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Caballo pastando en la cima del Oketa. Casimiro Añibarro
El ameno y sencillo encanto del 'Gorbeia txiki'

El ameno y sencillo encanto del 'Gorbeia txiki'

Una redondeada cima saluda al mendizale con unas vistas radiantes después de una agradable ascensión entre vacas, caballos y ovejas

Íñigo Miñón

Lunes, 3 de abril 2023, 17:44

Llegas, respiras... y miras. Al frente, en dirección noroeste, el Gorbeia; a la derecha, el Anboto; un poco más allí, el Aizkorri. La santísima trinidad del montañismo vasco te saluda cuando alcanzas la cima del Oketa (1.031 metros). El 'Gorbeia txiki', que aguanta orgulloso la mirada de su padrino. Un paseo sencillo en orientación y exigencia, sin más escollo físico que un repecho final que actúa como asequible estímulo para afrontar sin remordimientos el posterior almuerzo que debe rematar cualquier excursión por la naturaleza.

Esta ruta –lineal o circular, al gusto del mendizale– parte de Etxagüen, en el municipio alavés de Zigoitia. Dejamos la carretera en la Iglesia de la Purificación y subimos por la calle principal hasta una explotación ganadera. Puedes dejar el coche ahí –tranquilo, los perros, muy ladradores, no muerden– o apurar la pista asfaltada hasta el depósito de agua donde empieza el camino propiamente dicho, tras superar, ya a pie, una barrera metálica que te lleva a una vía nítida, sin pérdida. Prado abierto primero, pista ancha después, hasta dar con el cartel del Parque Natural de Gorbeia, donde el paseo –cruce a la derecha– comienza a ganar altura entre ovejas, caballos y vacas –tranquilo, tampoco muerden, sólo observan con curiosidad–.

Al monte

Al monte
  • Distancia: 9 km. Altitud máxima: 1.031 metros. Punto de salida: Etxagüen(A-3608) Dificultad: Fácil.

Robles, hayas, arroyos que ya casi ni lo son y una zona de colmenas. La subida es suave, de las que se salvan charlando, y conduce a un collado verde y despejado que regala unas maravillosas vistas sobre el embalse de Urrunaga. Ahí, con el Gorbeia como referencia, es donde la pendiente se pone un poco chula –ánimo mendizale–. Calma, nada insalvable. Con que estés un poco en forma –y poco es poco– en una hora estarás en el mojón de piedra de casi dos metros que corona el Oketa.

Para volver a Etxagüen tienes dos opciones: desandar lo andado, lo más sencillo; o bajar por la vertiente opuesta, por las Peñas de Umaran, siguiendo el sendero y los mojones hasta dar con el camino que te devuelva al cruce del cartel del Parque, si bien esta alternativa requiere una orientación más afinada.

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