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Desde una perspectiva genérica, es el cambio lo que caracteriza la estrategia de la izquierda. El cambio hacia la igualdad. El acceso de los diferentes y marginales a las mismas condiciones jurídicas y económicas de todos. El respeto y defensa de los derechos y demandas ... de todas las comunidades, tengan el tamaño que tengan.
El eje vertebrador del voto de izquierdas, es -ha sido- la prioridad de lo común, del protagonismo social compartido. Sin duda el votante de izquierdas, especialmente aquellos provenientes de las clases bajas, está interesado en sus condiciones de vida pero considera que una vida mejor para todos implica una política dirigida a la construcción social de la igualdad. Desarrollo de la igualdad, defensa de lo común, lo que implica opciones políticas comunitarias de todo orden.
Ha sido. Entrando en la evaluación del último proceso electoral, es cuestión de ver cuál ha sido la presencia en los votos de este eje vertebrador de la izquierda. Si consideramos el amplio número de votos logrado por el Partido Socialista, más allá del extenso sector que ha mantenido su identidad partidista -esto es, el mantenimiento de la, de 'su' tradición socialista-, una parte ha provenido de antiguos votantes y más tarde abstencionistas, en algún caso de votos procedentes del PP y también de respaldos del espacio Sumar.
Por supuesto debe añadirse el extendido voto centrado en la estricta respuesta a los agravios, consignas y mensajes que se limitan a insultar y descalificar al adversario político o exaltar triunfos del político en campaña. Campañas cada vez más centradas en estas simplicidades en las cuales es experta la derecha… pero también los socialistas. La demanda -la exigencia- de lo común y de la igualdad en el voto del Partido Socialista ha sido baja aunque, cómo veremos, ha aumentado, ha estado también presente.
Respecto al voto de Sumar, la ideología dirigida a recuperar la defensa y construcción de lo común ha estado notablemente más extendida en sus votos .
En todo caso, lo que debe destacarse es que ha crecido el número de ciudadanos cuya razón prioritaria en el voto ha sido creer -y al tiempo querer- que un Gobierno de izquierdas podía implementar una sociedad, un país basado en la igualdad; podía aplicar la ideología comunitaria. Ello supone una novedad dado que marca una reorientación a la tendencia de creciente crisis de la ideología socialista (en el sentido profundo del término). Hay que recordar en este sentido cómo el declive de esa ideología se ha ido extendiéndose entre trabajadores y en jóvenes. Antes defendiendo propuestos comunitarias. Luego votando a la derecha... y a la extrema derecha. Hoy la novedad es la reincorporación de muchos de ellos a las demandas igualitarias.
Se puede afirmar, o al menos considerar como una seria posibilidad, que comparándolo con elecciones anteriores, ha crecido el número de votantes por la causa citada, tanto en la izquierda radical como también en el Partido Socialista. Si recordamos las campañas del Partido Socialista y de Sumar, no solo en el programa sino también en los debates, movilizaciones, comunicaciones, se ha desarrollado la consigna, el discurso de la necesidad de mantener, extender y profundizar el cambio social. Ha penetrado en nuevos y también antiguos votantes la idea de que apoyar a los partidos de izquierda tiene sentido porque supone un progreso colectivo, desarrollo de la igualdad y respeto a la diferencia. Así aparecen nuevos votantes por la recuperación de una política progresista. Con una cierta ilusión de volver a las antiguas convicciones y exigencias de lograr una sociedad de iguales
Parece probable que este discurso iluminador haya provocado el aumento de las razones de voto descritas pero también conviene recordar que en los últimos tiempos se ha dado un notable crecimiento en cantidad y calidad de diversos, nuevos y aun tradicionales movimientos sociales. De alguna forma la cultura comunitaria proveniente de los movimientos sociales se traslada a las demandas políticas. La práctica en la lucha conformada por lo común, la igualdad, el protagonismo de los relegados, es una forma de ver y estar en la sociedad. Son convicciones y vivencias muy cercanas a su formulación y exigencias políticas, que se incorporan a las mismas.
Destaca el crecimiento político de izquierda sobre todo en la izquierda independentista en Euskadi, entre otras razones por la creciente fortaleza y ampliación de diversos movimientos sociales, con una dimensión muy específica en la sociedad vasca. La tradición y asentamiento en el País Vasco de diversas y múltiples redes sociales, generadoras entre otras cosas de una cultura comunitaria impulsora de la movilización social.
Así parece posible una reorientación política ideológica y al mismo tiempo estratégica de carácter social… socialista. Pues no está mal.
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