Solucionando problemas

Un problema técnico es, por ejemplo, desarrollar una plataforma petrolífera en el mar del Norte o romperse un brazo o buscar a Bin Laden. Son problemas definidos. Hay expertos que pueden solucionarlos. Es decir, recopilando datos y asignando un tiempo y fondos razonables, probablemente llegarán a solucionarse antes o más tarde. No digo que sean sencillos, sino que debemos dejarlos en manos de expertos ya que el resto no disponemos de conocimiento suficiente.

Sin embargo, los problemas más difíciles de liderar son los adaptativos. En este segundo caso, el problema no está bien definido. Imaginemos un cáncer complejo, de esos sobre los que la ciencia aún conoce poco. Cuando pregunto a mi oncólogo cuánto tiempo de vida me queda, la respuesta será 'no lo sé'. El experto no es capaz de solucionarlo. Pero insisto. Busco una segunda opinión técnica -si hace falta incluso en otro país más desarrollado-. ¿Y qué me responden? Lo mismo pero en inglés.

Lo que está ocurriendo es que estoy tratando de resolver técnicamente un problema adaptativo. No quiero admitir que un experto no puede solucionarlo. A veces, tiempo, dinero y expertos no son suficientes para arreglar un problema. Y por tanto, tenemos que involucrar a todas las partes afectadas. La respuesta correcta en estos casos es 'no lo sé, pero entre todos vamos a encontrar la respuesta'. En el ejemplo del cáncer complejo, todos tenemos que hacer una parte del trabajo para solucionarlo (o al menos avanzar). El oncólogo deberá darme un tratamiento para intentar alargarme la vida. Por otra parte, yo tendré que seguir sus recomendaciones y ordenar las finanzas de mi casa. Mi pareja, planificar los gastos ante una posible disminución de ingresos en casa. Mis hijos, al igual que mis padres, deberán prepararse para un posible duelo… es decir, 'entre todos vamos a encontrar la respuesta'. Ante estos problemas adaptativos, el líder debe reconocer humildemente no tener la solución y al mismo tiempo movilizar a todos con determinación para atacarlo. Pero a los afectados no nos gusta. Preferimos que alguien nos resuelva el problema sin que nos trastoquen nuestro estado de confort.

El covid-19 fue un claro ejemplo. Todos miramos a los médicos, bioquímicos y políticos para que nos solucionasen ese problema. Pero la realidad era que no tenían ni idea de como hacerlo. Era un clarísimo problema adaptativo, donde la respuesta correcta es 'no lo sé, pero entre todos vamos a encontrar la respuesta'. En esas situaciones, usted y yo debemos movilizarnos a pesar de no tener clara la solución -confinarse, uso de protecciones, distancia social... en el caso del covid-19-.

La Humanidad en general y nuestro país en particular se encuentran en tiempos inciertos. Sin embargo, clasificar los problemas de esta manera puede ayudarnos a una primera aproximación. Obviamente, los problemas no siempre son puramente técnicos o adaptativos, pero suelen tener más de uno que de otro. Un ejemplo de un problema principalmente técnico es el del precio de la energía de nuestro país o el de los carburantes. Problemas ambos muy complejos, pero que debemos dejar en manos de los expertos ya que el resto sabemos muy poco sobre la materia.

En el otro lado están problemas como el de la inmigración o la desigualdad de género. Se trata de problemas adaptativos, sólo con expertos no se solucionan. 'Entre todos debemos encontrar la respuesta'. Ambos tipos de problemas deben atacarse de manera diferente tanto por los líderes como por los afectados.

Por un lado, los líderes en ocasiones deben ponerse a la tarea con determinación -pese a quien pese- (problemas técnicos) y en otras situaciones deben escuchar más a sus ciudadanos desde la humildad (desafíos adaptativos). Por otro, los ciudadanos debemos entender que una vez que hemos elegido a nuestros líderes, en ocasione, debemos confiar más en los expertos que ellos designen y dejarles actuar (desafíos técnicos) y en otras situaciones, entender que la búsqueda de soluciones pasa por hacer esfuerzos individuales y adaptarnos a nuevas e incómodas circunstancias. Recuérdelo cuando analice el próximo problema, piense antes si le corresponde confiar en el sistema o adaptarse a una nueva e incomoda circunstancia que exige su implicación.