Una joven camina bajo los desnudos arcos del Monasterio de Santa María de Rioseco.

Cuatro monasterios para la Semana Santa

Sepulcros reales, abadesas todopoderosas, monjes desobedientes... Los cenobios burgaleses albergan muchas historias

Jueves, 6 de abril 2023

En plena celebración de la Semana Santa, acogerse a lo sagrado parece propio. Llamamos a la puerta de monasterios en busca de refugio durante un rato, igual que hacían en el Medievo los perseguidos por la justicia. Nosotros somos buena gente, así que darnos paso ... no entraña peligro, simplemente apelamos a la hospitalidad de quienes nos reciben, si hace falta incluso pagando entrada. Nos centramos en la provincia de Burgos, que cuenta con bastantes cenobios. ¡Toc, toc!... ¿Quién va?

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Burgos

Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas

Aviso: el 7 de abril cierra. Principal monasterio cisterciense femenino en España, cabeza de los que se implantaron en Castilla, cuenta con iglesia, claustros, capillas y jardines, «un excepcional ejemplo del arte mudéjar en este conjunto románico; entre batalla y batalla contra los almohades, aquí se nombraba caballeros a futuros reyes, se les coronaba y enterraba», explican sus gestores desde Patrimonio Nacional.

El origen hay que buscarlo en el paraje de Huelgas del Rey, por allí transitaba el Camino de Santiago. Fueron Alfonso VIII y la reina doña Leonor quienes lo fundaron en 1187. Para que quedaran claros sus privilegios, la primera abadesa tenía «jurisdicción eclesiástica, civil y criminal sobre más de cincuenta villas», especifican, y solo debía obediencia al Papa. «De hecho, su elevada jerarquía la evidenciaba un tocado especial parecido a una mitra y un báculo que la asemejaban a un obispo», añaden.

Estilo mudéjar, almohade, románico y gótico conviven en su aspecto de fortaleza. Entre lo más destacado, la cilla, granero que alberga el Museo de Telas Medievales. «Permite revivir momentos épicos con joyas valiosas como los preciosos textiles medievales, exhumados y estudiados en el siglo XX o el pendón de las Navas de Tolosa, batalla que en 1212 supuso el declive del dominio musulmán en la Península ibérica», cuentan.

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Informaciónwww.monasteriodelashuelgas.org

Santo Domingo de Silos

Monasterio de Santo Domingo de Silos

Santiago López Pastor

El monje riojano Domingo Manso, nombrado abad por Fernando I de Castilla, levantó este monasterio silense. Al morir es canonizado por la fama de sus milagros y los peregrinos llegan en tromba hasta su tumba. Pasados los años, en 1880, benedictinos de la abadía francesa de San Martín de Ligugé restauraron la vida monástica en Silos. A la hora de la visita, apunta una nota importante, los lunes el claustro permanece cerrado. Ese patio concreto «es el centro de la vida de la comunidad, de él parten edificios y actividades, por eso tenía que ser bello, adornado con las manos mágicas del artista, del arquitecto, del escultor y del jardinero», aclaran desde el centro religioso.

La botica que podrás visitar resulta inestimable. «Los monjes gestionaron en la Edad Media hospital y leprosería, y se familiarizaron también con la botánica», agregan. Por ese motivo, aún se conserva la farmacia del XVIII. Los monjes tenían un jardín botánico especializado, un laboratorio bioquímico, una biblioteca y botamen. La sala para los libros contiene cerca de 400 volúmenes, algunos del siglo XVI y más de los siglos XVII al XIX; unos 400 jarros a los que se suman anaqueles para pócimas, hornos y alambiques... Queda conocer el museo, con piezas que se salvaron de la Desamortización de Mendizábal.

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Información:www.abadiadesilos.es

Burgos

Cartuja de Miraflores

Félix Ordóñez

La visita es libre, dan folletos para que puedas hacerla y salir sabiendo más de este lugar. Hay que retroceder a 1442, hasta que Juan II de Castilla dona a la Orden de la Cartuja un palacio de recreo que había mandado levantar su padre, Enrique III, en 1401. Hasta allí fueron monjes de las cartujas de Scala Dei y de El Paular, que fundaron la comunidad de Miraflores.

Los estragos del fuego obligarán a edificar un edificio de nueva planta, encargado al arquitecto de la Catedral de Burgos, Juan de Colonia. «Con la muerte del monarca, las obras de la iglesia se detuvieron hasta acabar durante el reinado de Isabel la Católica, que se convirtió en una gran promotora del lugar», recuerdan desde el cenobio. Por eso escucharás mucho los nombres de los Reyes Católicos, de Juana 'La Loca', Felipe 'El Hermoso'…

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Impresiona el Sepulcro de los Reyes, que aguarda en el Panteón Real. Ejecutado por Gil de Siloé entre los años 1489 y 1493, lo encargó Isabel la Católica para albergar los restos de sus padres y de su hermano, el infante Alfonso de Castilla. «Está fabricado en alabastro y muestra las efigies reales de Juan II de Castilla e Isabel de Portugal en la cara superior, mientras que un complejo programa iconográfico envuelve la base, y se despliegan gran número de figuras alusivas a la muerte y a la redención. La forma de estrella de ocho puntas que adopta la composición puede relacionarse con una proyección de una bóveda gótica estrellada», aseguran.

Información:www.cartuja.org

Rioseco

Monasterio de Santa María de Rioseco

Las ruinas de este edificio aguardan en el Valle de Manzanedo, cerca del pueblo situado en las Merindades, y dominan el Ebro. El esqueleto habla de lo que fue, una proyección cisterciense que aunaba lo espiritual con el proyecto de transformación político-social. Habitado durante siglos por monjes blancos, antes estuvo en Quintanajuar. Fue Alfonso VII 'El emperador' quien lo entregó al monje Cristóbal en 1135. El monarca quería pacificar la frontera de Castilla con Navarra, «por eso ofreció donaciones a los monjes de Quintanajuar si se trasladaban a San Cipriano Montes de Oca en La Rioja, lugar al que irán en 1184. Pero no les gustó vivir allí, y fueron adquiriendo terrenos en el Valle de Manzanedo. En 1204 se mudan a Rioseco, sin comunicárselo al Capítulo General de la Orden y con el desagrado del rey, por eso el abad fue destituido», narran los voluntarios durante las visitas guiadas que proponen en verano (ahora tendrás que hacerla por libre).

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El inmueble no se encontraba en el espacio actual, que pertenecía a los Velasco, señores de Medina de Pomar, sino junto a un arroyo que nace en Fuente Humorer. «Con la compra de este terreno, la disculpa de una inundación que, se supone, 'destruyó' el monasterio primitivo y el permiso concedido esta vez, se trasladaron en 1236». Los monjes crearían una explotación agrícola modélica con ganadería incluida.

Información:www.monasterioderioseco.com

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