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Vladímir Illich Uliánov utilizó más de cien pseudónimos y el que prevaleció fue el de Lenin, con el que es conocido. Se conjetura que está relacionado con Lena, el largo río de Siberia donde el dirigente comunista pasó desterrado tres años.
Al acabar 1922, Lenin ... estableció la nueva Unión Soviética y la presidió; hacía cinco años del triunfo de la Revolución rusa y se había expandido a Ucrania, Bielorrusia, Armenia, Georgia y Azerbaiyán. Antes de que pasaran treces meses Lenin falleció; no pudo cumplir los 54 años de edad, pero marcó toda una época.
Cuando se ha cumplido un siglo y medio de su nacimiento, hablemos de él. Para tratar de los personajes históricos sin mitificarlos, pretendiendo saber de ellos desde la veracidad, hay que descargarse del peso de las ideologías. Hay que abordar con frialdad las trayectorias de sus vidas, y esto exige liberarse de pasiones políticas, pues siempre obcecan.
Ortega entendía que la Historia no debe ser «una exposición de momias» y la definió como «un entusiasta ensayo de resurrección». Sin embargo, Lenin fue embalsamado bajo la consigna de Stalin: «Debemos demostrar que Lenin vive». Y la 'Comisión para la Inmortalización' de su memoria, que entonces se formó, fue el modo de convertirlo en una marioneta de los nuevos comisarios políticos. En su espléndida biografía 'Lenin', Victor Sebestyen explica que, al cabo de cuatro meses de intenso trabajo, destacados químicos rusos encontraron una fórmula para conservarlo «que todavía hoy, en el momento de escribir estas líneas, es estrictamente secreta».
Su viuda Nadia quedó excluida de toda decisión sobre los restos de su marido. Trotski convalecía en el Cáucaso de una enfermedad, pero prefirió no asistir a aquellos funerales, en que el féretro de Lenin fue aclamado y adorado cual si fuera un santo; su ausencia fue un grave error que le dejaría excluido de la carrera sucesoria.
Trotski era un año menor que Stalin; los dos son apodos: Trotski era el nombre de uno de los carceleros que él tuvo, Stalin significa 'hecho de acero'. ¿Cuándo y cómo conocieron a Lenin?
En 1902, el ucraniano Trotski (22 años y conocido como la 'Pluma', por el buen estilo literario de sus escritos) llamó a la puerta de la casa londinense de Lenin, sacándolo de la cama. Después de desayunar, pasearon. Antes de un año pasaron a insultarse, Lenin se refirió a él como a un Judas, «ese sinvergüenza», «un cerdo que resuena con frases huecas y estrafalarias», «haciéndose pasar por un izquierdista, pero ayudando a la derecha mientras puede». Una imponente violencia verbal. Trotski, por su parte, se dirigió a Lenin como «maestro de la cizaña», «una persona sin escrúpulos», y dijo que: «El edificio leninista está construido sobre mentiras y falsificaciones y lleva dentro de sí la fuente venenosa de su propia desintegración». Es más: «cuando Lenin habla de dictadura del proletariado (…) se refiere a dictadura sobre el proletariado».
Nunca harían propiamente las paces, pero tras esas invectivas duras e inapelables la lucha por la causa común (o fue contra un enemigo común) los reunió de nuevo trece años después.
Al acabar 1905 se celebró en Finlandia el primer congreso bolchevique, allí se conocieron Lenin y Stalin, que acababa de cumplir 27 años y a quien le decepcionó que Lenin fuera «indistinguible de los mortales normales y corrientes»; en cambio, Lenin habló de él como del «maravilloso georgiano», pero Nadia, su mujer, siempre lo tuvo como un indeseable que jugaba sucio y que les traicionaría. Desde entonces, Stalin no dejó de maquinar con toda clase de malas artes para trepar al poder.
Lenin usaba corbatas raídas, trajes viejos y bien planchados, y siempre llevaba limpios sus zapatos. No quiso hacerse rico ni vivir con estrecheces, sólo quería el poder. Por esto podía mentir sin reparos y recurrir al crimen. Organizado y carente de buen humor, sabía inspirar esperanza y optimismo a machamartillo, siempre seguro de tener razón. Nunca dudaba y creía que el fin justifica los medios, era antiliberal. Era impaciente e irascible. Arremetía contra el hombre más que contra sus ideas. No sentía necesidad de justificar sus acciones, era pragmático y estaba dispuesto a todo, sin escrúpulos. Tenía los nervios a flor de piel y no le costaba llegar a la ira y alcanzar una extrema tensión nerviosa, a ese estado le sucedía el agotamiento, la apatía y la depresión.
Un año antes de morir, Lenin ultimó un testamento, en una posdata pedía buscar un secretario general del Partido «más tolerante, más leal, más cortés y más considerado con los demás camaradas y menos caprichoso» que Stalin. Pero no fue así y la doctrina marxista-leninista quedó usurpada por el estalinismo. Siempre la misma historia: «El que sirve una revolución ara en el mar», como dijo Simón Bolívar un mes antes de morir.
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