Todos lo saben

Y ahora entro en algunos hechos a los que quiero dar visibilidad. Están en las noticias y nos invaden día a día.

Todos saben que Maduro no ha ganado las elecciones en Venezuela y que es un dictador. Todos saben que la libertad ha conquistado las elecciones venezolanas y que Edmundo González y María Corina Machado dicen la verdad.

Todos saben que a Puigdemont le han ayudado a volver a escaparse y a huir. Los cómplices de esta película ridícula han permitido que el independentismo haya retorcido de nuevo los resortes de la dignidad de la política catalana, española y europea. Todos lo saben.

Creo que es sencillo buscar lo real entre tanta oscuridad. Aquí quiero decir alto que la oscuridad es también hermosa, que adentrándonos en ella podemos encontrar tesoros, recuerdos, inspiración, amor.

La Superluna azul de Esturión se ha abierto paso en la oscuridad del firmamento. Es importante detenernos en que es superluna porque el satélite se ha encontrado en el perigeo en el momento de alcanzarse el plenilunio; es decir, en el lugar en que la luna se encontraba en su órbita en el punto más cerca de la Tierra, en el lugar más cercano a nosotros. Esta coincidencia extraordinaria ha hecho posible que hayamos visto la luna más grande y más brillante. Yo pensaba, y aquí sigue chispeante mientras escribo: qué mensaje tan enorme contiene disfrutar admirando su belleza al tiempo que nos hace buscar y rebuscar en lo que todos saben, todos sabemos.

La política se está disfrazando demasiadas veces, y demasiado tiempo seguido, de mentiras o de verdades a medias. Si los políticos se preocupasen o tuviesen voluntad en encontrar el mínimo común denominador y la raíz de lo que sucede en España, la gran mayoría expondrían, e incluso defenderían, lo que los ciudadanos saben. Los políticos son ciudadanos. Con respeto les digo: hablen a veces como ciudadanos a los que, por cierto, representan. La democracia representativa verdadera es el gran aglutinador de la esencia de la democracia de calidad. Representen.

Tergiversar la realidad o manipularla no lleva al avance de un país, de una sociedad. Todos lo saben.

Cuando veo una película en la que hay un malentendido o nadie se atreve a decir la verdad y a ser justo con el personaje al que todos señalan, un hilo de angustia aparece en mi garganta. Seguro que a muchos de ustedes también les sucede. Hasta que otro personaje no da voz a lo que todos saben, la película no llega a un remanso del río. Hay que ser valiente para mostrar y dar claridad a lo que todos saben.

En un tiempo tan relevante para dar respuestas a los grandes desafíos de nuestro tiempo, creo que sería clave que la política transversal, la gran política, basada en los valores, la Constitución y el Estado de derecho, se centrase en la visión y acción geoestratégicas; en la paz; la seguridad y la defensa; la doble transición ecológica y digital medida y realista capaz de cumplir datos y tiempos avanzando; la inmigración humanitaria, legal y coordinada; la lucha contra la pobreza; la reindustrialización europea. Estos retos deberían abordarse con voluntad vertebradora.

Todos saben cuál es el mejor CV; las personas que deben irse ya de la política y las que deben llegar. Todos saben dónde se está produciendo una injusticia en un país, en un partido, en el trabajo, en un grupo de amigos o incluso en el seno de una familia.

Es luminosa la frase de Andrea Camilleri: «Las palabras que dicen la verdad tienen una vibración diferente a todas las demás».

Se acerca mi cumpleaños. A mí me gusta mucho ese día. Los cumpleaños de las personas a las que quiero y de las personas a las que aprecio, conozco, respeto, me parecen días de celebración. De alegría. De unión. Siempre pienso que incluso los que dicen que no les gustan los cumpleaños encuentran en su interior un día especial en el calendario vital de cada uno de nuestros años.

La Luna de Esturión, una luna llena única, nos ha hecho mirar aún más en el interior y en el exterior de lo que sucede. Nos transmite el mensaje de la verdad que sabemos que subyace. Lo importante es darle luz, con valentía. Todos lo saben.