos que incuban un mes. Los pollos son alimentados por ambos padres. Comen la comida que estos regurgitan metiendo su cabecita en el pico. A los 50 días abandonan el nido. En libertad pueden vivir de quince a veinte años. El cormorán está ampliamente extendido por todo el mundo. En Asia incluso los amaestran para pescar. Euskadi es una de las comunidades que elige para reproducirse. Su 'primo' el cormorán moñudo sí que está en retroceso.