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Oskar Belategui
Jueves, 12 de mayo 2016, 15:43
El 5 de octubre de 1969, el canal 1 de la BBC estrenó 'Monty Python's Flying Circus'. Durante los seis años que estuvo en antena, el espacio revolucionó el medio televisivo y dinamitó en cada uno de sus episodios los mitos y ... ritos de la sociedad británica. Los miembros del grupo habían empezado a poner a prueba a la censura muchos años antes, cuando coincidieron en el seno de las rígidas y conservadoras universidades inglesas. Graham Chapman, John Cleese y Eric Idle habían formado parte de la compañía Cambridge Footlights Revue, mientras que Terry Jones y Michael Palin habían puesto Oxford patas arriba con sus espectáculos satíricos. Terry Gilliam, el miembro americano del grupo, llegó a Londres en 1967.
La radio, el teatro y la televisión fueron los medios donde se curtió una factoría del humor que dio de manera natural el salto al cine en 1974 con 'Los caballeros de la Mesa Cuadrada y sus locos seguidores'. Después vendrían las otras dos películas 'oficiales' de los Python: 'La vida de Brian' (1979) y 'El sentido de la vida' (1983). Terry Gilliam y Terry Jones se dedicaron a dirigir largometrajes con desigual fortuna, mientras el resto del grupo siguió explotando su faceta actoral en proyectos conjuntos o por separado.
En 1989 murió Graham Chapman, el inolvidable Brian coetáneo de Jesús de Nazaret. En su funeral, John Cleese concluyó su responso con estas palabras: "Lo tenía todo, salvo el buen gusto tonto. Pude oírle ayer por la noche, mientras escribía estas palabras, susurrándome al oído: 'Bien, Cleese, estás muy orgulloso de ser la primera persona que dijo 'mierda' en la televisión británica. Bien. Si este acto que preparas realmente es para mí, para empezar, quiero que seas la primera persona que en un funeral británico diga '¡joder!'".
Los Monty Python son hoy un tesoro nacional, un grupo de septuagenarios que hace un par de años aceptó aparcar sus diferencias y volver a reunirse en escena por una millonada después de casi tres décadas para revivir gags que forman parte de la memoria sentimental de varias generaciones de británicos. 'Absolutamente todo', la comedia de Terry Jones que llega hoy a los cines, se vende como la película que junta de nuevo a los Python, pero la cosa no va más allá de que Gilliam, Cleese, Idle, Palin y Jones pongan la voz a un grupo de alienígenas, pomposamente bautizados el Consejo Intergaláctico de Seres Superiores. El llorado Robin Williams también dobla a un perro en una cinta que tiene como protagonista al pelirrojo Simon Pegg.
El guion de 'Absolutamente todo' descansaba en un cajón del despacho de Terry Jones desde hacía muchos años. Su inspiración es un relato escrito por H.G. Wells a finales del siglo XIX en clave de comedia fantástica, 'El hombre que podía hacer milagros'. Pegg da vida al desmotivado profesor de instituto, al que los extraterrestres conceden el don de hacer realidad todo lo que desee. Lo hacen porque la ley alienígena les obliga a poner a prueba a los humanos antes de destruir nuestro planeta. Un solo paso en falso de este patán que se hace acompañar por un perro al que dota de la capacidad de hablar y desaparecemos todos.
En 1974, la NASA lanzó la misión Pioneer con el fin de estudiar el borde exterior de nuestro sistema solar. La nave contenía una placa con un mensaje sobre la raza humana y un mapa de dónde encontrarnos, por si acaso la vida inteligente descubre la sonda en la profundidad del espacio. Y eso es lo que ocurre cuando el Consejo Intergaláctico de Seres Superiores confía nuestro destino a este inútil más interesado en ligarse a su vecina (Kate Beckinsale) que en salvar el planeta.
Rodada sin muchos medios, con efectos especiales de baratillo, 'Absolutamente todo' confía en la comicidad de su protagonista, digno heredero del humor de los Monty Python, que en 'La vida de Brian' ya mostraban a una pareja de extraterrestres que rescataba al protagonista en su nave espacial. "Ni siquiera la reunión de los Python puede salvar al filme de la mediocridad", lamenta el crítico del 'Telegraph', al que no le queda claro a quién se dirige 'Absolutamente todo': si a los nostálgicos fans del mítico grupo o a los jóvenes espectadores que conocen a Pegg de 'Zombies Party'.
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