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En la sala oscura avanza la acción de 'Llaman a la puerta', la última apuesta de M. Night Shyamalan, quien dejase al público boquiabierto con el final de 'El sexto sentido', a la cual siguió una sorpresa más mayúscula, 'El protegido', quizás la mejor ... película de superhéroes de todos los tiempos. Su nuevo estreno se adapta a la modestia de sus últimas producciones, cuyos presupuestos ajustados le permiten controlar más el resultado, sin un reparto extremadamente popular ni infinidad de localizaciones y efectos visuales. En la pantalla hemos podido observar cómo una pareja feliz, con una niña adoptada, ven cómo su estancia, aparentemente tranquila, en una cabaña en un bosque, se ve truncada por la presencia de cuatro extraños que les secuestran con una excusa tan estremecedora como absurda. Sin abrazar el terror, la tensión se antoja irrespirable con tan pocos recursos, hasta el punto de que varias personas abandonan la proyección en su ecuador. Sin apenas mostrar nada, insinuando, Shyamalan consigue incomodar al espectador, algo que lleva haciendo desde sus inicios, emulando a su maestro Hitchcock. Con Spielberg luciendo en el mismo altar, referencia inevitable, el responsable de 'El bosque', título con el cual pinchó por acostumbrar demasiado al personal a los espectaculares giros finales, es uno de los cineastas que mejor narra en el actual cine estadounidense con olfato comercial.
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Amante del género fantástico y fiel defensor de sus virtudes metafóricas, Shyamalan volvió por sus fueros tras aceptar algunos encargos de alto copete que no funcionaron en taquilla como se esperaba, entre ellos 'Airbender, el último guerrero' o 'After Earth'. Con 'La visita', que rodó hipotecando su casa, resurgió como un ave fénix, ganándose de nuevo el favor del público y la crítica con proyectos rentables en los cuales plantea una situación inquietante sin la obligación de manejar un gran presupuesto. 'Llaman a la puerta' es una home invasion rodada con gusto y buenas interpretaciones. Basada en la novela de Paul Tremblay, en su espíritu puede recordar a una obra audiovisual española fechada con anterioridad, 'Matar a Dios', donde abundaba más el humor. El relato transcurre prácticamente en el interior de la cabaña, donde los personajes van dando información sobre sí mismos y su relación, dando pie a un misterio que va enredándose sin remedio. La cámara, elegante y concisa, evita toda muestra cruel de violencia, aunque haberla, hayla, sobre todo en off, con toda su crudeza.
Prestidigitador del suspense indiscutible, hábil creador de atmósferas, Shyamalan sigue fiel al género fantástico apostando por un formato rentable y manejable que puede recordar a un episodio de antologías de terror a pequeña escala como 'Tales from the Crypt' o 'The Twilight Zone'. No hay sustos, no hace falta ir a lo obvio para que el espectador se angustie ante una situación desesperante. 'Llaman a la puerta' cuenta con el carisma del gigantón Dave Baustista, perfecto en su papel de profesor de escuela con su corazoncito, tremendamente amenazador. El casting no se nutre de la fama para llamar la atención, siendo fiel a una idea clara de ahorro presupuestario. También participa Rupert Grint, el pelirrojo de la saga de adaptaciones de Harry Potter, al que hemos podido ver en la recomendable serie 'Servant', producida por el propio Shyamalan. Su rol resulta ser el menos fiable en una reunión de singulares personajes que deben acabar, supuestamente, con el fin del mundo, a base de sacrificio… y sangre. Varios flash-backs, algo televisivos, profundizan en los hechos que llevan a este grupo aleatorio de seres humanos a enfrentarse a una amenaza que puede ser una simple superchería.
Shyamalan sabe llevar al público por donde quiere. Alimenta la tensión in crescendo, mantiene la atención, sorprende con algún momento inesperado y sabe manejarse con los medios justos. Es consciente de la condición de su retoño audiovisual y maneja el cotarro eludiendo aspiraciones innecesarias. 'Llaman a la puerta' no deja de ser una película pequeña dentro de los márgenes que maneja Hollywood, luego sumamente eficaz a nada que vaya bien en las salas y demás circuitos de distribución. Este tipo de propuestas funcionan muy bien atendiendo al target juvenil. Oscura y zumbona, huye de la explicitud del slasher sin perder negrura. Horror doméstico y psicológico.
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