![El aliso solitario de Zelaitxiki](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/05/19/gps-aliso-zaleitxiki-kWYF-U200339300220ZfC-1200x840@El%20Correo.jpg)
El aliso solitario de Zelaitxiki
Lizarbakarra (Gipuzkoa) ·
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Lizarbakarra (Gipuzkoa) ·
Por qué un aliso está solo? Me hago la misma pregunta siempre que atravieso la estratégica pradera de Zelaitxiki, ya sea de camino desde Urkizu hacia el emblemático monte Hernio, de paso hacia el Herniozabal, o cuando la veo desde la arruinada fortaleza de Mendikute. ... El topónimo -Zelaitxikiko lizarbakarra (el fresno solitario del prado pequeño)- no puede ser más transparente y al mismo tiempo más bello y descriptivo.
Allí está, y espero que durante mucho tiempo más, Lizarbakarra, el fresno solitario, marcando su silueta en un horizonte inmenso. Lizarra es fresno en euskera y en cuanto pronunciamos la palabra de inmediato nos encontramos con ella en la memoria: Lizarra (Estella), Lizarraga, Lizarrondo, Lizarralde, Lizardi, Lizarrusti, Lizartza. Inevitable preguntarse si es tan importante este árbol en nuestros paisajes.
Y lo es: el fresno es un árbol útil y es un árbol mágico. El fresno (Fraxinus excelsior ) es un árbol noble, de madera dura pero elástica y por eso fue siempre la materia prima ideal para los arcos, para los mangos de las herramientas, para los bates de béisbol y también para los piolets de los alpinistas. El fresno es el primero de nuestros árboles en vestirse de verde tierno en esta primavera que corre, también el primero en amarillear y tostarse en cuando se anuncia el otoño para desnudarse y pasar así, esquelético, el invierno.
Tanta ternura primaveral se usó siempre por las gentes del campo trasmochando los fresnos para alimentar el ganado que también tiene placer en cobijarse a su sombra. Por eso hay siempre fresnos junto a las bordas de los pastores; por eso y porque también es un árbol mágico al que se atribuye capacidad para ahuyentar los rayos. De fresno son las protectoras enramadas de San Juan que, cortadas al alba antes de recibir el sol, se colocan en el umbral de los caseríos en el solsticio de verano.
Lekuona recogió una peculiar expresión de la cultura popular: «Lizarra ez da bedeinkatu behar; berez da bedeinkatua» (el fresno no necesita ser bendecido, él mismo es bendito). El fresno florece además bonito; salpica el verde de sus hojas de ramilletes blancos de los que después colgarán unas curiosas semillas (samaras) que parecen el ala de un insecto.
Pero no sabemos por qué el fresno de Zelaitxiki está solo. El suyo es sin duda un escenario mágico, donde el árbol solitario es señal de paso, es un magnífico lugar en el que descansar la fatiga de quien camina o simplemente para dejar marchar la mirada desde un balcón sobresaliente. Allá cerca está el castillo medieval de Mendikute, enfilando su proa amurallada sobre un bosque trasmochado, están las losas gastadas de la vieja calzada que pasa a sus pies, está escondida la cueva donde dicen se refugia la diosa Mari.
Lizarbakarra, con su porte redondo, tronco fornido y copas expandidas, sigue custodiando la pradera de Zelaitxiki ante todos estos lugares que al paso propician la imaginación del caminante.
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