Castillos en el aire

La historia y la leyenda se mezclan en los bastiones de nuestro entorno, situados siempre en lugares elevados para proteger las tierras y bienes de sus señores

Jueves, 12 de enero 2023, 00:28

Donde hay un castillo hay una foto de postal, por aquello de que les gusta mantener el espacio vigilado y la mejor forma de hacerlo es, sin duda, desde lo alto. Además, siempre hay historias y leyendas en las fortalezas.

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Burgos

Peñaranda de Duero

Protector de sus lindes, las ... domina altivo entre un monte y un río. Fue el conde de Peñaranda quien encargó la mayoría del edificio conservado entre mediados y finales del siglo XV. De planta larga y quebrada, su silueta se ha adaptado sin problemas a lo escarpado del roquedo, de la Peña de Aranda, ocupando la mitad occidental. Para el siglo XVII debía permanecer casi inservible, por lo que el conde de Miranda usaba el palacio de la villa como depósito de armamento.

Aún así, debido a su monumentalidad y a que cuidaron con mimo la calidad al levantarlo, llegó al XX considerado como uno de los castillos más impresionantes de la provincia y fue declarado Monumento histórico-artístico en 1931. Accederás por el este, a través de una puerta separada del resto gracias a un foso excavado en roca viva. Parece que allí hubo un castillo primitivo. Antaño, ese hoyo se superaba gracias a un puente levadizo tras el que accedían a una puerta de arco ojival. Lo creen los expertos porque, junto a los cubos que defienden la entrada, hay otro pequeño y macizo adosado al sur con función poco clara.

Admira la imponente torre del homenaje (finales del XV) en la que abunda la mampostería, las dovelas de las puertas de buena sillería; un almenado decora la testa. Dicen que es una de las más proporcionadas, equilibradas y airosas de la provincia gracias a su contundencia y esbeltez. Ahora entras a través de un arco ojival en el primer piso tras superar una escalera metálica.

En el interior se ha instalado el Centro de Interpretación de los Castillos. Mirar desde la azotea supone discernir la configuración urbanística de Peñaranda y de otras fortificaciones cercanas. El acceso al patio de armas está abierto todo el año, pero para visitar el interior hay que consultar las visitas guiadas disponibles en la Oficina de Turismo.

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Oficina de Información y Turismo 947552063. Webpeñarandadeduero.es

Campoo de Suso (Cantabria)

San Vicente de Argüeso

De niños nos gustaba soñar con castillos. Mientras esperábamos que nos regalasen el de Playmobil, los construíamos con piezas de Tente o Lego. Si no habría otro remedio, improvisábamos con cajas almenas y fosos. Las excursiones a fortalezas reales disparaban nuestra imaginación, que se materializa en el castillo cántabro, que se puede visitar hasta el 31 de marzo. Si te dejas llevar, tal vez consigas sentir las emociones de entonces. Aguarda sobre un cerro, custodiando el camino que unía la costa con Castilla a través del valle de Saja.

Construido durante los siglos XIII y XV, se convirtió en el emblema y fortaleza del señorío de la Casa de Mendoza en esas tierras. Fue habitado durante un tiempo por Leonor de la Vega, 'La leona de Castilla', que los defendió de los Manrique de Lara. Y tomó su nombre de la ermita situada antes en el cerro, dedicada a la advocación de San Vicente Mártir, cuyas ruinas aún se aprecian en la base de la Torre del Homenaje. La necrópolis altomedieval del templo (s. IX-X) se encuentra en el patio de armas. Cuenta con tumbas de lajas orientadas hacia el este, según la costumbre de la época.

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Webcastillode argueso.com

Muskiz (Bizkaia)

Muñatones y museo de arqueología

Este sábado, 14 de enero, tienes una visita conjunta a la exposición 'Castillos medievales en Vasconia. Guardianes del territorio e imagen del poder', del Arkeologi Museoa, y al castillo de Muñatones de Muzkiz, el mejor conservado de la provincia. El antiguo propietario de la edificación, el banderizo y pariente mayor Lope García de Salazar, escribió las 'Bienandanzas e Fortunas', testimonio apasionado de su época.

Si no logras hacerte con una plaza, siempre puedes acudir a la muestra del Museo Arqueológico (Calzadas de Mallona, 2, Bilbao), abierta hasta este domingo 15 de enero, que incluye piezas que facilitarán conocer cómo era la vida dentro del bastión, además de las funciones militares, políticas, sociales y económicas que desempeñaron estos enclaves hace mil años a través de 150 piezas encontradas en excavaciones.

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Entre lo más significativo para ver, la lauda de Sancho III, primer rey que organizó el territorio de la antigua Vasconia dividiéndolo en condados y tenencias para una mejor gestión, y levantó castillos al frente de estos. También la escultura de los santos Emeterio y Celedonio, conservada en el Museo de Arte Sacro, cuya indumentaria se inspira en los guerreros banderizos de fines del Medievo. La cota de malla, casco y hacha de combate hallados en el Campillo de Vitoria a finales del siglo XIX. Las armas portadas por miembros de la guarnición que custodiaba las fortalezas (espadas, lanzas y flechas). Los delicados adornos colocados en la indumentaria y correajes de caballos con el fin de exhibir el poder. Y objetos usados para distraerse en el ambiente castrense, como los dados.

Dos videos ayudan a recrear un conflicto bélico y a conocer castillos y casas torre a vista de pájaro (grabado con dron por el fotógrafo Santi Yaniz). Aunque el viaje principal sea a la Edad de Media, menciona también de situaciones acaecidas entre los siglos XI y el XV. Y reflexiona acerca de temas que preocupan actualmente.

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Reservas 944040990. arkeologimuseoa@bizkaia.eus

Asparrena (Álava)

Marutegui

JOSE LUIS SOLAUN

El castillo de Marutegui se alza sobre un cerro próximo a Araia. Se construyó hacia el siglo XII o XIII para asegurar la seguridad de las rutas comerciales castellanas una vez que Alfonso VIII se hace con estos territorios para llegar a los puertos marítimos sin pasar por suelo navarro y evitar problemas y el pago de impuestos. Un camino acerca al bastión desde Araia por la carretera central hasta la abandonada Fábrica de Ajuria. Sigue por la misma carretera en dirección a los caseríos; al poco de dejar atrás los últimos edificios, aparca el vehículo.

Encontrarás a la derecha la cuesta del Tambor o de las Vagonetas, por la que se deslizaban aquellos ingenios cargados de grava de una cantera cercana. Comprobarás que se trata de una cuesta con bastante pendiente, aunque siempre puedes elegir ascender siguiendo la pista que surge a la derecha y que, tras una curva, sube hasta la parte superior de la cuesta del Tambor.

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Sin abandonar en ningún momento esta última pista, pasarás por la cantera y, después de bordear San Miguel, habrás llegado a tu objetivo. Momento, pues, de contemplar los restos de esta antigua atalaya enrocados en la cima del monte.

Web alavaturismo.eus

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