Bosé y Vidal

Tanto Bosé como Vidal han dado su bendición a lo que estas producciones pretendían contar, lo cual da cuenta de la medida de sus guiones. Eso no quiere decir que los productos puedan llamar la atención y resultar entretenidos, pero se echa de menos un poso crítico, una intención de ir más allá de la mera descripción de anécdotas y profundizar en las luces y sombras de ambos. No se trata, de ningún modo, de destruir su reputación ni cebarse con ellos sino de ir más allá de la propia estrella.

Ryan Murphy, con todos sus excesos, demostró que eso se puede hacer, lo podemos comprobar en los 'American Crime' dedicados a Versace y a Monica Lewinsky, que transcendían a estos nombres. Estamos lejos de eso. Lo de Bosé y Vidal juega con el morbo, con recrearse en algunos pasajes escabrosos de sus trayectorias, pero evita meterse en según qué jardines por miedo a molestar. Habría sido una oportunidad fantástica de adentrarnos en el mundo de la pornografía en España y en ciertos comportamientos pornográficos de alguien que se creyó intocable. Pero no ha sido.