Johnny Depp (Owensboro, Kentucky, 1963) recibirá el primer Premio Donostia de esta edición el próximo 22 de septiembre. Será la tercera vez que el actor visite San Sebastián: en 1998 vino junto al director Terry Gilliam para presentar 'Miedo y asco en Las Vegas' y ... el año pasado acompañó el estreno de 'Crock of Gold: Bebiendo con Shane MacGowan', un documental que produjo y en el que charlaba con el cantante de Los Pogues, compañero de farras.
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Depp es una superestrella que a sus 58 años todavía mantiene una legión de fans que en los últimos tiempos sufre el contencioso judicial que arrastra con su exmujer, la actriz Amber Heard, con acusaciones de maltrato de por medio y que ha provocado su retirada de las sagas 'Piratas del Caribe' y 'Animales fantásticos'. Su última película estrenada en España es 'El fotógrafo de Minamata', presentada en el festival de Barcelona el pasado abril, en el que daba vida a la leyenda del fotorreporterismo Eugene Smith, que en los años 70 fue enviado por la revista 'Life' a Japón para cubrir el envenenamiento por mercurio de un pueblo pesquero provocado por los vertidos de una empresa química.
Depp siempre ha alternado cine independiente y producciones comerciales. Actor fetiche de Tim Burton, se hizo multimillonario gracia a su papel del corsario Jack Sparrow, pero aun en el cénit de su fama, cuando era una de las estrellas mejor pagadas de Hollywood, siempre arriesgó con personajes incómodos en películas que se pudieron hacer gracias a su presencia. También ha tratado de mantener de forma paralela una carrera musical. El protagonista de 'Eduardo Manostijeras' ha recibido tres nominaciones a los Oscar (por 'Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra', 'Descubriendo nunca jamás' y 'Sweeney Todd') y ganado el Globo de Oro por esta última. Ha dirigido cortos y el largometraje 'The Brave' (1997), que también escribió y que devolvió a su amigo Marlon Brando a las pantallas.
Hijo de un ingeniero y una camarera, Depp vivió de adolescente el divorcio de sus padres y trabajó de vendedor y mecánico antes de debutar en el cine a los 21 años como una de las víctimas de Freddy Krueger en la primera 'Pesadilla en Elm Street'. La serie 'Nuevos policías' le hizo inmensamente popular y en 1986 ya figuraba en el reparto de 'Platoon', de Oliver Stone. Los 90 fueron su mejor década creativamente hablando. Rodó a las órdenes de Tim Burton 'Eduardo Manostijeras, 'Ed Wood' y 'Sleepy Hollow'. Trabajó con Emir Kusturica en 'El sueño de Arizona', con Lasse Hallström en '¿A quién ama Gilbert Grape?' y con Jim Jarmusch en 'Dead Man'. También cumplió su sueño de llevar a la pantalla 'Miedo y asco en Las Vegas', el libro de su amigo Hunter S. Thompson, padre del periodismo 'gonzo'.
Su papel de Jack Sparrow en 'Piratas del Caribe', saga que arranca en 2003, le acercó hasta el público infantil, que también quedó arrebatado por su magnética composición de un corsario irónico y desastre, para cuyo aspecto físico se inspiró en Keith Richards. Las acusaciones de maltrato de su exmujer Amber Heard llevaron a Disney a prescindir de sus servicios. Su enfrentamiento en los tribunales no concluyó en 2016, cuando la actriz prometió entregar a causas benéficas los 7 millones de dólares que recibió. Depp ha demandado a Heard por difamación y le reclama 50 millones de dólares por daños y perjuicios ocasionados por un artículo en el que esta relataba los presuntos abusos y agresiones publicado en el 'Washington Post'. El actor obtenía una pequeña victoria judicial la pasada semana ya que un juez de Nueva York ha ordenado investigar si la actriz donó efectivamente el dinero del acuerdo de divorcio.
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Los personajes de rebeldes, inadaptados, villanos, friquis y diferentes abundan en la filmografía del actor mejor pagado en 2016, con 80 millones de euros. Cuando se celebró el divorcio, los asesores del actor revelaron que mantenía catorce casas, incluido un castillo con 18 hectáreas. Los caprichos del actor incluían 45 coches de superlujo, 30.000 dólares al mes en vino, una colección de obras de arte con piezas de Warhol y Basquiat y una cuadra de caballos en Kentucky. Generoso con los amigos, llegó a gastarse 3 millones de dólares en el funeral del escritor Hunter S. Thompson, que se voló la cabeza en 2005. La colección de recuerdos que conserva de mitos como Marilyn y Brando está repartida en doce depósitos. Solo su mantenimiento cuesta un millón de dólares al año. Un tren de vida que difícilmente podrá mantener sin taquillazos. «Uno solo puede hacer una cosa en la vida: levantarte y respirar hondo sin miedo», contaba a este periodista el pasado abril en el BCN Film Fest. «Me interesa más permitirme por primera vez en mi vida hacer música otra vez, escribir canciones, un libro…».
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