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Spannabis no pudo celebrar su 17 edición del 13 al 15 de marzo en Cornellá de Llobregat (Barcelona) por el coronavirus y ha quedado pospuesta para septiembre. Con 18.000 metros cuadrados, cerca de 300 empresas participantes y unos 30.000 visitantes, la ... feria dedicada al cánnabis más importante del mundo está organizada por una empresa, La Feria del Cáñamo S.L., que el año pasado estuvo a punto de ser adquirida por el consorcio estadounidense High Times por 8 millones de dólares. Aunque finalmente el acuerdo no fructificó, los americanos cifraron los ingresos de la compañía española en 2017 en 2,3 millones de euros.
El cánnabis se ha convertido en un lucrativo negocio con la paradoja en nuestro país de que algunas grandes empresas tienen licencia para cultivarlo en inmensas plantaciones, mientras que un particular, más allá de alguna planta en casa para uso personal y aprovechando una laguna en la regulación, lo tiene prohibido. Como lo está comprarlo o venderlo, transportarlo o consumirlo en la vía pública, no así en la intimidad del hogar. Alemania, Portugal, Bélgica, Austria, Italia y la República Checa han regulado su uso terapéutico. Por el contrario, en España sigue la política prohibicionista, lo que no ha impedido que se mantengan los clubes de consumo con una larga tradición, las 'growshops' donde venden semillas y artículos para el autocultivo y las nuevas tiendas de CBD, el componente no psicoactivo de la marihuana.
«La marihuana es un inmenso negocio invisible», constata Ricardo Carvajal, director del documental 'Marihuana: primero las personas', disponible en la web del Observatorio Europeo del Consumo y Cultivo de Cannabis (OEDCM) (abajo se puede ver). «La fiebre del oro verde se vive en Canadá o en California, donde se paga la educación y la pavimentación de las calles a partir del cannabis. El empuje que puede dar la regulación de un mercado que existe puede ser apoteósico», augura el realizador, que se considera un «consumidor recreativo» que utiliza la maría «para hacer yoga, meditar y reírme cuando me junto con mis amigos». Según el OEDCM, 120.000 personas que utilizan el cannabis con fines terapéuticos en España han quedado desabastecidas con el confinamiento. De la misma manera que han abierto los estancos, en otros países se considera a los dispensarios de marihuana servicios esenciales.
Según los datos del CIS, el 84% de los españoles está a favor de la legalización del cannabis con fines terapéuticos y el 47% defiende su legalización en todos los casos. La nueva legalidad que se acerca, defiende el documental, deberá atender en primer lugar las necesidades de los consumidores, que ahora dependen del mercado negro, en lugar de instaurar un modelo centrado en los beneficios de los cientos de empresas que se dedican a actividades económicas relacionadas con la planta. «El movimiento cannábico esta compuesto por buenos ciudadanos que buscan no transgredir la ley», asegura Ricardo Carvajal. «Nadie en la industria funciona con legalidad, excepto las grandes empresas que tienen licencia para cultivarlo, una burla a la gente que lleva 25 años trabajando en esto. Gracias a las 'growshops', que se extendieron a EE UU y América Latina, vino la legalización».
El Ministerio de Sanidad cifra en un 7,3% el porcentaje de españoles que declara haber consumido marihuana durante el último mes, lo que se traduce en unas 322.000 personas. Con el estado de alarma a algunas tiendas se les ha permitido hacer envíos, pero sigue habiendo muchos enfermos desesperados que preguntan en las redes sociales cómo pueden conseguir sus gotitas de Rosin (extracto o concentrado de cannabis). En un país ansioso por que se reabran las terrazas para consumir alcohol, la marihuana sigue soportando un estigma, defiende el filme, que cuenta con los testimonios, entre otros, del filósofo Antonio Escohotado, la activista Fernanda de la Figuera, conocida como la 'Abuela Marihuana', y Gerard Quintana, el cantante del grupo de rock Sopa de Cabra.
«Hay mucha hipocresía, todos conocemos a gente que fuma porros y su uso medicinal cada vez se acepta más. Pero sigue viéndose al consumidor como un delincuente y echando la culpa al cánnabis de la conducta de jóvenes que no tienen referentes ni la atención de los padres», denuncia el director, que apuesta por «educar en vez de multar». Y como apunta Carvajal, la angustia provocada por estos meses de confinamiento puede que haya aumentado su consumo. Los bancos de semillas españolas son los más cotizados del mundo en un país con muchas horas de sol, idóneo para el cultivo. Las más de 1.700 tiendas de CBD abiertas en Italia indican por dónde van a ir los tiros: adiós al trapicheo y bienvenido el mercado legal. En los locales españoles todavía no es posible adquirir cigarrillos liados, como ocurre en otros países, sino aceites, cremas e inciensos con menos del 2% de THC, el componente psicoactivo del cannabis. «Son tiendas que abren sus puertas a diario con el miedo de que se le crucen los cables a la autoridad, de que les incauten como ocurrió hace uno año en la 'Operación Ámsterdam' o que la policía esté en la esquina esperando a los clientes para multarles. No importa que el CBD no sea psicoactivo y esté fuera de la lista de drogas.», lamenta el director.
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