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Es conveniente no saber nada de 'Lamb', o casi nada, para degustarla en su plenitud en la sala de cine, algo muy complicado a día de hoy con la tormenta de información que nos llega a través de Internet, por no hablar de esos tráilers ... que se empeñan en contarnos la película de cabo a rabo, a veces tergiversando su verdadera naturaleza mediante el montaje para vender otra cosa que no es. La película ganadora de la Sección Oficial del pasado Festival de Sitges, ópera prima de Valdimar Johánnssonla, es un drama rural con toques fantásticos que se deja llevar por el horror en sus últimos pasajes, aunque no es un filme de terror puro y duro.
Está detrás el estudio A24, padrinos de sonados títulos perturbadores como 'Midsommar', 'The Witch' o 'Saint Maude', pero asustar a la platea no es el principal cometido de una apuesta visual que puede adscribirse de soslayo al fenómeno horror folk. Galardonada con el premio a la originalidad en la sección Una Cierta Mirada de Cannes, además de inquietar al espectador realiza una arriesgada exploración del concepto de maternidad y la idea de paternidad, con un final que puede decepcionar al público más avispado que no puede evitar predecir hacia dónde va el clímax la historia.
La entregada Noomi Rapace, galardonada con el premio a la mejor actriz en Sitges, donde participaba por partida doble con 'The Trip (El viaje)', encarna con loable decisión a una madre abnegada que cuida a un bebé muy singular. Comparte protagonismo con Hilmir Snær Guðnason, visto en la sensacional 'Un blanco, blanco día'. La pareja vive aislada en Islandia en una granja y está dispuesta a cualquier cosa con tal de alcanzar la felicidad. El drama familiar intimista va mutando en un relato espeluznante sobre el cual planean el amor y la pérdida.
Técnicamente, hay una apuesta clara por dar mayor importancia a la creación de sensaciones a través de las imágenes y el sonido en detrimento de los diálogos, reducidos en la medida de lo posible. La banda sonora firmada por Þórarinn Guðnason, así como los silencios y el retrato de los paisajes, son vitales para disfrutar al máximo con los hallazgos de una fábula arriesgada no apta para cualquier paladar. En Sitges, 'Lamb' sembró la incertidumbre y no dejó a nadie indiferente.
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