Un cómodo paseo familiar hasta el castillo de Beloaga

La primera vez que se habla de esta fortaleza navarra es en 1200, «cuando el rey de Castilla Alfonso VIII sometió gran parte de estos territorios a su dominio». No obstante, se cree que el de Beloaga era contemporáneo a los castillos de Hondarribia (950) y el de La Mota de Donostia (principios del XI).

La caminata desde el centro de Oiartzun hasta el castillo es sencilla. Comenzamos por detrás de la parroquia y subimos por una empinada calle donde comienza un Via Crucis. A unos 50 metros encontraremos una réplica de la cueva de la Virgen de Lourdes en lo que fue el caserío Legarre. Las marcas blancas y amarillas nos conducen por una vía asfaltada y pistas cementadas que llegan hasta los preciosos caseríos de la localidad. Tranquilidad y buenas vistas nos acompañan durante la caminata en la que también encontramos zonas de bosque en los que los castaños están repletos de fruto.

De manera tranquila avanzamos el núcleo del barrio Gurutze con su frontón y locales hosteleros. Un cartel nos informa de la historia del castillo. Continuamos la pista asfaltada hasta un cruce a la derecha en la que una flecha nos indica: Beloaga, junto a un monolito de piedra. Seguimos el sendero por el bosque hasta que llegamos al castillo.

El ascenso en la zona final no es sencillo, por lo que requiere un poco de paciencia. Una vez en Beloaga solo toca disfrutar de las vistas: Aiako Harria, la bahía de Txingudi, Jaizkibel... Regresamos, pero después de bajar la loma que nos lleva al castillo, en un cruce, para seguir el sendero que nos conduce a uno de los barracones donde dormían los prisioneros de guerra, tomamos a la derecha. Desde allí bajamos Gurutze y siguiendo el bidegorri regresamos hasta el centro de Oiartzun.