La ciudad renacida entre museos

Los amantes del viaje en el tiempo visitarán la Alcazaba, fortificación de la época musulmana. El Castillo de Gibralfaro, famoso por resistir embates ordenados por los Reyes Católicos. El Teatro Romano, construido en el siglo I por orden de Augusto. O la maravilla renacentista que es la Catedral.

Glotones y bebedores de buen sentido, los que empinan el codo sin pasarse, han de buscar 'El Pimpi' en la calle Granada, un clásico por el que han pasado numerosos famosos, de ahí que haya fotos por todas partes (pide unas ligeritas de pringá regadas con vinito 'Pimpi', por cierto). En la Plaza de la Merced, el 'Cortijo de Pepe' obliga a pulpito a la brasa o chorizo de Ardales. Muy cerca, la 'Peregrina' luce marisquito del día y sus famosas albóndigas de choco. Queda, ¡uf, el estómago!, de todo: pescaíto frito en la 'Taberna Quitapenas' (famoso es su cóctel de champán, receta propia); bocadillo de «pata» en 'La Farola de Orellana'; albondigón en 'Lo Güeno'; lagrimitas de pollo en 'Las Merchanas'... Un no parar.

Baja lo comido paseando, durante el momento playero, por La Malagueta o La Caleta. Y sigue recto hasta las Playas de Palo en busca del mejor chiringuito. Un extra, para buscadores de los grafitis, el Soho, el Barrio de las artes, entre la avenida de la Alameda Principal y el Muelle Heredia, donde han dejado colorida huella los artistas urbanos.