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Jose Ibarrola
¿Misión cumplida?

¿Misión cumplida?

Más que una demostración de fuerza, el ataque en Siria es una señal de debilidad, ya que no refuerza la posición de EE UU en la región, sino más bien demuestra que quien manda es Putin

Domingo, 15 de abril 2018, 01:17

Trump ha decidido pasar de la retórica a los hechos. Después de valorar los pros y los contras de una acción militar contra el régimen sirio como represalia a su empleo de armas químicas en Duma, el presidente norteamericano ha optado por la opción menos ... arriesgada: un ataque de mínimos contra objetivos de escaso valor estratégico. El bombardeo de un arsenal militar en Homs y un centro de investigación armamentística en Damasco permite a Trump salvar la cara ante un electorado aislacionista que no desea nuevas aventuras militares en Oriente Medio. Más que una demostración de fuerza cabe interpretarlo como una señal de debilidad, ya que no refuerza la posición de Estados Unidos en la región, sino más bien demuestra que quien tiene la sartén por el mango es el presidente ruso Vladimir Putin, que advirtió que una ofensiva masiva desencadenaría una enérgica respuesta por parte de las fuerzas rusas desplegadas en el país árabe. Bashar el-Asad puede respirar tranquilo dado que el ataque no ha dañado su capacidad ofensiva ni tampoco ha provocado un daño irreparable en sus bases militares. Incluso Irán, el archienemigo de Estados Unidos, ha resultado completamente indemne.

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