Uber a las puertas

En estos casos, lo recomendable era por supuesto mantener la normalidad y dejar que fuese la 'app' quien le informase de que en Bilbao no había Uber. «¡Ay, madre, se han debido de caer todos los sistemas de economía colaborativa!», reconozco que he dicho yo alguna vez, mientras hacía como que leía cosas en el móvil con creciente alarma. «¡Nos hemos trasladado a la edad de piedra! ¡A 2011!»

Bien, todo esto ha cambiado. Justo esta mañana. Desde hoy a primera hora en Bilbao hay servicio de Uber. ¿Quiere eso decir que sacar el móvil y pedir un coche va a funcionar entre nosotros como funciona en Nueva York, París, Madrid o Murcia (periferia). La respuesta es que no exactamente. Sucede que Uber llega en plan minimalista. Algunos de los conductores que ya venían funcionando en Bilbao con licencias de VTC, ofreciendo servicios de transporte privado con chófer, van a compatibilizar su trabajo con la presencia en la plataforma. Si tienen un rato libre, se conectarán. Calculen que se trata de una veintena de conductores. Y que su disponibilidad será intermitente y aleatoria. En apariencia, conseguir un Uber en Bilbao no será tanto una opción como una victoria sobre el azar.

A Uber sin embargo el desembarco no le cuesta nada, ya que su trabajo se limita a poner a disposición de conductores y usuarios un software más que consolidado. Y el desembarco le conviene. Es una maniobra de presentación, teniendo en cuenta el número de licencias que están a la espera de una resolución judicial. Son 175 y su irrupción en el mercado sí pondría a prueba esa «convivencia» entre el taxi y los nuevos operadores que desde distintas Administraciones vascas se situó como objetivo deseable. El Gobierno vasco tiene anunciado para final de año el decreto que regulará el funcionamiento de los VTC. Sería desde luego un éxito que el lío llegase antes que la ley. Y Uber ya funciona en el Gran Bilbao. Incluyendo el aeropuerto.