Los episodios que tienes que ver antes del estreno de la octava temporada

Quizá sea el capítulo que menos recuerdes de 'Juego de tronos' pero con el que, durante su nuevo visionado, más veces te sorprendas exclamando «¡anda, si esto lo contaban aquí!». Toda buena historia tiene su principio y el de ésta comienza así: con el rey Robert Baratheon (Mark Addy) llegando a Invernalia junto a Cersei Lannister siendo recibidos por 'Ned' Stark (Sean Bean) y Catelyn Stark (Michelle Fairley). Y con ellos, las nutridas familias. El capítulo se llama 'Winter is coming'. ¿A qué nos suena?

El primer gran golpe de efecto de la serie -al menos para los que no hubieran leído las novelas-. 'Juego de tronos' deja claro que no se andará con medias tintas ni le temblará el pulso para ejecutar a alguno de sus protagonistas. La ejecución de Ned Stark sienta las bases de la guerra a este lado del Muro y evidencia las ansias de poder de la Casa Lannister. Además, inaugura una expectativa: los capítulo número 9 de cada temporada.

Su puesta en escena -con muchos euros detrás- fue muy elogiada en su momento aunque visto con perspectiva la magnificencia de batallas posteriores han hecho de ésta algo menos memorable. Sí que sirvió para asistir a uno de los primeros grandes enfrentamientos de 'Juego de tronos', entre Joffrey y Stannis Baratheon (Stephen Dillane) y mostrar la eficacia del fuego valyrio. Asimismo trazó el perfil de Tyrion Lannister (Peter Dinklage) como estratega bélico.

Si por el título oficial no lo has ubicado, te damos otra pista: el de 'La boda roja'. Nuevamente, como ya había venido sucediendo, llega la hora de la muerte para personajes que se habían granjeado la simpatía del público, Robb Stark (Richard Madden)-se celebraba su boda- y su madre, Catelyn Stark. De nuevo, un pacto de los Lannister, esta vez con Walder Frey (David Bradley). Y mientras suena de fondo 'Las lluvias de Castamere' en otra parte del tablero, Daenerys Targaryen se hace con Yunkai.

Los enlaces matrimoniales se siguen tiñendo de color y he aquí la llamada como 'La boda púrpura', esa en la que el rey Joffrey (Jack Gleeson) muere envenenado durante el banquete que celebra el enlace con Margaery Tyrell (Natalie Dormer). La copa se la ofrece Tyrion, perseguido desde entonces por su hermana Cersei, aunque -como confesaría posteriormente a Jaime- sería un crimen perpetrado por Olenna Tyrell, la abuela de Margaery. Esa celebrada escena ensombrece otra no menos aterradora, la de Hediondo (Alfie Allen) afeitando a Ramsay (Iwan Rheon) y la confesión del primero de que Bran Stark (Isaac Hempstead-Wright) y Rick siguen vivos.

Este capítulo es relevante porque marca dos puntos de inflexión en la serie: el primer encuentro entre Daenerys Targaryen y Tyrion Lannister, y la batalla entre los Caminantes Blancos capitaneados por el Rey de la Noche y la compañía que lidera Jon Snow al otro lado del Muro ayudados por los salvajes. Veinte minutos de espectacularidad en la nieve.

«¡Shame! ¡Shame! ¡Shame!» Ese tintineo de la campana de Caitlin mientras Cersei Lannister (Lena Headey) recorre las calles de Poniente desnuda y humillada. Y solo por esa escena que deja a cualquiera pegado al televisor merece la pena volver a ver este episodio de 'Juego de tronos'. Pero aunque esa escena sea una de las más recordadas, en este episodio la hija de Stannis es sacrificada en el fuego, envenenan a Myrcella y... ¡matan a Jon Snow! convirtiéndose en el mayor 'cliffhanger' de las siete temporadas.

Si el '¡shame!' del episodio anterior ha pasado a la historia, el '¡Cierra la puerta, Hodor!' no se ha quedada a la zaga. La frase llega en el punto culminante de huida del Rey de la Noche por salvar la vida de Bran Stark (Isaac Hempstead-Wright), sin consciencia por su don de Cuervo de tres ojos. No son los únicos que escapan en este capítulo, también lo hacen Yara y Theon del que fuera su reino, las Islas del Hierro.

Hay poco que decir sobre el episodio más hipnótico y axfisiante de la saga. La lucha de los Stark por recuperar Invernalia en manos de los Bolton supone uno de los momentos cumbres de 'Juego de tronos'. El final de Ramsay ha sido igualmente cruelmente celebrado y festejado.

Todavía con el aliento contenido tras el episodio anterior, 'Vientos de invierno' ofrece la que podría ser una de las mejores secuencias de la historia de la televisión. Minutos sin diálogo en los que solo se escuchan las notas de 'Light of Seven' de Ramin Djawadi y donde se concatenan las escenas de una conspiración que acabará con el Septo, los Gorriones, Margaery Tyrell y buena parte de Desembarco del Rey. Es la vengaza de Cersei Lannister que asiste impasible copa de vino en mano.

Quizá no sea el mejor capítulo de la séptima temporada pero sí uno de los imprescindibles para ver antes del inicio de la octava de 'Juego de tronos'. Es importante retomar exactamente desde el punto en que se dejó y esto es cayendo el Muro, con un dragón de Daenerys reconvertido a la causa del Rey de la Noche, Cersei Lannister aceptando hipócritamente una tregua -junto todas las Casas de Poniente- en Pozo Dragón y con las hermanas Stark conspirando juntas para acabar con la vida de Meñique. Guerra, estrategia y diplomacia antes de gritar 'Winter is Coming'.