Matt Damon, en una escena de 'Marte'.

Marte: náufrago espacial

El gran estreno de la semana, una vitalista epopeya ambientada en el planeta rojo, recupera para el cine la mejor versión de Ridley Scott

Borja Crespo

Jueves, 15 de octubre 2015, 11:37

'Alien, el octavo pasajero' asentó un importante precedente cinematográfico a finales de los años 80, siendo una de los títulos de cine fantástico más importantes de todos los tiempos. Ridley Scott firmó la carta de presentación al gran público de una terrible ... amenaza llegada del espacio exterior que se ha convertido en un icono esencial en la historia del séptimo arte. Un depredador extraterrestre con ácido por sangre que se escondía entre las sombras de la nave espacial Nostromo y aterrorizaba a su tripulación como nunca antes se había visto. El veterano cineasta contó con un equipo artístico excepcional que tiene mucho que ver con el éxito del filme, entre ellos el mítico dibujante de cómic Moebius ('El Incal') y H. R. Giger, un artista único que también dejó su impronta en la versión de 'Dune' de David Lynch. Scott supo fusionar con acierto terror y ciencia-ficción, antes de ofrecernos otro título indispensable a la hora de entender el género, 'Blade Runner', aunque las malas lenguas afirman sin ruborizarse que fue cuestión de suerte. Sea como fuere, saber rodearse de gente con indudable talento e ingenio y canalizarlo por el bien de la obra en pos del resultado final es la complicada labor que debe afrontar todo director que presume de serlo.

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Scott goza de una filmografía tan irregular como sugestiva, alternando cal y arena. Siente una clara predilección por el cine de género: thriller, acción, sci-fi, aventura, época... El grueso del público le recuerda por 'Gladiator' y con 'Thelma & Louise' salió en los telediarios, convirtiéndose en su día en todo un fenómeno. Una vez olvidado el tropezón de 'Exodus: Dioses y reyes', sumamente aburrida (e innecesaria), ha arrasado con 'Marte' en la taquilla estadounidense. Con la reivindicable y delirante 'Prometheus', una cinta muy incomprendida, ya regresó a sus inicios surcando los confines del espacio. Ahora, partiendo del viaje de un grupo de exploradores en busca del origen del hombre en la Tierra, el incombustible realizador se da un paseo por Marte coincidiendo con la avalancha mediática de noticias sobre los indicios de la existencia de agua en el planeta, como si todo atendiese a una magistral maniobra de marketing. Matt Damon protagoniza el viaje alucinante, respaldado por Jessica Chastain, Kate Mara y Jeff Daniels.

Basada en un best seller, como mandan últimamente los cánones de Hollywood, 'Marte' retrata una misión enviada al planeta que le da título. En la aventura uno de los miembros de la tripulación es dado por muerto en mitad de una inesperada tormenta. Abandonado por el resto del equipo, debe sobrevivir con los escasos medios con los que cuenta. Además de respirar, el intrépido protagonista tiene que emplearse a fondo para comunicarse con la Tierra y avisar a sus compañeros para que no le den por muerto. El instinto de supervivencia le empuja a vivir, aunque parezca que todo está perdido. La mayor angustia vital a la que debe enfrentarse es su propia voluntad. La desesperación puede ser tan letal como el hostil medio ambiente de Marte. Va grabando un registro en vídeo de sus actividades, a modo de testamento final, salpicándolo con metodología científica e ingenio. Sus conocimientos sobre ciencia le permiten mantener la esperanza.

El argumento de 'Marte' parece una puesta al día, a miles de kilómetros de distancia, del oscarizado 'Náufrago' de Tom Hanks y Robert Zemeckis. El tema central ya nos ha dado grandes películas, como la reciente 'Moon' (Duncan Jones, 2009) o el clásico 'Naves silenciosas' (Douglas Trumbull, 1979). Scott esta vez no ha recibido malas críticas, aunque está lejos de ofrecer al espectador otra obra maestra, como antaño. Lo dicho, cal y arena es lo que abunda en su trayectoria, y mucha película mal entendida, como 'El consejero', que no iba de lo que anunciaba el tráiler y la escena de Cameron Díaz haciendo el amor con un coche es motivo suficiente para ser aplaudida. En el fondo, no tiene ningún título espeluznante, su principal problema es haber dejado el listón tan alto en sus comienzos, repasen 'Los duelistas'. Ninguna está para echarse a llorar, ¿excepto 'Exodus'?

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