

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
EL CORREO
Miércoles, 20 de septiembre 2017, 12:11
El sol, fuente principal de vida, también puede resultar tremendamente perjudicial para el organismo humano, sobre todo, si se abusa de él. Nuestro cuerpo necesita recibir el sol para realizar la síntesis de la vitamina D, indispensable para evitar enfermedades como el raquitismo, pero en exceso, produce graves daños en la piel humana. Dos horas tumbados al sol significan diez o quince años más de envejecimiento en la piel, según algunos médicos.
La moda de estar bronceados, y el quererlo conseguir en un tiempo record, ha hecho estragos en la piel. El estar moreno, que antes era un sinónimo de persona de un estrato social bajo, que estaba obligada a trabajar a la intemperie, ahora se ha convertido en un signo de distinción. Una persona bronceada denota que puede permitirse el lujo de pasar unas vacaciones en la costa o en la montaña.
Sin embargo, una exposición al sol de forma continuada puede acarrear importantes consecuencias, produce alteraciones en la piel y acelera el proceso de envegecimiento, a la vez que disminuye la capacidad del cutis para retener agua, y reduce la elasticidad y firmeza de la piel; pero el riesgo más grave que corremos al estar expuestos excesivamente al sol, es el de sufir un melanoma o cáncer de piel.
EL SOL Y EL CANCER DE PIEL.
Las radiaciones solares son de tres tipos: luminosas, caloríticas y ultravioletas, éstas son las que producen la síntesis de un pigmento denominado "melanina", que es la que broncea nuestra piel, una reacción para protegerla de esas radiaciones ultravioletas.
Esta sustancia que se encuentra en las células de las capas más profundas de la piel, en los melanocitos, por un mecanismo de transferencia asciende a las células epiteliales, las más superficiales, que suben a su vez hasta el estrato córneo superficial y crean una verdadera barrera a la penetración de los rayos ultravioleta. Si no estuviéramos protegidos por la melanina, se romperían las pequeñas arterias de la piel y se destruiría el tejido que une la estructura de las células.
Sin embargo, una producción excesiva de melanina puede producir alteraciones en la piel y acelerar el envejecimiento. Pero la consecuencia más grave de un bronceado intenso es las posibles lesiones que puede ocasionar en la piel, quemaduras, edemas, eritemas, llegando incluso al temible melanoma o cáncer de piel.
Este tipo de cáncer suele ser curable en una gran proporción. Cuanto más pigmentada sea la piel de un hombre, menor será el riesgo de que desarrolle un tumor canceroso. Deben tener especial cuidado las personas de piel muy blanca, cabellos rubios y ojos claros, los que tienen pecas, lunares o manchas, ya que ellos fabrican menos melanina de lo normal.
Según investigaciones, el nivel de melanina ha aumentado en habitantes de determinadas regiones del globo; así en los ciudadanos europeos se dobla cada diez años, y en regiones como Arizona o Nuevo México, en Estados Unidos, hasta se cuadruplica.
El melanoma es un tumor cutáneo que se puede sospechar por la presencia de un lunar o mancha habitual que cambia de forma, de color, de textura o de tamaño, o que sangra, pica o duele. Esta enfermedad tiene en la melanina su principal causante, ya que si su porcentaje es alterado de forma importante, aumenta la posibilidad de desarrollar el cáncer de piel.
La energía por ondas cortas rompe la serie del Accido desoxirribonucleico (ADN), material genético de la célula. Estas series se unen entonces de un modo anormal, por lo que las encimas trabajan constantemente para recomponer el ADN y que la secuencia sea la adecuada, pero las repetidas exposiciones a las radiaciones ultravioletas vuelven a interrumpir este proceso. Entonces el mutante de ADN puede dar lugar a una colonia de células cancerosas.
Los consejos más habituales de los escpecialistas son: conocer la piel de cada uno y sus limitaciones; evitar tomar el sol entre la una y las cuatro de la tarde, horas de máximo apogeo de los rayos ultravioletas; no tomar el sol de modo directo desde el principio, sino de forma gradual; tener cuidado con el agua y la arena, elementos reflectantes de los rayos solares; cubrir la piel con cremas fotoprotectoras, así como utilizar lociones para después de tomar el sol.
EL PRECIO DE ESTAR MORENO.
El efecto más benigno del sol sobre la piel son los rasgos de envejecimiento, y el más perjudicial es la posibilidad de generar melanomas malignos, que de no ser detectados y tratados rápidamente, pueden llegar a ser fatales. Este tipo de tumores, que habitualmente afectaba a personas que trabajaban al aire libre -agricultores y pescadores sobre todo- y de edad superior a los 50 años, ha aumentado considerablemente entre la población más jóven, debido fundamentalmente a la escasa protección con la que se toma el sol en los meses de verano.
El problema de la radiación solar es parecido al de cualquier otro tipo de rayos. Los efectos del sol se acumulan en nuestro organismo durante toda la vida, y acaba teniendo capacidad de lesionar gravemente nuestra piel, de ahí que cada vez sea mayor la preocupación por broncearse con lociones protectoras, ya que cuanto mayor sea el índice de protección de una crema, menos negativo será el sol para nuestra piel.
Desde que se ha dado la alarma de los peligros que puede provocar el sol, la propaganda de los bronceadores que ponían moreno en poco tiempo ha desaparecido y se ha pasado a promocionar cremas de gran protección solar, para evitar daños en la piel. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la conveniencia de tener en cuenta ciertos peligros que corre la piel expuesta al sol si está mal nutrida, cubierta con productos incorrectos o sometida a gestos innecesarios.
Ya no se busca, como hasta hace poco, cremas solares con determinadas sustancias químicas, como el aceite de bergamota, cuya propiedad es acelerar la pigmentación de la piel, debido a los riesgos que esto entraña, sino que se demandan cremas con un alto nivel de proteción, a lo que han tenido que adaptarser las industrias del sector.
Hay dos tipos de protección de la piel, el primero es a través de sustancias químicas basadas en el oxibenceno, que absorbe los rayos ultravioleta bajos. El segundo con la utilización de pigmentos, como el óxido de cinc y el dióxido de titanio, pero que tienen la desventaja de no ser transparentes y por ello son menos utilizados.
Esta circunstancia tiene importantes implicaciones económicas. Los fabricantes han intentado aliviar el creciente miedo al sol enfatizando la protección natural que ofrecen sus productos, sin disminuir sus propiedades bronceadoras. Si hace cinco años había seis o siete productos con factor de protección 15, en la actualidad hay algunos que alcanzan hasta 50. Estas cremas intentan eliminar la acción de los rayos ultravioleta, y más concretamente los de tipo B, asociados a las quemaduras y procesos cancerígenos de la piel.
Sin emabrgo, los últimos estudios indican que las cremas protectoras solares no evitan totalmente el cánder de piel y no deberían inducir a tomar el sol descuidadamente, según un estudio realizado en el Anderson Cancer Center de Huston, publicado en 1994. Los expertos advierten que los casos de melanomas aumentan en el mundo entero y señalan que además de usar cremas, la mejor protección consiste en taparse el cuerpo y llevar sombrero.
Según estudios de las Naciones Unidas, para 1996 los casos de cáncer de piel aumentarán en un millón de personas en todo el mundo debido sobre todo a la intensidad de las radiaciones solares debido a la disminución de la capa de ozono.
Uno de los casos más significativos es el de Chile, país muy afectado por la disminución de la capa de ozono de la Antártida y la región austral. Sólo en la década de los ochenta los casos de cáncer de piel aumentaron casi un 100 por ciento. Según una investigación del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, publicado en enero de 1995, el cáncer de piel en Chile aumentó entre 1981 y 1991 un 99 por ciento y la mortalidad por este mal dobló el promedio de 72 casos anuales.
En Estados Unidos la incidencia del melanoma se ha incrementado drásticamente durante las dos últimas décadas, según indica un informe de los Centros de Control de la Enfermedad de Atlanta (CDC) en Georgia. Según este estudio, publicado en mayo de 1995, la incidencia del cáncer de piel se incrementó en este país en un 34,1 por ciento entre 1973 y 1992, lo que coloca al mismo en el tercer puesto de la lista de cánceres más temidos en Estados Unidos. La CDC estima que a lo largo de 1995 más de 7.200 personas fallecerán en USA como consecuencia de un melanoma maligno.
Circunstancias sociales han influido también en los últimos años en el aumento de enfermedades que tienen como causa directa la acción de los rayos solares. El fraccionamiento de las vacaciones de verano ha llevado a un afán de "ponerse moreno" lo más rápidamente posible. Los mecanismos que permiten a la piel protegerse contra la acción nociva del sol necesitan una o dos semanas de acoplamiento, que en la mayoría de los casos no se cumplen y cuya primera consecuencia es la erosión de la capa superior de la piel.
Para calcular los riesgos, los especialistas han establecido lo que ellos denominan " dosis mínima eritemal" (tiempo en que la piel comienza a enrojecer), que depende de la intensidad de los rayos solares y de la hora en que se tome el sol; se calcula quince minutos para las pieles más sensibles.
Estas recomendaciones afectan también a los rayos ultravioleta de onda corta, que pueden ocasionar incluso leves quemaduras en la piel.
Según el doctor Cesarini, investigador del Laboratorio de estudio de tumores de piel del Instituto Nacional para la Salud y la Investigaación Médica de Italia, si la media de dosis que toma un individuo es de 250 anuales, las dosis complementarias de bronceado con lámparas ultravioletas no deben exceder las 25 si se quieren limitar los riesgos de accidentes, ya que aunque en teoría no deberían causar excesivo daño a la piel, todavía es pronto para determinar los efectos secundarios que a largo plazo pueden desancadenar.
OTRA CONSECUENCIA DEL AGUJERO DE OZONO.
La tierra está cubierta por una capa de ozono, situada en las regiones más altas de la atmósfera, que crea un escudo protector contra los rayos ultravioleta solares más dañinos. Sin embargo, esta capa de ozono está disminuyendo por culpa de la actividad industrial, y como consecuencia de ello, ha aumentado el nivel de radiaciones ultravioleta. Los médicos advierten que una mayor concentración de este tipo de radiaciones inhibiría el funcionamiento del sistema inmunológico humano, dejándolo más expuesto a enfermedades de todo tipo.
Investigadores norteamericanos del Instituto Worldwatch, con sede en Washington, advierten que por cada punto que disminuye el ozono, aumenta entre un 4 y un 6 por cien los casos de cáncer de piel en el ser humano. Los expertos calculan que aumentará entre 3 y 15 millones de personas sufrirán esta enfermedad en el año 2.075, si el ozono sigue desapareciendo al ritmo actual.
La destrucción de la capa de ozono, que fue detectada por primera vez en 1985, puede tener consecuencias catastróficas. El agujero sobre la Antártida ha provocado un importanrte aumento de los niveles de radiaciones ultravileta, calculado en más del doble de las esperadas, por lo que se puede predecir que aumentarán los casos de cáncer de piel en todo el planeta.
Las voces más alarmistas auguran que cerca de 18.000 personas morirán en los próximos años por tomar baños de sol debido a la destrucción que se está produciendo de la capa de ozono, según señala el doctor Robin Russell Jones, del Hospital Sant Johns para enfermedades de la Piel. Para el año 2.030 serán unas 170.000 personas las que morirán en Estados Unidos por causa del cáncer de piel.
Según un informe elaborado por la NASA, las ciudades que están entre 40 y 53 grados por encima del Ecuador, como Nueva York, Chicago, Madrid y Pekín, están más afectadas por la disminución de la capa de ozono. Se dice que por cada punto de disminución se produce un aumento de siete casos de cáncer de piel en la población que se somete a la acción de los rayos solares. Basado en este estudio, los científicos brasileños han subrayado que en su país se ha producido una dismunución del 2,6 al 2,7 por ciento de la capa protectora de ozono y los especialistas de la Sociedad Brasileña de Dermatología hanconfirmado que en los últimos años se han incrementado los casos de cáncer de piel.
Sin embargo, hay otros científicos que son mucho menos alarmisnas.
Así, la doctora Eva Mansson-Brahme, indica que el índice de curación de los melanomas puede llegar al 100 por cien, ya que la utilización de técnicas modernas permite detectar los mínimos cambios celulares.
Las técnicas más avanzadas de detección son los exploradores ultrasónicos, que funcionan a un máximo de 7 MHz y el Episcan 2.000, creado por la empresa británica Fulmer Systems, que funciona en una gama de 10 a 100 MHz, lo que le permite definir cualquier característica con mayor facilidad que las tradicionales ecografías.
Asímismo, afirma que no está totalmente comprobado que los rayos ultravioletas sean los causantes del cáncer de piel, lo que sí está demostrado es que los factores hereditarios desempeña un papel muy importante.
INVESTIGACIONES SOBRE EL CANCER DE PIEL.
Todas las investigaciones en este campo se orientan hacia la creación de cremas que protejan la piel del sol, a través de la creación artificial de elementos que la componen. Así, en Washington se ha conseguido un bronceador a base de melanina natural. Esta sustancia, producida por la piel para protegerse de agentes externos, parece tener aplicación en los distintos tratamientos de los diferentes tipos de cáncer de piel, incluso en el del melanoma maligno.
Estos científicos basan sus investigaciones en que la melaninapuede contribuir satisfactoriamente a la prevención del cáncer de piel, ya que esta sustancia la produce el organismo para protegerse de las mutaciones celulares que puede provocar el sol y que inciden en la mutación cancerosa de las células de la piel.
Por otro lado, un grupo de científicos ha descubierto una sustancia que protege a las pieles sensibles de las quemaduras y puede ayudar en la lucha contra el cáncer de la piel. Este descubrimiento permitirá disponer por primera vez de la Beta Carotena natural (forma vegetal de la vitamina A), que hasta ahora sólo sólo se hacía con un preparado sintético.
Esta sustancia es uno de los principales agentes de limpieza de los denominadoss "radicales libres", moléculas perjudiciales que envejecen el organismo y están vinculados con muchas enfermedades degenerativas, por lo que estos científicos afirman que la Beta Carotena natural puede ayudar a reducir la incidencia de cuiertos tipos de cáncer de piel y retrasar el proceso de envejecimiento.
En Estados Unidos, país altamente preocupado con el tema, se están experimentando continuamente nuevos tratamientos contra el cáncer de piel, uno de ellos combina Interlukin-2 con linfocitos -células anticancerígenas- sacadas del propio tumor. Este tratamiento fue desarrollado en 1985 por el doctor Steven Rosenberg, del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
Otro fármaco que en la actualidad se está investigando es el "Accutane", elaborado a partir de la vitamina A, en principio ideado para combatir el acné, ha dado muy buenosresultados en el tratamiento del cáncer de piel, pero Los investigadores esperan que ofrezca una protección contra el cáncer de piel, el de mayor incidencia entre la población blanca de Estados Unidos, según el doctor Kenneth Kraemer, dermatólogo del Instituto Nacional del Cáncer.
Infórmate del tiempo, banderas, mareas, calidad del agua, temperatura en las playas de Bizkaia, antes de ir a la playa a tomar el sol.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los libros vuelven a la Biblioteca Municipal de Santander
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.