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La Wagner, la Kaminski y la Dirlewanger
La mirada ·
Ya en 1944 el ejército alemán utilizó dos brigadas especiales con elementos en común con el ejército privado de PutinDomingo, 11 de diciembre 2022, 00:04
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La mirada ·
Ya en 1944 el ejército alemán utilizó dos brigadas especiales con elementos en común con el ejército privado de PutinDomingo, 11 de diciembre 2022, 00:04
El pasado 5 de noviembre, con motivo de la celebración del Día de la Unidad Popular, el magnate ruso Evgueni Prigozhin, jefe del Grupo Wagner y llamado el 'cocinero de Putin' porque comenzó su andadura organizando los catering del Kremlin, inauguró en San Petersburgo la ... primera sede oficial del grupo de mercenarios Compañía Militar Privada Wagner (siglas en ruso, ChVK), un espectacular edificio de cristal en el cruce de la avenida Dalnevostochni y la calle Zólnaya. La 'W' es el logo de la empresa. Sin embargo, la creación de una sede oficial para los hombres de la Wagner nos dice que no estamos hablando de mercenarios al uso, sino de compañías militares privadas en toda regla, estamos hablando del ejército privado de Putin.
El grupo Wagner fue fundado en 2014 por Dimitri Ytkine, antiguo teniente coronel de las fuerzas especiales de inteligencia, y el nombre de Wagner se debe al pseudónimo por el que era conocido Ytkine, amante de la música de Wagner y gran admirador de Hitler.
Los hombres de la Wagner pertenecen en su mayoría al movimiento espiritual de la Unión de las Comunidades de la Fe Patriarcal Eslava, un neopaganismo ultraderechista y racista inspirado en el antiguo paganismo eslavo. Muchos de estos soldados son reclutados en las cárceles y entre terroristas suicidas, hoy los jefes prefieren alistar a reclusos con VIH y hepatitis C para mandarlos a Ucrania.
Bueno, pues no se sorprendan: ya en agosto de 1944, durante el levantamiento de Varsovia, el Ejército alemán utilizó dos brigadas especiales que tenían elementos en común con el Grupo Wagner. Me refiero a la Kaminski, dirigida por Bronislav Kaminski y compuesta por rusos desertores de Stalin que odiaban a los polacos, y la Dirlewanger, liderada por Oskar Dirlewanger y formada por presos reclutados en las cárceles.
Como muestra de la crueldad de estas brigadas, diré que Kaminski y sus hombres entraron borrachos en el Instituto de Radio de Varsovia destinado a mujeres enfermas de cáncer y se dedicaron a violarlas y a matar a los hombres que encontraron allí. Oskar Dirlewanger y los suyos participaron en la masacre de Wola, el barrio de Varsovia donde se produjo la mayor matanza de civiles de Polonia.
Kamiski fue juzgado y condenado a la horca debido a su crueldad, pero, sobre todo, por apropiarse del botín de guerra. En el caso de Diurlewanger intervino Himmler y no hubo juicio, fue condecorado y enviado al frente, después de la guerra murió linchado por militares polacos responsables de la guardia de la prisión alemana de Altshausen, al norte del lago Constanza.
Una de las características que comparten la Wagner, la Kaminski y la Dirlewanger es la dura instrucción a la que son sometidos sus hombres y los crueles castigos que reciben por el menor error. La razón es convertirlos en seres inhumanos capaces de las mayores crueldades. El pasado 14 de noviembre se difundió el video de la muerte a mazazos a manos de sus compañeros del desertor de la Wagner Evgueni Nuzhin.
Y, como todo en esta vida tiene su porqué, existen razones para convertir a los mercenarios del grupo Wagner en un ejército privado con magnífica sede. Y es que la existencia de esta tropa, en la medida en que sustituye al ejército tradicional, permite a la población civil participar en menor grado en la lucha directa y evita así que el pueblo se rebele contra el Gobierno, ya no son, como hasta ahora, el hijo, el hermano o el marido, los que van a la guerra, sino profesionales anónimos.
Por otro lado, se sabe que la eficacia de estos grupos supera ampliamente a la de los soldados alistados por la fuerza. Esa gente, sacada de las cloacas, lucha como nadie, está adiestrada para matar y cuenta con una historia personal llena de pobreza y miserias que deja poco resquicio a la compasión, lo que les convierte en los mejores guerreros.
En fin, que podría ocurrir que esta nueva forma de entender el ejército haya venido para quedarse, y hasta nos pongamos contentos. Tristes guerras, tristes hombres.
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