Covanera y Pineda de la Sierra, un belén acuático y otro montañero

La escena espera a cinco metros bajo la humedad turquesa, encantada con su ubicación. En un lugar que guarda como un tesoro la cueva subacuática más larga de España y una de las más relevantes del mundo, 14 kilómetros explorados. Tal distinción atrae espeleo-buceadores de todo el planeta desde los sesenta del pasado siglo.

Son ya dieciséis años los que el nacimiento aparece cada Navidad en ese maravilloso enclave, no por arte de magia, sino gracias a la labor de esta sociedad. El trío familiar convive con figuritas de buceadores en una botella de buceo abierta en forma de ventana, muy propia, visto quienes portan hasta allí el Belén. Asistir a la inmersión es gratis, por supuesto. Lo especificamos por si pica la curiosidad de estar en el momento del descenso. Apunta: domingo, 17 de diciembre, a las 12:00 horas. Si no puedes acudir ese día, tampoco importa, el resto de jornadas que duran las fiestas navideñas se puede otear el detalle subacuático.

Ya que has viajado hasta Covanera, da un paseo para ver casas blasonadas y edificios como el Palacio de los Fernández-Huidobro, del siglo XVII. Y contemplar la iglesia parroquial de Santa María, que conserva restos románicos tanto en el interior, con capiteles de decoración vegetal, como en el exterior: ventana con arco de medio punto achaflanado de rosca, ornada con rosetas, capiteles de avolutadas hojas lisas, mascarón humano y penca con puntos de trépano.

El contraste de esta localización lo pone el belén instalado en la cima del Pico Mencilla, a 1.932 metros de altura, nada menos. En este caso, es el Club Deportivo Montañeros Burgaleses quien lo coloca allí desde 1950. El ascenso coincide con el 17 de diciembre, así que, si apetece, tendrás que elegir entre agua o montaña durante esa jornada. Cientos de personas suben desde la localidad de Pineda de la Sierra para cumplir con la tradición. La ruta destaca como una de las más icónicas de la Sierra de la Demanda y, aunque comentan que la puede afrontarla casi cualquiera, hay que tener en cuenta que habrá nieve y hielo, para ir preparados. Estampa más navideña imposible.

El pueblo de partida aguarda enclavado en un valle entre montes, junto al río Arlanzón. Ofrece casonas nobles de piedra arenisca rojiza, levantadas en los siglos XVII y XVIII por ganaderos adinerados. Y la iglesia de San Esteban Protomártir, joya del románico, con una galería porticada de once arcos sobre columnas dobles.