Vista de la entrada a las oficinas centrales de la Corporación Mondragón. E. C.

Del cooperativismo a la cooperación: un nuevo tiempo para el Grupo Mondragón

Es la hora de construir un nuevo modelo social que redefina la vocación y el alcance de las estructuras del Grupo Mondragón

Xabier Retegi

Miembro de honor de la Fundación Arizmendiarrieta

Martes, 6 de junio 2023, 00:03

Transcurridas casi siete décadas de la creación de la primera cooperativa, el grupo cooperativo Mondragón (en adelante, grupo) ha demostrado vitalidad y fortaleza consolidando una estructura flexible que le ha permitido afrontar etapas y solventar dificultades que han puesto a prueba su solidez e identidad.

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En esos años ha pasado por diferentes fases: de expansión (años 60 al 80), cuando se crean cooperativas y se conforman los grupos comarcales; de adaptación-reconversión (década de los 80), cuando las cooperativas se adecuan a la Unión Europea; de reconfiguración del grupo (principios de los 90), cuando se sustituyen grupos comarcales por divisiones sectoriales creando la Corporación, Congreso Cooperativo y Consejo General; y de crecimiento e internacionalización, donde se expande por el mundo.

La estructura democrática le permite afrontar, de forma ejemplar, problemas como: liquidación de emblemáticas cooperativas, segregaciones, conflictos internos y modificaciones organizativas que se adaptan a las exigencias de cada tiempo.

La solidez del grupo se sustenta en su peculiar composición conformada por tres tipos de entidades: cooperativas de base libres, autónomas y responsables de su destino, entidades de cobertura que se soportan en aspectos esenciales (financieros, educación, investigación, previsión...) y grupos cooperativos que, mediante pactos, articulan complicidades y relaciones. Esta estructura combina la libertad y responsabilidad de cada cooperativa con las ventajas de la dimensión y soporte del grupo que permiten actuar con visión solidaria y anticipación previsora.

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El grupo cuenta con experiencia en crear lazos para marcar rumbos compartidos en empresas diferentes

El cooperativismo de Mondragón, sustentado en la primacía de la persona, en la gestión democrática y en la vocación comunitaria, se enfrenta ahora a un nuevo escenario caracterizado por la magnitud y velocidad de los cambios: economía digital, que transforma organizaciones; sectores emergentes, que sustituyen a los tradicionales; transición energética, que obliga a cambios; inestabilidad de mercados internacionales... Son factores que condicionan el futuro y afectan al conjunto de la sociedad.

Estamos inmersos en una economía en acelerado cambio, verdadero aluvión ante el que es preciso posicionarse como grupo y como país. La atomización en la respuesta y el 'sálvese quien pueda' limitan la capacidad de adaptación y debilitan al conjunto. Entidades públicas y privadas, empresas y sus asociaciones, ámbitos académicos, entidades de investigación están condenados a entenderse y aunar esfuerzos para proyectar al país hacia cotas ambiciosas que lo coloquen en la vanguardia del progreso.

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Se abren caminos de cooperación entre entidades heterogéneas para que, mediante pactos, articulen la sociedad. Es época de liderazgos que marquen rumbos, conciten adhesiones, establezcan redes de cooperación y movilicen a las personas.

El grupo tiene mucho que aportar, cuenta con experiencia en articular estrategias y en establecer lazos de intercooperación marcando rumbos compartidos entre empresas diferentes. Una proyección estratégica conjuntada de país le ofrece un marco incomparable para proyectar su acción a niveles superiores y, a su vez, compartir liderazgo con otras instituciones, poniendo a la persona como centro y protagonista del cambio social. Se trata de trascender de los márgenes del cooperativismo para adentrarse en procesos de cooperación.

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El país cuenta con el gran nivel formativo alcanzado por las personas, especialmente por las nuevas generaciones adaptadas a la era digital. Esta enorme riqueza potencial requiere ser convertida en 'energía cinética', abriendo cauces de participación donde manifestarse. Cuenta también con instituciones capaces de marcar rumbo y señalar destino hacia el modelo de sociedad que se desea alcanzar.

Las épocas de cambio ofrecen oportunidades difíciles de encontrar en situaciones estáticas. Es la hora de construir una economía avanzada y un nuevo modelo social, trascendiendo del cooperativismo a la cooperación. Son tiempos de reflexión, verdadero 'período constituyente', para redefinir la vocación del grupo y adaptar sus estructuras organizativas. La actual generación cooperativa debe construir su propio modelo para que, sin ataduras ni dogmas del pasado, sirva a los fines perseguidos.

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