![Victoria sin triunfalismo](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202204/28/media/cortadas/morejon28-k0oE-U1601814506159laG-1248x1760@El%20Correo.jpg)
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Yannick Jadot, el candidato de Europa-Ecología-Los Verdes, se pronunció firme por el saliente Macron. «Cuando el bloque de extrema derecha sobrepasa el 30% en la primera vuelta, alentar el 'ni-ni' es jugar a la ruleta rusa». Cuando Marine Le Pen, el domingo ... pasado, alcanza un 41,4% con una abstención del 28% del electorado, la alarma por la democracia retumba en Francia y en Europa. Humilde, ronco, Macron toma nota. Gran parte del 58,6% recibido es voto prestado. El reelegido presidente reconoce no ser querido por 'Nous tous': agradece «la responsabilidad, el apego a la República y la movilización para bloquear la desestabilización del país». En plena guerra de Ucrania, por las nuevas generaciones, «Francia retoma la fuerza de un proyecto universal superador de diferencias», proclama Emmanuel Macron al son del himno europeo.
Francesas y franceses ejercieron o no su derecho al voto para decidir qué proyecto dirigirá el Ejecutivo en los próximos cinco años. No se distrajeron. La abstención aumenta dos puntos respecto a la primera vuelta (26,31%) y el voto en blanco se dispara: 6,35% frente al 1,51% quince días antes. «La monarquía presidencial sobrevive gracias al voto de contención de la extrema derecha, pero el sufragio popular no se extenderá a la Asamblea», anuncia Jean-Luc Mélenchon, quien se postula como primer ministro. El 'insumiso' se siente autorizado para deshacer los resultados de la segunda ronda ofreciendo un bloque de Unión Popular que ve ganador en las legislativas de 10-12 de junio. «La 'tercera vuelta' es el medio que la democracia nos da para cambiar el rumbo», augura el líder de extrema izquierda.
Todo se embala de cara a las legislativas. Continuar siendo presidente de la República «es construir una gran nación ecologista». Tal fue la primera reconsideración de Macron en Los Campos de Marte para reescribir su siguiente quinquenio. Jóvenes, mujeres, sanidad, seguridad, justicia, laicidad, empleo, la deuda… ¡Tanto por hacer! Y Ucrania: «Francia cierra este paréntesis; ayudaremos con claridad en todos los ámbitos». Desde el movimiento creado en 2017, La República en Marcha, Emmanuel Macron es el primer político galo reelegido por sufragio universal, fuera de una cohabitación. No todo es demérito en su 58,6% cuando la suma del Partido Socialista de Anne Hidalgo y Los Republicanos de Valérie Pécresse no roza un 7% de apoyos, menos que el novato ultranacionalista Eric Zemmour.
Entre las promesas no cumplidas del macronismo durante su primer mandato sobresale la imposible reducción de la implantación del Frente Nacional o Reagrupación Nacional en su imagen domesticada. La extrema derecha en 2022 aumenta ocho amplios puntos su resultado de 2017. Marine Le Pen vive su derrota como esperanza: «RN es el contrapoder fuerte que evitará el sufrimiento de mis compatriotas». Sondeos de la presidencial reconocen -46%- la capacidad de Marine Le Pen para «comprender los problemas de la gente como ellos». Plantea batalla pues. No, no abandona pese a la «puñalada» de Zemmour recordando la octava caída del clan Le Pen. Otro bloque se prepara para arañar poder al Ejecutivo desde la Asamblea Nacional: el nacionalista francés.
«Extranjeros son los médicos, las enfermeras, auxiliares administrativos, chóferes, cajeras, limpiadores… Todos pagan sus alojamientos estatales, sus impuestos. ¿Cuántos van ustedes a evacuar de sus domicilios?». Así pedía concreciones el portavoz del Gobierno saliente, Gabriel Attal, al presidente de la formación lepenista, Jordan Bardella, en el cierre de los debates. «Estos ciudadanos franceses, ¿aceptarán de buen grado las condiciones de vida que les imponen?», proseguía el delfín de Macron. Para 'solucionar' la escasez de alquileres sociales, RN propone la rescisión del contrato de medio millón de inquilinos, residentes legales en el Hexágono. Aquí las fórmulas para «recoser Francia» de la candidata de la «concordia». Por esta vez, el escrutinio contiene el odio y la violencia. Tras la postura protectora de la derrotada Le Pen permanecen muchos peligros de los que sus electores no son quizá conscientes. La banalización del proyecto de Reagrupación Nacional tiene malas consecuencias. Contribuye a ello cierta pereza intelectual para poner en perspectiva los proyectos que se presentan en nombre del pueblo. Medidas incompatibles con los valores más elementales de la República, que siembran el caos en la economía y la segregación en la sociedad, merecen despejarse sin esperar a cualquier otro comicio.
El voto a Macron era necesario por tantos desatinos de la extrema derecha de Le Pen. Los franceses han entendido que, manteniendo la democracia, los ciudadanos pueden movilizarse contra las injusticias. Vienen las legislativas. Desde la Asamblea Nacional se compondrán en junio bloques ecologistas, sociales y republicanos que modulen el poder del presidente. La urgencia era impedir la deconstrucción de Francia. Y de Europa.
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