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'Deep' se presenta como un ejemplo de los prodigios de la última tecnología en animación 3D. Cargando las tintas en su mensaje ecologista se publicita esta ambiciosa producción nacional en formato estereoscópico que sigue la estela de éxitos de Pixar como la sempiterna ' ... Buscando a Nemo'. Las profundidades del océano funcionan como escenario en un cuento acuático situado en un mundo futuro, a la vuelta de la esquina, donde los últimos supervivientes del planeta son un grupo de criaturas abisales que deben emprender la aventura de turno para salvar su castigado hábitat.
Julio Soto Gurpide, cortometrajista de ficción y documentalista, lidera el equipo creativo de un filme concienciado que busca la esperanza y remarca la necesidad de cuidar el medio ambiente. Un pequeño pulpo rodeado de peculiares compañeros es el rey de la función, un canto a la sostenibilidad dirigido a grandes y pequeños. "No podemos culpar al consumidor, que sigue creyendo que las riquezas del mar son infinitas", remarca el dossier de prensa que promociona el lanzamiento. "Políticas oficiales y los medios de comunicación trabajan duro para mantener viva esa imagen. La profesión del pescador sigue siendo, a ojos del gran público, esa profesión de hombres duros que dejan a sus familias llorosas en el puerto para enfrentarse en luchas épicas contra los elementos, tormentas y mareas, para sacar los frutos del mar en una batalla de igual a igual. Las etiquetas en las latas y envases de productos marinos perpetúan esta imagen del pescador tradicional. Cuando el consumidor llega al mercado, las merluzas, gallos, peces espada y demás especies siguen siendo tan numerosas como antaño. Pero un juego de engaños se está labrando aquí. La tecnología más sofisticada ha permitido que la pesca sea una batalla totalmente desequilibrada en la que el pescado no tiene ya dónde esconderse". La necesidad de cambiar nuestros hábitos destructivos es evidente. Educar desde la temprana edad es vital. Compartir el mundo donde vivimos es posible.
Definida por un amplio sector de la crítica cinematográfica como una de las mejores comedias románticas en tiempo, 'La gran enfermedad del amor', dirigida por Michael Showalter ('Love', 'Grace and Frankie'), con el apadrinamiento de Judd Appatow en la sombra, cuenta una historial real capaz de emocionar al espectador protagonizada por Kumail Nanjiani ('Silicon Valley') y Zoe Kazan ('Ruby Sparks'). Una pareja -un conductor de Uber que quiere ser monologuista y una mujer de buena familia- se conoce asistiendo a un show cómico. Lo que parecía ser un simple encuentro parece tomar cuerpo. La relación se estrecha, pero surgen los problemas debido a sus diferencias culturales y a una enfermedad que irrumpe en escena. La propuesta se va oscureciendo según avanza la trama, aunque el humor no deja de estar presente. "Una corriente subterránea de humor fluyó incluso en los momentos más serios de la película", afirma el director. "Y así es como la película aborda la vida: no importa lo mal que se pongan las cosas, no debes perder nunca el sentido del humor". Buena filosofía.
El principal valor de 'La gran enfermedad del amor' es su innegable capacidad para hablar de la dificultad de la pasión y el romance, en un contexto complicado, sin perder el sentido del humor. De la risa a la lágrima en cuestión de segundos, sin dejarse llevar por el drama facilón, una virtud que deriva en un tono único en el actual panorama cinematográfico, rendido al sentimentalismo barato en un alto tanto por ciento. Los convencionalismos del género son enmudecidos por una agradecida sensación de tristeza y alegría, fusionadas con un certero objetivo: entretener y pensar por el mismo precio.
Emma Stone y Steve Carell actúan bajo las órdenes de Jonathan Dayton y Valerie Faris, responsables de 'Ruby Sparks' y la archiconocida 'Pequeña Miss Sunshine', en 'La batalla de los sexos', propuesta reivindicativa que relata un acontecimiento ocurrido en 1973 que tuvo en vilo a noventa millones de espectadores de todo el mundo, un partido individual de tenis entre Billie Jean King, de 29 años, estrella femenina entonces en la palestra, defensora de los derechos de la mujer, y el antiguo campeón masculino Bobby Riggs. La publicitada competición fue calificada en los medios como el título del filme. El esfuerzo actoral es lo más llamativo y evidente, especialmente el rol de Stone. Carell aporta el toque de humor al conjunto. Un filme que trata un tema de plena actualidad, aunque hayan pasado décadas.
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