El compromiso de Catherine Deneuve
Iconos femeninos ·
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«Me gusta la pasión, pero no la muestro en público; siempre me dio miedo la fama y prefiero utilizar mi vena tímida para marcar distancias», ha dicho en alguna ocasiónUna de las grandes damas del actual cine francés, Catherine Deneuve, con los años se ha ganado una fama de 'gélida', que ella misma propició sobre todo en su contacto con los medios de comunicación, pero es solo apariencia, una coraza frente a su ... timidez: «Puedo ser una mujer muy cercana con la gente de mi entorno y muy hierática con un desconocido. Me gusta la pasión, pero no la muestro en público; siempre me dio miedo la fama y prefiero utilizar mi vena tímida para marcar distancias», ha dicho en alguna ocasión.
Catherine Dorléac nació en París el 22 de octubre de 1943. Su entrada en el cine se produjo sin demasiado entusiasmo, gracias a su hermana, la prematuramente desaparecida actriz Françoise Dorléac, año y medio mayor, cuando la acompañaba a un rodaje, escogiendo el apellido de soltera de su madre para evitar que la confundieran con ella. No sería hasta que la llamó Roger Vadim para 'El vicio y la virtud' (1963) cuando se planteó seriamente en dedicarse a la interpretación. Vadim, separado de Brigitte Bardot, pasaría a convertirse en su amante. Poco tiempo después asombraba a todos tras las cámaras de Jacques Démy en 'Los Paraguas de Cherburgo' (1964), y de Roman Polanski en 'Repulsión' (1965). Deneuve repetiría con Demy en 'Las señoritas de Rochefort' (1970), en 'Piel de asno' (1973) y en 'No te puedes fiar ni de la cigüeña' (1973). Otro director que la marcó decisivamente fue Luis Buñuel con quien hizo 'Bella de día' (1966) y 'Tristana' (1970), que rodó en Toledo. También influyó François Truffaut que la convirtió en la protagonista de 'La sirena del Mississippi' (1967), director con quién repetiría en 'El último metro' (1980). Todas estas películas provocan que la revista 'Look' la bautizase como «la mujer más hermosa del mundo».
A los 22 años, sorprendió a todos al contraer matrimonio con David Bailey, el fotógrafo de modas más célebre de la época. Mick Jagger ejerció de padrino en la ceremonia. La actriz, que había jurado no pasar jamás por la vicaría, y que ya tenía un hijo de su relación con Vadim, confesó años después que en su decisión influyó el hecho de que cuatro días antes, Vadim se había casado con Jane Fonda. Sin embargo, en 1971 conoce a Marcello Mastroianni, con quién formó primero pareja artística trabajando juntos en cuatro ocasiones, forma posteriormente también sentimental, de cuya relación nacería su hija Chiara Mastroianni, también actriz.
A mitad de los años setenta da el salto a Hollywood, rodando con los estadounidenses Robert Aldrich ('Destino fatal', 1975) y Dick Richards ('Marchar o morir', 1977), pero la actriz no queda demasiado satisfecha y pronto regresa a Francia. A la vez, se convierte en el rostro de Chanel nº5, e incluso hubo un perfume que llevaba su nombre, convirtiéndose en un icono, tanto del cine como de la moda, inspirando a diseñadores como Yves Saint-Laurent. Sobre sus personajes explica: «Los papeles que he interpretado a lo largo de mi carrera me han hecho crecer como actriz y como mujer; no soy la misma persona de los inicios. El secreto para mantenerse activa profesionalmente es ser curiosa y tener energía. Mientras me ofrezcan papeles buenos e interesantes seguiré trabajando en el oficio más bonito del mundo».
Actualmente Catherine Deneuve es embajadora de buena voluntad de la Unesco. Su imagen fue usada para representar a Marianne, el símbolo nacional de la República Francesa, desde 1985 a 1989. Entre sus premios, posee un Oso de Oro de Berlín, el galardón a la mejor actriz en los Premios Europeos del Cine por 'Ocho mujeres', el premio Donostia del Festival de San Sebastián y la Palma de Oro de Honor del Festival de Cannes. Hoy, a sus 77 años sigue trabajando: «Una mujer envejece cuando deja de resultar deseable. Por eso, la edad puede ser importante, pero lo son aún más las ganas que una muestre por seguir viviendo, por mostrarse vital, con deseo de gustarse y gustar. Si estás seguro de lo que proyectas, no has de tener miedo a la vejez», afirma.
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