Muere a los 95 años Gina Lollobrigida, el último mito del cine italiano

Lollobrigida dio que hablar hasta sus últimos días. El pasado verano sorprendía a Italia anunciando que volvía a probar suerte en la política y que se presentaba como candidata al Senado en las elecciones generales por un partido de ideología antisistema, comunista y euroescéptico. Al frente del experimento político se situaba el abogado personal de la actriz, Antonio Ingroia, que le asistía en la guerra en los tribunales que mantenía con su único hijo, Milko Skofic, y su nieto, Dimitri, por la gestión de una fortuna de 40 millones de euros. Ambos acusan al secretario personal de la diva, Andrea Piazzolla, de dilapidar su patrimonio aprovechándose de su avanzada edad y su estado psicológico. Los familiares llevaban años tratando de inhabilitar a la estrella por ceder gran parte de sus propiedades a su asistente.

Gina Lollobrigida se retiró del cine en 1997, pero no de la vida pública. La fotografía, la escultura y el periodismo mantuvieron entretenida a la actriz, que en 1999 se presentó a las elecciones europeas con los demócratas de Romano Prodi sin lograr los votos suficientes para conseguir un escaño. Nombrada Embajadora de Buena Voluntad por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mantuvo asimismo una relación sentimental con el empresario español Javier Rigau, 34 años más joven que ella. La actriz terminó denunciándole por estafa y falsedad documental tras el matrimonio por poderes que contrajeron en 2010, aunque Rigau fue absuelto en 2017.

Tal como la definió Terenci Moix, La Lollo era una de las máximas exponentes de «aquella espectacular invención carnal que los italianos de la posguerra dieron en llamar la 'maggiorata': mujeres de bandera, provistas de bustos excepcionalmente desarrollados y una sexualidad que rehuía la sofisticación, el glamour, el artificio». La Loren, con quien mantuvo un feroz combate de titulares durante una década, la Mangano, La Pampanini… Su exuberancia representaba un canto a la belleza popular, a la italiana «frescachona y vocinglera», según Moix, que en el caso de nuestra protagonista le sirvió para dar el paso de la humildad del neorrealismo a las películas de amor y lujo. La Bersagliera, como también era conocida por su papel de leñadora en 'Pan, amor y fantasía' (1953) junto a Vittorio De Sica, fue también Paulina Bonaparte en 'La Venus imperial' (1962), de Jean Delannoy.

Gina Lollobrigida nació en Subiaco, Roma, en 1927. Su padre era propietario de un pequeño taller de carpintería y ella fue la segunda de cuatro hermanas. Las circunstancias de la II Guerra Mundial arruinaron a la familia, que se trasladó a la capital italiana. Mientras dos de sus hermanas consiguieron trabajar como acomodadoras de cine, Gina aprovechó su buena aptitud para el dibujo y se dedicó a recorrer cafés y restaurantes en los que hacía retratos y caricaturas, especialmente a los soldados norteamericanos. Con ellos, ayudaba a su familia y se costeó los estudios de canto y de pintura en el Liceo Artístico. «Tenía una bella voz de soprano lírica y mis maestros aseguraban que podía llegar lejos», aseguraba.

Trabajó como extra en los estudios Cinecittá y también hizo alguna fotonovela, utilizando el nombre artístico de Diana Loris. En 1947 se presentó al concurso de Miss Roma y quedó en segundo lugar, aunque por renuncia de la ganadora representó a la ciudad para el título de Miss Italia. La ganadora fue Lucía Bose, Gianna Maria Canale quedó segunda y Lollobrigida tercera. Las tres tuvieron un papel en el filme 'Renunciación', de Luigi Zampa, al año siguiente. En 1950, la actriz marchó a Estados Unidos invitada por el productor Howard Hughes para discutir un posible contrato. Tras firmarlo permaneció en Los Ángeles durante meses sin rodar nada, una situación contractual que le impidió trabajar en Estados Unidos durante 12 años. Su consagración en Italia llegó con 'La provinciana', de Mario Soldati, en 1953, el mismo año que logra la popularidad mundial con 'Pan, amor y fantasía', a la que siguió poco después 'Pan, amor y celos'.

Gina Lollobrigida fue la primera actriz italiana en hacer carrera en el cine internacional, sobre todo en Francia, donde la adoraban desde 'Fanfán el invencible', junto a Gérard Philipe. Allí rodó 'La ley', con Yves Montand; 'El gran juego', junto a Jean-Claude Pascal; 'Notre-Dame de París', como Esmeralda y Anthony Quinn de Quasimodo… Cuando por fin llegó a Hollywood, liberada ya del contrato con Howard Hughes, hizo 'Cuando hierve la sangre', junto a Frank Sinatra y Steve McQueen; 'Desnuda frente al mundo', con Tony Franciosa y Ernest Borgnine; 'Cuando llegue septiembre', con Rock Hudson; 'Trapecio', acompañada de Tony Curtis y Burt Lancaster; y 'La burla del diablo', uno de los rodajes que la actriz recordaba con más agrado, gracias a la presencia de Humphrey Bogart, el director John Huston y Truman Capote, que escribía cada noche los diálogos del día siguiente. Durante el rodaje en Madrid de 'Salomón y la reina de Saba', en 1959, murió su protagonista, Tyrone Power, de un ataque cardiaco. Lollobrigida volvería a rodar entre nosotros en 1972, 'No encontré rosas para mi madre', de Francisco Rovira Beleta. Ya no volvería a ponerse ante una cámara hasta los 80, cuando aceptó ser la hermana italiana de Jane Wyman en 'Falcon Crest' y un par de episodios de 'Vacaciones en el mar'.

«He hecho más de sesenta películas, de las cuales salvaría pocas. Lo que llevo dentro es más importante que todas ellas», sostenía la actriz, que como fotógrafa puso delante de su objetivo a personalidades como Fidel Castro, Dalí, Kissinger, Antonio Gades, Yuri Gagarin e Indira Ghandi. Una escultura suya de grandes dimensiones que representa un águila montada por un niño y bautizada 'Es bello vivir juntos' decoró la entrada del pabellón italiano en la Exposición Universal de Sevilla de 1992. Varios diputados de distinto signo político pidieron que se retirara la obra, al considerar que no representaba a la escultura italiana.