La cinematográfica ermita de San Telmo domina uno de los más espectaculares tramos del flysch.

Acantilados de película en Zumaia

Flysch de la costa vasca ·

Excursiones en barco y a pie para conocer las espectaculares formaciones geológicas del litoral

Iratxe López

Jueves, 19 de julio 2018

Siento su presencia, como si la sombra de esa menuda mujer hubiera dejado impronta encima de la arena. Rememoro el caminar altivo entre las rocas, con ese porte imperial de los Targaryen, tan rubios, tan guapos, tan elfos... aunque no esté bien mezclar fantasías. Daenerys sigue aquí, a pesar de que no pueda verla. Un halo de su poder mantiene el hechizo en el puerto de Rocadragón donde desembarcaron las naos de la khaleesi. Zumaia la vio pasar acompañada de Tyrion Lannister, Davos e incluso de Jon Nieve. Con los ojos hechizados de imaginería, de seres sobrenaturales, heroínas y villanos; ojos beodos por una misma droga, la de Juego de tronos.

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Visita al Flysch (Zumaia)

  • Precio 20 euros.

  • Duración 3.15 horas.

  • Edad mínima 12 años.

  • Punto de salida Centro de interpretación Algorri (Juan Belmonte, 21).

  • Incluye Visita guiada a pie y en barco. Conviene llevar ropa y calzado adecuados.

  • Web geoparkea.eus.

Mucho antes de que el reparto de la serie lanzara el lugar a esa fama devoradora y efímera servida al dente por la televisión, el flysch guipuzcoano estaba ya en los primeros puestos de una lista: la de los santuarios geológicos del planeta. Otras naves arribaban a su costa, repletas de geólogos atentos por traducir los millones de años que definen sus rocas. Entonces no había dragones que admirar, Rhaegals que se acercan sin miedo a falsos bastardos anunciando líos de familia. Solo pliegues que el mundo tejió poco a poco con calma de siglos para entregar al presente su enciclopedia pétrea del pasado.

Una salida geológica guiada, con paseo en barco incluido, explica la trascendencia del lugar del que muchos apenas sabían hasta que literatura y tele obraron el milagro. Comienza con un vídeo, recordatorio a los presentes de que la Tierra es anciana pero coqueta pues, a sus más de 4.500 millones de años, aún esconde maravillas para lucir. Hace mucho, mucho tiempo, el espacio que ocupan las localidades integradas en el Geoparque de la Costa Vasca -Zumaia, Deba y Mutriku- se encontraba bajo el mar. El fondo de las aguas recogía sedimentos que acabaron transformándose en capas de roca. Por entonces el clima era tropical y la imagen del mundo, completamente distinta. Hasta que el choque de la placa Ibérica contra la Euroasiática provocó un fuerte retroceso del agua que plegaría además la zona, de manera que las piedras emergieron a la superficie.

Las rocas aparecen durante la bajamar.

Capas de roca

Germinaban así trece kilómetros de acantilados que esconden en su interior sesenta millones de años de nuestro planeta. Reconocidos por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS) y la UNESCO como uno de los grandes afloramientos geológicos del planeta, sus espectaculares procesos de erosión dieron lugar a una buscada línea litoral. Allí conviven acantilados, desprendimientos, rasas mareales y playas visitadas por reinas de mentira y gentes de verdad que ignoran una certeza científica cercana también a la fantasía: el lugar parece probar que la extinción de los dinosaurios hace 65,5 millones de años fue efectivamente obra de un meteorito.

¿Cómo? La respuesta se ofrece al grupo mientras recorre parte los acantilados y su rasa mareal, escenarios de película que dejarán atónito al público por su belleza sin maquillar y el incalculable valor de sus secretos. Entre la sucesión de capas de roca caliza, marga y arenisca que tejen una falda de tonos grisáceos, marrones y verdosos a la costa, en un doblez de ese vestido quedaron atrapados tectitas, cuarzos de impacto, espinelas -mineral con elevadas cantidades de titanio- y una gran concentración de iridio, abundante solo en cuerpos extraterrestres como los meteoritos.

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Recomendaciones

  • Hotel Flysch Con solo un año de vida y a unos pasos de la ermita de San Telmo, este moderno alojamiento ofrece a sus huéspedes un ideal para descansar a pocos metros del flysch. Decorado al detalle, muestra un gusto funcional pero refinado. Cuenta con habitaciones, así como con estudios de 30 metros cuadrados que incluyen cocina añadida a la comodidad y sensación de hogar que disfrutan los alojados. El artista Antón Eguiguren ha sumado personalidad diferente a cada estancia y rincón del establecimiento hotelero que dispone de cafetería, amplia terraza y parking privado. San Telmo, 2 bis. Zumaia. 943245870. www.hotelflysch.com.

El impacto del meteoroide debió ser terrible. Causó una crisis biológica agravada por tsunamis, incendios y una inmensa nube de polvo que durante muchos años impidió asomar la luz del sol. Las plantas no eran capaces de completar su fotosíntesis; el desastre supuso la desaparición del 80% de las especies terrestres. Pero éste no fue el único asunto grave esculpido para la eternidad en Zumaia.

Hallazgos como un brusco descenso global del nivel del mar hace 61,1 millones de años, la inversión repentina del campo magnético terrestre hace 58,7 millones, y uno de los mayores calentamientos de la historia hace 55,8 millones de años distinguen este enclave testigo de viejos sufrimientos. Inversión y calentamiento marcan en los acantilados de la playa de Itzurun no una sino dos de las llamadas líneas del tiempo, lugares señalados a nivel mundial por 'clavos de oro' con los que los científicos recuerdan a la gente de a pie los puntos donde mejor se pueden observar las mutaciones de cada época.

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Un velero navega frente los acantilados

Lo narrado imprime en el turista cierto rubor. Lo empequeñece hasta la nada al saberse una mota de polvo en la existencia del universo. El grupo que hoy avanza podría meditar sobre su espiritualidad al acercarse a la ermita de San Telmo pero se ha topado con una boda; en vez de filosofar sobre lo terreno y lo divino escucha el sonido de una caracola anunciando la llegada de los novios mientras le vienen a la cabeza escenas de 'Ocho apellidos vacos' sobre baldosas en las que descansan fósiles.

Tras la sorpresa es hora de salir al mar, de observar lo recorrido desde otra perspectiva. La que admirarían dothrakis e inmaculados al entrar en Rocadragón. Atentos a los designios de esa reina de andar distinguido. Dispuestos a elevarla hasta el Trono de hierro. Antes de partir camino de la guerra desde este magnífico trono de piedra.

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Otros planes

  • Joya del gótico en Deba La iglesia de Santa María sorprende por su majestuosidad. Se trata de uno de los edificios más imponentes de la provincia, grande como una catedral. Inolvidables son su magnífico pórtico policromado y el claustro del siglo XVI, el más antiguo de Gipuzkoa. (1.30 horas. 8 €, menores de 12 años, 5. Punto de salida, Oficina de Turismo de Deba, Ifar kalea, 4).

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