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Los japoneses son los pioneros de la terapéutica práctica conocida como Shinrin-yoku, para nosotros, baño de bosque. Un antídoto contra el estrés que mejora la salud física y mental. Aquí te ofrecemos cinco propuestas para conectar con la naturaleza y desconectar de nuestra rutina ... diaria.
Hayas centenarias sobre las que destaca un ejemplar de 500 años incluido en la lista de los 100 árboles más singulares de España. El paso del tiempo ha retorcido sus troncos. No están solas en el bosque mejor cuidado de España –galardón recibido en 2007 por el ministerio de Medio Ambiente y la asociación Bosques Sin Fronteras–, les acompañan robles y encinas. De la variedad de rutas existentes para conocerlo, elegimos una facilita de 5 kilómetros que se inicia en Ciñera de Gordón, municipio al que llegamos por la N-630 desde León.
El camino comienza desde el cementerio, pasa por una antigua mina de carbón, un puente de piedra sobre un arroyo y un área recreativa antes de alcanzar el hayedo. Las aguas del Arroyo del Villar atraviesan el bosque y su acción milenaria ha erosionado la piedra para crear el desfiladero de las Hoces del Villar, una refrescante garganta con cascadas y pozas de aguas cristalinas.
Nos acercamos a uno de los mejores robledales de España, incluso de Europa. Viajamos al Parque Natural de las Fuentes de Narcea, a dos horas de Oviedo, eso sí, con la reserva previa hecha porque el celo por conservar este entorno único solo permite la entrada de 20 visitantes al día (www.muniellos.es).
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Se han habilitado dos rutas para conocer este bosque Declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Una, un tanto exigente, con un recorrido circular de 20 kilómetros –y algún paso con dificultad– y otra, de unos 14 kilómetros, más sencilla. Pero no nos engañemos, no es el lugar para acudir con niños o sin una mínima preparación física. Ambas nos llevarán hasta un grupo de lagunas situadas a 1.400 metros, bajo la Peña de la Candanosa. Para que te hagas una idea del esfuerzo que requiere, partimos de los 680 metros de altitud donde se encuentra el centro de recepción de Tablizas, conocido como la casa del guarda. Aquí, además de controlar el acceso nos facilitan nos facilitan toda la información necesaria.
Si no tienes reserva para conocer Muniellos y quieres hacer un recorrido entre bosques, en el cercano pueblo de Moal hay una ruta de entre 8 y 10 kilómetros que discurre entre castaños, robles y hayas.
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El bosque del Monte Hijedo es una reliquia de otros tiempos, cuando una selva de robles albares y hayas cubría la cornisa cantábrica. Aquella masa arbórea ha mermado a lo largo de los siglos. Aunque se conservan retazos protegidos de robledal en Muniellos (Asturias) y Garralda (Navarra), uno de los más extensos y mejor conservados es Hijedo, con una extensión de 2.000 hectáreas. Se esconde en un confín entre Las Merindades de Burgos y Valderrible de Cantabria.
Partimos de Santa Gadea de Alfoz (Burgos). Camino del aparcamiento la vista es espectacular. Localizamos el letrero del PR-BU-30 que nos introduce en una ancha pista polvorienta de arena y guijo que, cuesta arriba, lleva a la Cabaña de Hijedo o Casa del Monte (un pequeño palacete montañés levantado a principios del siglo XIX). Desde la cabaña de Hijedo la ruta será circular enlazando, por el bosque, el Arroyo Hijedo hasta Boca del río. El camino está bien marcado con marcas amarillas y blancas.
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Aunque hemos escrito numeroso reportajes sobre el segundo hayedo abetal más grande de Europa, no podemos dejar de mencionarlo. En Irati la mitología cobra fuerza la figura de Basajaun, el señor de este frondoso bosque de abetos, tejos, arces... y centenarias hayas que alcanzan alturas insospechadas. Aquí hay que olvidarse del reloj y disfrutar sin prisas de los numerosos senderos, del frescor de los arroyos, del ruido de animales huidizos, del mecer de las copas de los árboles y del que hacen nuestras pisadas sobre las hojas secas.
El aprovechamiento del bosque se intensificó en el siglo XVIII por la necesidad de madera para la construcción de barcos de la Marina Real. Para la defensa de los talleres, serrerías, esclusas... se edificó una casa cuartel donde hoy se sitúan las Casas de Irati, centro de acogida a la Selva. Este es el acceso desde Otsagabia. Otra opción es adentrarte en el bosque desde Orbaitzeta, en el valle de Aezkoa. selvairati.com/rutas.
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Viajamos a territorios volcánicos. Lejos, pero no tanto. Vamos hasta la comarca de la Garrotxa en Girona para conocer un bosque de hayas que crece sobre la colada de lava del volcán del Croscat, a 550 metros, sobre el nivel del mar –una altitud poco común para esta especie árboles–. En verano las temperaturas en la Garrotxa pueden ser altas, por ello un paseo a la sombra de estas frondosas hayas resulta un plan perfecto. No gozaremos de los colores dorados que lucen e otoño pero el contraste del marrón rojizo del suelo y el verde intenso de las hojas resulta espectacular.
Existe un circuito muy corto, sencillo y circular de aproximadamente media hora. Otro un poco más extenso que llega hasta la Granja de Lácteos de La Fageda y recorridos más largos de unos 10 kilómetros que atraviesan el bosque y se acercan hasta los volcanes del Croscat y Santa Margarita. En la oficina de información facilitan mapas con los diferentes circuitos. es.turismegarrotxa.com
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