Opinión

Hacienda y Confebask ahogan a Osakidetza

No es posible un pacto sin más recursos para la sanidad vasca

Pello Igeregi

Responsable de Negociación Colectiva de ELA

Viernes, 20 de septiembre 2024, 00:05

En la primera semana de este mes sucedieron dos noticias aparentemente inconexas: ELA no acudió a la reunión del Pacto Sanitario y al día siguiente el consejero de Hacienda, Noël D'Anjou, se reunió con Confebask. Dos reuniones en aparencia sin relación que, sin embargo, ... esconden una relación causal.

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La Comunidad Autónoma del País Vasco sufre un déficit fiscal brutal. Las rentas de capital y los beneficios empresariales tributan entre poco y nada en la CAPV, y son las rentas de trabajo las que sustentan los ingresos públicos. Si tuviésemos la misma presión fiscal que en la media de la Unión Europea recaudaríamos al año 7.100 millones de euros más. Eso explica que el déficit presupuestario de la sanidad pública vasca respecto a la europea supere los 2.200 millones de euros. Recordemos que el gasto público en sanidad previsto en la CAPV para 2024 es del 5,13% del PIB, muy por debajo del 8% de la media de la UE e incluso por debajo del Estado español.

Osakidetza sufre un enorme estrangulamiento presupuestario que le provocó disnea respiratoria con anterioridad a 2020, y la pandemia directamente teminó de asfixiarla. Sin embargo, el consejero de Hacienda presentó el 9 de julio las directrices presupuestarias de 2025, que expresamente recogen: «Con carácter general, no se incrementará la plantilla presupuestaria con respecto al total agregado de plazas existentes a 31 de diciembre de 2024». Traducido al lenguaje común: no va a aumentar la plantilla de Osakidetza, ni hay pretensión de reducir el déficit presupuestario que sufre. Por eso ha manifestado el lehendakari que hay que separar la discusión presupuestaria del Pacto Sanitario; porque pretende un pacto que no dote a Osakidetza «con carácter general» de más recursos. Nos sorprende también que la oposición parlamentaria acepte este marco de discusión.

La cicatería presupuestaria ha generado que la mesa sectorial de negociación de Osakidetza, donde estamos todos los sindicatos, esté absolutamente bloqueada. El último año ha habido 14 mesas de negociación, donde la dirección de Osakidetza impone medidas sin siquiera presentarlas en ella. El último ejemplo es lo sucedido con las horas extras del personal facultativo. El 26 de julio Osakidetza anunció que había aprobado una instrucción para fomentar las horas extraordinarias y llamó a la mesa a la siguiente semana para explicar lo que ya había impuesto con el apoyo del Sindicato Médico. En la primera semana de septiembre se convocó una nueva mesa donde Osakidetza volvió a insistir en fomentar dichas horas extraordinarias y se niega a abordar un aumento y estabilización de la plantilla.

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Una plantilla agotada no puede hacer más horas extraordinarias, por bien que las paguen; necesita más medios. Además, aumenta el coste de las horas extraordinarias al tiempo que se reducen los salarios (un 20% de poder adquisitivo en el último decenio). Falta personal y el personal que trabaja es maltratado, sobre todo el 50% de la plantilla que sufre la temporalidad.

Sin más medios no se puede hacer frente a los problemas que sufre Osakidetza. Por ello, ELA no quiere generar confusión ni falsas expectativas en la sociedad. Resulta llamativo que se convoque el Pacto Sanitario sin haber abordado discretamente si existe un marco de discusión común por parte de los diferentes agentes. Difícilmente ELA y el PP -el adalid de la austeridad, las privatizaciones y las rebajas fiscales a los ricos- llegarán a un acuerdo sobre sanidad. ¿Por qué nos convocan a una reunión común a quienes somos antagónicos en nuestras lecturas y soluciones? Porque el objetivo no es un pacto, sino la foto.

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Mientras tanto, las decisiones importantes se toman sin participación social. El consejero de Hacienda se reunió con Confebask, pero no ha tenido a bien invitar al principal sindicato del país. En la reunión, leída la nota de prensa del Gobierno vasco, uno de los puntos tratados fue la futura reforma fiscal y acordaron poner la reforma fiscal al servicio de la competitividad empresarial; es decir, hablaron de limitar los ingresos que permitirán financiar el Pacto Sanitario e, insisto, esa reunión se realizó con la patronal y no se ha invitado a los sindicatos.

ELA está dispuesta a dialogar y acordar. Solo en lo que llevamos de año ELA ha firmado más de 100 convenios colectivos, incluyendo el de las ambulancias privatizadas por Osakidetza. Pero en el caso de la sanidad pública el acuerdo pasa por aumentar plantillas, estabilizarlas, hacer frente a la privatización de Osakidetza y dotarla de un presupuesto que posibilite todo lo anterior.

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ELA se sumaría a dicha mesa si el marco de discusión fuese el descrito, pero el consejero de Hacienda ha dejado claro que no lo es. Los compromisos fiscales con Confebask explican por qué ELA no acudió a la mesa de sanidad convocada por el lehendakari.

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