Oslo, la ciudad inquieta
Oslo (Noruega) ·
Siempre en movimiento, la capital noruega vive en constante evolución, atenta a las modas y a los cambios, pero protegiendo el patrimonio de sus ancestrosSecciones
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Oslo (Noruega) ·
Siempre en movimiento, la capital noruega vive en constante evolución, atenta a las modas y a los cambios, pero protegiendo el patrimonio de sus ancestrosEnfilamos hacia Escandinavia, destino perfecto para los que huyen del calor. No es que no pueda salir el sol allí, por supuesto, pero es más complicado derretirse por su culpa. Calidad de vida, orden, arquitectura y amor por la naturaleza aguardan. La capital de Noruega ... ofrece unas cuantas cosas que hacer, casi ineludible, por ejemplo, visitar la Galería Nacional para contemplar de cerca uno de los cuadros más reproducidos del mundo, 'El grito' de Munch, obra maestra del expresionismo.
Aeropuerto: Bilbao
Aerolínea: Norwegian
Cuándo: Hasta octubre
Trayecto: 3:05 h.
Sonar de sobra, también te sonarán los Premios Nobel. El de la Paz se entrega en el Ayuntamiento, edificio que llama bastante la atención. Mole roja, grande desde luego es, con su reloj en una de las torres, imponente, mirando al agua. Y más que sonar, fijo que sabes de vikingos, aunque para descubrir su historia real, no tanto la peliculera, viene bien pasarse por el Museo de Barcos Vikingos. Reinan los 'drakkar', navíos donde enterraban a los poderosos, rescatados de la tierra en la región de Oslofjord.
Si te gusta el mar y has oído hablar de los exploradores polares Nansen y Amundsen (si no lo has hecho, empieza a preocuparte y lee algo sobre ellos), cuentas cerca con el Museo Fram, que narra su periplo. Y para ahondar más en la cultura del país, el Museo del pueblo noruego (Norsk Folkemuseum) muestra, gracias a 155 casas, el devenir de las distintas regiones.
Para amantes de la arquitectura antigua recomendamos la fortaleza y el castillo de Akershus, vestigio imponente del Oslo medieval. Los que prefieran la moderna deben acercarse hasta la Ópera y el Ballet de Oslo. Clásicos que no fallan: el Palacio Real, la catedral de Oslo (Domkirken), el parlamento noruego (Stortinget), la Universidad de Oslo y el Teatro Nacional, desde donde Ibsen sigue observando con atención el mundo.
¡Ah!, los aficionados al deporte, especialmente al invernal, que acudan a contemplar de cerca el trampolín de saltos de esquí Holmenkollen. Mide 60 metros de alto y casi 100 de largo... hay que tener valor para lanzarse.
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