A Coruña, donde las galerías reflejan el mar

Si te gusta leer, una mujer rotunda (y no nos referimos a su aspecto sino a su fuerza vital y literaria) se impone en el recuerdo, Emilia Pardo Bazán. Hasta su casa natal, que alberga la sede de la Real Academia Galega y un pequeño museo dedicado a la autora, debes acercarte para saber más de esta mujer que tanto amó a su Marineda, pseudónimo con el que se refería en los libros a su ciudad. Muy cerca aguarda, además, la románica iglesia de Santiago (XII), preciosa y muy fotografiada. Y al lado, la tranquila Plaza del General Azkárraga, donde árboles centenarios dan sombra a quienes toman algo en las terrazas después de pedir, tal vez, un secreto inconfesable a la Fuente del Deseo.

Se impone caminar por el paseo marítimo, dejarse fluir como el resto de viandantes mientras obedeces la curva de la costa. Allí espera el Castillo de San Antón, actual Museo Arqueológico e Histórico. También encararse con las obras artísticas del Parque Escultórico junto a la hercúlea torre ya mencionada. Pisar la arena de las playas de Riazor u Orzán. Y subir al Monte San Pedro para admirar todo ese recorrido.

Por supuesto, hay mucho más que hacer, como detenerse en el centro de la Plaza María Pita, heroína local que luchó contra la armada invencible inglesa. Edificios porticados, galerías a través de las que se cuela la luz y el edificio consistorial engalanan el lugar. Y comer, mucho y bien. Pulpo a feira regado con ribeiro o albariño. Tapas por ambientadas calles como Barrera, Estrella y Olmos.