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María del Puy Alvarado descubre que hace casi 20 años trabajó en el Festival de San Sebastián como becaria y doble de luces. «Conocí a Coppola», recuerda esta donostiarra que poco después fundaría la productora Malvalanda. 'El agente topo' la ha situado de nuevo en ... la carrera hacia el Oscar, un proceso que ya vivió con el corto 'Madre' de Rodrigo Sorogoyen. La nominación como mejor documental culmina la exitosa trayectoria de este particular filme dirigido por la chilena Maite Alberdi, en el que un anciano entra como 'espía' en una residencia y acaba robando el corazón de los internos. Una película rebosante de inteligencia y ternura que todavía puede verse en los cines españoles.
-El Festival de San Sebastian es clave en la génesis de 'El agente topo'.
-Así es. Allí se cerró la coproducción entre España y Chile. A mí me gustaba mucho el trabajo de Maite Alberdi y quería trabajar con ella. En 2017 aterrizó en el Foro de Coproducción de Donosti con el proyecto y empezamos a hilar la película. Tres años después se estrena en Sundance y, pandemia mediante, San Sebastián la rescata y gana el Premio del Público. La película revive y aparece en el panorama internacional de las películas del año. Tiene impacto en prensa nacional e internacional y se nomina a los Goya y a los Oscar.
-¿'El agente topo' es un documental o una ficción?
-Un documental, porque lo que sucede en ese hogar de mayores es una realidad. No hay un guion ni nada ficcionado. No podía haberlo en una película de búsqueda y creación.
-Esos viejitos no son actores.
-No. Viven en esa residencia. ¿Cuál es el elemento de ficción? El agente topo, Sergio. Maite seleccionó un elemento externo, un espía, para meterlo en la residencia sin saber muy bien qué iba a pasar. El rodaje arrancó sin Sergio, se les dijo que íbamos a hacer una película sobre la vida allí y que íbamos a seguir al primer interno que entrara. Una pequeña mentira. Pero todo lo que sucede después es real. Darren Aronofsky dijo después de verla en Sundance que era la mejor película de antiespías que había visto en mucho tiempo.
-Rodaron durante tres meses y medio, una barbaridad.
-Sí. 400 horas de material grabado. Y casi dos años de montaje. El cine de Maite Alberdi necesita mucho tiempo. No se llega a esos momentos mágicos si no estás mucho tiempo. Las personas que viven en la residencia tenían que olvidarse de que estaban las cámaras. La naturalidad es tiempo.
-Su gran suerte fue encontrar a Sergio Chamy, el anciano viudo de 87 años que es el alma de la película.
-Todos nos enamoramos de Sergio. Le debemos mucho, no era fácil el reto que le propusimos. No le podían descubrir y tenía que trabajar con tecnologías a las que no estaba habituado. A la semana de llegar a la residencia nos dijo que no se veía dentro, que quería abandonar porque la gente que le rodeaba era como muy mayor. Después hizo grandes amigos. Es un milagro que no le descubrieran y que fuera tan buen antiespía.
-'El agente topo' nos descubre la soledad y el abandono de nuestros mayores, un mensaje que tras el infierno que han sufrido las residencias por el covid encuentra un nuevo eco.
-A Maite Alberdi le gusta hablar de la pandemia de la soledad, que ya existía antes del virus. Es una pandemia que también nos acompaña a todos en las vidas modernas y rápidas que llevamos. La película no se vio igual en Sundance que en San Sebastián. En Sundance, justo antes de la pandemia, hubo muchas más risas; en Donosti el público salía llorando. Aunque creo que 'El agente topo' es una película positiva que mueve a emociones bonitas. Sales del cine y sientes la necesidad de llamar a tu padre o a tu abuela. Nos cuenta que nunca es tarde para el amor o para hacer amigos.
-¿Cómo se hace campaña para el Oscar?
-Con un equipo muy grande y costes económicos elevados. Nuestro objetivo principal es que el mayor número posible de académicos vea la película. Confiamos en la emoción que genera. Yo lo viví con el corto 'Madre'. Tenemos contratada una agencia de relaciones públicas desde hace meses, porque las campañas a los Oscar se trabajan con mucha anticipación. Es muy difícil obtener una nominación sin un trabajo previo, a los Oscar llegan todas las películas del mundo.
-¿Van a tener que hacer campaña presencial en Los Ángeles?
-De momento todo es por zoom. No es fácil viajar a Los Ángeles y Chile ha cerrado sus fronteras. Este año no hay proyecciones, eventos, fiestas, ni cóctel de nominados, que se celebra un mes antes. No pintamos mucho en Los Ángeles. Puede que esta situación haya democratizado las campañas, somos cine independiente y no hubiéramos tenido dinero para hacer grandes eventos. Ahora todos jugamos a que la película se vea.
-'Collective', de HBO, y 'Crip Camp', de Netflix, parecen los rivales a batir.
-Los cuatro documentales que aspiran al Oscar son rivales a batir. Hay un nivel altísimo, 2021 está siendo el año del documental. Pasó en los Goya y también a nivel internacional. Puede ganar cualquiera. Ojalá los académicos nos apoyen con una película que habla de nuestros mayores en un año como este.
-En 'El agente topo' son tres productoras y una directora. Las cosas están cambiando en la industria.
-Cada vez empieza a haber más mujeres en puestos de liderazgo, porque en los rodajes ya había muchas mujeres. Pero nos queda muchísimo camino por recorrer. Los datos cada vez son mejores y me emociona que este año, por fin, una directora de fotografía haya ganado un Goya. Cuando empezamos a preparar 'El agente topo' me sorprendía que no hubiera ningún hombre, era raro.
-No hay muchas productoras españolas.
-Ahora estamos Nahikari Ipiña, María Zamora… Y otras que nos facilitaron el camino: Esther García, Cristina Huete, Puy Oria… No creo que sean conscientes de la importancia de su labor. Fue muy importante el Premio Nacional de Cine a Esther García. Los referentes son fundamentales, si no ves nunca a una directora de foto creerás que es un trabajo que solo lo hacen los hombres. La figura del productor siempre se asocia al dinero, y tendemos a asociar dinero y poder con hombre en el imaginario colectivo. Yo vengo de una generación criada en un contexto con libertad pero todavía muy machista. Aún tengo pensamientos que después descubro machistas. Tras 14 años al frente de una productora hablo desde mi experiencia. Y he visto mejorar mucho las cosas. Doy clases en la Complutense, y mis alumnas de 20 años tienen un discurso que yo no lo tenía a su edad. A veces me dicen cosas que me hacen pensar… Vienen pisando fuerte.
-¿Cree que ellas lo tendrán más fácil que usted si quieren trabajar en el cine?
-Llegan en un contexto un poquito mejor. Afortunadamente se incorporarán a un mercado laboral totalmente diferente. Pero queda un larguísimo camino para llegar a la igualdad plena. Yo sé que no la voy a vivir en el campo laboral.
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