Oskar Belategui
Jueves, 1 de octubre 2015, 10:23
Ha rodado seis películas en veinte años de carrera y su estatus es intocable. Alejandro Amenábar (Santiago de Chile, 1972) tardó muy poco en erigirse en la esperanza blanca del cine español. Con su ópera prima, 'Tesis', ganó siete Goyas, incluido el de mejor ... película y director novel. Su segundo trabajo, 'Abre los ojos', fue objeto de un 'remake' en Hollywood con Tom Cruise, 'Vanilla Sky'. Su tercer largometraje, 'Los otros', propició que nuestra cinematografía se abriera al exterior y conquistara mercados internacionales.
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Amenábar fue el modelo de referencia para una nueva generación de estudiantes de cine, que tenían en este hombre tímido y reservado un modelo a imitar. El cénit de su fama se produjo en 2005, cuando ganó el Oscar de habla no inglesa con 'Mar adentro', una cinta con la que algunos críticos ya empezaron a ponerle peros. 'Ágora', una superproducción de 50 millones de euros, pinchó en el mercado internacional. De repente, Amenábar ya no era 'cool'.
El estreno este fin de semana de 'Regresión' ha devuelto a los medios a un director que solo se deja ver cuando toca promoción. Ya no es aquel niño prodigio, sino un hombre de 43 años que sigue cultivando la discreción en torno a su persona. Resulta casi imposible sacarle a Amenábar alguna declaración que no sea sobre su película. Solo ha dado que hablar en una ocasión: en 2004, aprovechó el estreno de 'Mar adentro' para salir del armario en la revista 'Zero'.
Este año, también con película en cartera, el realizador se casaba con su novio desde hace un lustro, David Blanco, un economista de 27 años. Al fiestón en una finca madrileña acudieron algunos amigos como Alaska y Mario Vaquerizo, culpables de que Amenábar se asomara a su 'reality' en la MTV. Ya no viven en Malasaña, sino en un ático cercano al Senado en la Plaza de España. lejos quedan los tiempos en los que compartía piso con Mateo Gil, guionista de 'Abre los ojos' y 'Mar adentro' y Carlos Montero, creador de la serie 'Física o química'.
El crítico Oti Rodríguez Marchante publicó en 2002 'Amenábar, vocación de intriga' (Ed. Páginas de Espuma) la biografía del director a través de una larga conversación. Su protagonista se explayaba con cuestiones técnicas referidas a sus películas, pero soslayaba en pocas palabras los apuntes más personales que atañen a su experiencia vital.
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De su infancia, Amenábar descubre que apenas conserva recuerdos de los dos años que permaneció en Chile. Nada más llegar a Madrid, el pequeño Alejandro se pasó un año entero sin decir una sola palabra. Ni siquiera se comunicó con su hermano, dos años mayor, que actualmente vive en Londres. Su inmersión en la fantasía vino de la mano de las novelas de misterio de Enyd Blyton y Agatha Christie. Mientras leía cómics de superhéroes y veía 'Mazinger Z', ya componía la música de sus propios cuentos con un Casiotone.
Amenábar revela que sus padres apenas le dejaban ver la televisión, aunque el vídeo de unos vecinos suplía su hambre de cine. El impacto de 'E.T. El extraterrestre' le llevó a indagar en la profesión de realizador a través de libros que pedía prestados en bibliotecas. Con catorce años, todavía aspiraba a estudiar Arquitectura, pero este adolescente solitario que jamás jugó al fútbol o al baloncesto acabaría matriculándose en la Facultad de Imagen y Sonido de la Complutense, carrera que aún no ha concluído a falta de un par de asignaturas.
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La universidad fue un período feliz para el autor de 'Los otros'. Allí coincidió con Mateo Gil, y suplió la "desastrosa" enseñanza y la falta de medios con un tesón e ilusión que desembocaron en la realización de cortometrajes. Como anécdota, el siniestro catedrático de 'Tesis' encarnado por Xabier Elorriaga se apellidaba igual que Antonio Castro, el profesor que le suspendió Realización.
Para pagarse sus cámaras de vídeo, Amenábar trabajó como reponedor de estanterías en supermercados, en una fábrica de encuadernación y en el taller de efectos especiales de Colin Arthur. De esta última experiencia recuerda que participó en la confección de un cocodrilo de mentirijillas para 'El robobo de la jojoya', una comedia al servicio de Martes y Trece.
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El contacto con José Luis Cuerda fue providencial para que Amenábar se animara a dar el salto al largometraje. En 'Tesis' pudo refundir las influencias de los tres cineastas fundamentales en su vida: Steven Spielberg, Alfred Hitchcock y Stanley Kubrick. 'Abre los ojos', revela el propio cineasta, tuvo numerosos problemas en su rodaje a cuenta del maquillaje de Eduardo Noriega, que a punto estuvo de costarle la salud al actor. El director confiesa que, en esa época, todavía no había tenido experiencias con las drogas. "Hoy la película se inclinaría más hacia la ensoñación", sospecha.
El estudio de Rodríguez Marchante se detiene durante bastantes páginas en la génesis y confección de 'Los otros'. De la experiencia de trabajar junto a dos estrellas de Hollywood como Tom Cruise y Nicole Kidman, Amenábar destaca la profesionalidad de ambos. Eso sí, Cruise, productor del filme, veía casi a diario lo rodado y Kidman ejercitaba la potestad de repetir todas las veces que quisiera una toma hasta considerarla válida.
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'Regresión', su vuelta al cine de género, también cuenta con dos estrellas en el reparto como Emma Watson y Ethan Hawke. Un 'thriller' ambientado en Minesota en los 90 que se atreve con temáticas tan escabrosas como las sectas satánicas y los abusos sexuales. Amenábar, más cordial y fibroso que antaño, sigue hablando del tema que más le interesa: el combate entre ciencia y religión, entre lógica y superstición.
"He encontrado en hacer películas el mejor vehículo para expresar lo que pienso y siento", contó el director a EL CORREO en San Sebastián. Su discreción le impide con buen criterio saltar al patio de vecinos de Twitter. "Las redes sociales son un altavoz para decirle a todo el mundo que te levantas por la mañana y lo que estás desayunando. No me interesa propagar esa información. Hablo con mis amigos y mi familia y tengo opiniones políticas como todo el mundo, pero no veo la necesidad de expresarlo minuto a minuto. A veces me meto en Facebook, pero como el que se mete en una página de cotilleos".
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