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Takeshi Kitano, en una escena de 'Ghost in the Shell'.
Takeshi Kitano: arte y furia oriental

Takeshi Kitano: arte y furia oriental

El realizador, uno de los más interesantes de Japón, participa en 'Ghost in the Shell' en uno de los múltiples guiños que la película hace a la imaginería oriental

Borja Crespo

Jueves, 30 de marzo 2017, 18:26

'Ghost in the Shell' abraza al gran público, por ello ha cuidado hasta el más mínimo detalle para acercarse a la mayor audiencia posible y echar mano de su bolsillo. Rodada en Nueva Zelanda y en China, con Shanghai y Hong Kong como escenarios evidentes, su aspecto visual, lo mejor que ofrece, remite constantemente a la imaginería oriental. Se basa en el conocido anime, con lo cual mimetizar la estética de la mítica película de animación japonesa es parte de su encanto. Para añadir ingredientes variopintos como reclamo, cuenta con guiños bien estudiados, como la presencia carismática del cineasta oriental Takeshi Kitano (Tokio, 1947), uno de los realizadores más interesantes del país del sol naciente. Sólo hay que ver 'Sonatine' (1993) para apreciar su talento. Violencia y poesía se dan la mano con una mirada perturbadora. El polifacético artista -director, actor, presentador, escritor, pintor- sigue siendo una de las personalidades más importantes de Japón, especialmente en el campo del entretenimiento. Participa en programas y especiales de televisión (son de recibo sus intervenciones en concursos como el impagable 'Humor amarillo'), y ha firmado un gran número de novelas, colecciones de relatos, ensayos y poesía. También ha trabajado en el campo de los dibujos animados y como diseñador de videojuegos. En su faceta de intérprete ha dejado su impronta en títulos de culto como 'Battle Royale', 'Johnny Mnemonic' o 'Feliz Navidad Mr. Lawrence', por poner tres llamativos ejemplos. Su participación en el reparto del estreno más publicitado del fin de semana, encarnando al líder de la Sección 9, grupo de operaciones especiales al que pertenece el personaje al que da vida Scarlett Johansson, es lo más divertido del menú. Con su semblante inexpresivo, marca de la casa, ofrece al público momentos salidos de tono, lo que es de agradecer.

El singular 'Beat' Kitano, nombre con el que firma cuando actúa en producciones ajenas fue miembro del dúo cómico Two Beat-, llamó la atención en los años 90 con sus propuestas cinematográficas cargadas de violencia, impregnadas con un extraño sentido del humor. 'Violent Cop', 'Boling Point' o 'Kids Return' reflejan su tendencia al exceso, con especial predilección por temas relacionados con la yakuza y el crimen en general. Son la excusa perfecta para plantearse dilemas morales y hacer reflexionar al espectador, al que conmueve, inquieta o deja con la risa congelada. En agosto de 1994 sufrió un accidente de moto que le cambió la vida. Sus fans temieron por su integridad. Años más tarde confesó que había sido un intento de suicidio. Curiosamente, a partir de tan fatal punto de inflexión filmó algunas películas básicas, aplaudidas por la crítica a nivel internacional, entre ellas 'Hana-Bi (Flores de fuego)' (1997), León de Oro en Venecia, cine lírico necesario que confirmó el talento inclasificable de su artífice; 'El verano de Kikujiro' (1999), poesía entre la amargura y la risa, magistral por momentos; 'Brother' (2000), un paso más allá en el cine de gángsters, retrato de una sociedad en descomposición (atención también a su saga 'Outrage'); y 'Dolls' (2002), una experiencia visual mayúscula, con un tratamiento del color excepcional y una puesta en escena gloriosa, para muchos su obra maestra.

El samurai ciego

Entre sus papeles más reconocibles está el rol de lacónico profesor de instituto en 'Battle Royale' (2000), una suerte de Gran Hermano donde varios estudiantes deben matarse entre sí hasta que solo quede un superviviente, claro precedente de 'Los Juegos del Hambre'. Con Takashi Miike colaboró en la delirante y sanguinolenta 'Izo' (2004). Cabe destacar 'Zatoichi' (2003), donde se colocó delante y detrás de la cámara para describir las peripecias de un samurai ciego. Es una obra de peso, que aúna todas sus obsesiones y demuestra su capacidad para compaginar el drama con escenas hilarantes. El filme se alzó con varios galardones en los festivales de Venecia (mejor director, premio del público, mejor banda sonora), Sitges (mejor película, premio del público) y Toronto (premio del público). Mezcla hábilmente escenas de acción de extrema violencia resulta espectacular el exceso de hemoglobina, con salpicaduras de sangre realizadas por infografía que aportan un aspecto de irrealidad reseñable- con momentos de ternura embriagados de poesía. No falta el peculiar sentido del humor que caracteriza la obra del cineasta nipón y algún sorprendente número musical lleno de júbilo que corona un espectáculo a todas luces vivificante, con un contagioso número de claqué que nos hace olvidar las orgías de sangre que vertebran un argumento poseído por el sentido de la justicia, la venganza y el honor.

'Zatoichi' se basa en una serie de películas, realizadas entre 1962 y 1989, que retratan las tribulaciones de una popular figura conocida también como El Lobo Blanco, un antihéroe invidente que maneja la espada de samurai con una furia inusitada. En uno de sus múltiples viajes vagabundeando de sol a sol, el excéntrico espadachín descubre una pequeña ciudad perdida en la montaña, dominada por una cruenta banda criminal que tiene atemorizados a los lugareños. Revelándose como un Robin Hood made in Japan, el legendario guerrero discapacitado reparte estopa entre los villanos sable en mano, en el Japón del siglo XIX. Kitano dio vida a un personaje deudor de la tradición aventurera japonesa, con una estética cercana al maestro Akira Kurosawa, a quien el cineasta homenajea siempre que puede, en esta ocasión mediante una espectacular escena de lucha bajo la lluvia, planificada al dedillo con una coreografía imposible que pone los pelos de punta. La sombra de 'Los siete samráis' se siente.

"Un héroe también hace cosas malas. De hecho, es más interesante cuanto más políticamente incorrecto se comporta", ha comentado en alguna ocasión el genial intérprete y realizador. En su prolífica trayectoria también se ha permitido experimentos como 'Takeshis'' (2005) y 'Glory to the filmaker!' (2007). Fue sonada la entrevista que hizo en televisión a Asahara, fundador de la secta religiosa Aum Shinrikyo (Verdad suprema), responsable del tristemente célebre atentado en el metro de Tokio. Aunque su encuentro fue anterior, fue objeto de todo tipo de críticas que no le afectaron en absoluto. Kitano es un artista completo, enponzoñado de arte y furia.

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