Un fotograma de 'Los cinco diablos'.

Crítica de 'Los cinco diablos': cine sensorial

Una niña con un extraño don que le permite oler la esencia de las cosas y las personas es uno de los curiosos personajes principales de esta atractiva cinta francesa vista en Sitges

Jueves, 27 de octubre 2022, 08:37

Sugerir, más que mostrar, y dejar al espectador que juegue con diferentes interpretaciones, es la base creativa de 'Los cinco diablos', cuyo título puede despistar, ya que no camina por el lado siniestro del séptimo arte, aunque se pasea a ratos por el lado oscuro ... de las emociones de los protagonistas del relato. Vista en Cannes en la Quincena de realizadores, se presentó también recientemente en el Festival de Sitges en el marco de su Sección Oficial, como película a concurso, lo que puede dar lugar a engaño de cara a pasar por taquilla, ya que su relación con el género fantástico se puede coger con pinzas. Coquetea más bien, como suele decirse, con el realismo mágico, con algunos momentos que invitan a la ensoñación y a diferentes lecturas, aunque la trama principal resulta bastante básica, un triángulo de amor bizarro en el seno de un matrimonio de conveniencia.

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La madre de familia, interpretada por Adèle Exarchopoulos, cuya energía y jovialidad se mantiene en el encuadre desde que llamase la atención poderosamente de la mano de la fogosa 'La vida de Adèle', no está contenta con su relación de pareja. Avanza en su día a día entregándose al baile y la natación, cuidando de una hija -aquí llega el componente fantasioso, poco explotado- que tiene una extraña habilidad olfativa que le permite ver más allá. La niña, bien llevada por la pequeña debutante Sally Dramé, solitaria e inquieta, colecciona olores en frascos, el de su propia progenitora y todo aquello que pulula a su alrededor. Este don le permite sentir con una intensidad mayor todo lo que acontece en su entorno, huele a las personas y descubre facetas e historias aparentemente ocultas, secretos del alma, recuerdos de un pasado convulso y eclipses totales del corazón, como reza la famosa canción que precisamente elige la protagonista para cantar entregada en un karaoke, avanzado el metraje, cuando ya está el pescado vendido y lo sobrenatural termina de esconderse para no enturbiar lo evidente.

Vídeo. El tráiler de 'Los cinco diablos'.

'Los cinco diablos', dirigida con afán autoral por Léa Mysius, responsable de la interesante 'Ava', plantea una historia repleta de recovecos que puede entenderse de manera lineal, con algunos pasajes oníricos que, tal y como están integrados, no rompen la narrativa y apuestan por lo sensorial sin dejar de ofrecer un drama familiar. El cruce de géneros es tan leve que no resulta difícil colocar las piezas del puzzle como espectador, aunque su toque naturalista es lo que mejor funciona, sobre todo en las escenas donde la extraña niña, a la postre una suerte de hechicera canija con look electrizante, lleva la batuta. De inspirada puesta en escena con los mínimo elementos, quizás el relato no acaba retorciéndose lo suficiente para incomodar y atraer a un mismo tiempo a la audiencia, una característica que no siempre es compartida como virtud en el patio de butacas. Las obsesiones propias del ser humano preocupan a la directora, cuyo deseo de incluir en un mismo cesto incontables emociones puede acabar en su contra, pero atina en la resolución airosa de conflictos y, afortunadamente, no necesita explicar racionalmente la fantasía que empapa esta curioso canto a la libertad sexual y a nuestra propia existencia.

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