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Araíz del Informe PISA 2023, donde España registra en Matemáticas, Ciencias y Comprensión Lectora un resultado significativamente inferior al logrado en 2015, los políticos se han puesto a pensar. Hay que ver qué piel tan fina tienen y qué olvidadizos son, cuando es un estudio ... trienal que se repite desde 2000, y con parecidos resultados. Es un proyecto para evaluar, en 81 países, la formación de los alumnos al terminar la enseñanza obligatoria, hacia los 15 años. Y nuestros políticos acaban de enterarse, se reúnen de urgencia y se comprometen a dar una serie de millones o a reinventarse la Selectividad (o EBAU) por autonomías. ¿Eso es todo? Sin una autocrítica, sin un previo análisis a fondo de lo que está pasando. El dinero no es todo, ni mucho menos, y no se puede avanzar con parches. Educación y salud son los pilares del futuro.
Dejo de lado los resultados en Ciencias y Matemáticas, que no es mi campo, para centrarme en la Comprensión Lectora. El informe nos sitúa por debajo de la media de la UE (475) y de la OCDE (476). España (474) obtiene su peor resultado desde 2006. Los mejores siguen siendo Singapur (543) y Japón (516). Estos datos no son motivados por la pandemia solo sino que es algo que viene de años atrás. Sumemos a este panorama el alto abandono escolar, la repetición de curso, la segregación del alumnado, la diferencia entre las distintas comunidades y la invasión de los móviles en las aulas.
Entre las causas, la más importante es que en España se ha leído poquísimo, en la posguerra ardieron cientos de bibliotecas, hubo una férrea censura durante cuarenta años, el ciudadano medio no leía, en las escuelas no se fomentaba la lectura libre, no había bibliotecas escolares, grandes pueblos donde no había ni una librería, en la mitad de los hogares españoles (hasta 2015) no entraba ni un libro ni un periódico. El ambiente lector en las familias ha sido pobrísimo y en el desarrollo escolar a los padres les preocupa más un suspenso en Matemáticas o Ciencias que en Lengua. En Educación los cambios no se ven en pocos días, y la ejecución de un buen plan educativo es el mejor futuro económico.
Lo primero, señalar que de familias sin ambiente lector, salvo excepción, no surgen hijos lectores. Hay ausencia de buenos planes lectores en los colegios en los que se implique a todos, alumnos y profesores, y a lo largo de todo el periodo escolar, con buena selección de libros y programas donde predomine el gusto lector, trabaje la fantasía, la creatividad. Se requiere una formación del profesorado en un campo en el que no se les preparó con cursos específicos, hace falta que conozcan a Rodari. La Lengua se ha orientado al dominio de estructuras lingüísticas, a lo examinable, cuando hay que enfocarla en el gusto personal para llegar al hábito lector.
Segregación del alumnado. Hay escuelas que se han transformado en algo marginado. Hay que decirlo bien claro, en la mayoría de los colegios privados o concertados (subvencionados) hay mejor dotación escolar y se da una selección del alumnado. La escuela pública, en general, está abandonada y marginada respecto a la privada, con aulas llenas de alumnos con dificultades, con inmigrantes con problemas de adaptación y nivel escolar, alumnos con discapacidades, inferioridad de instalaciones.
Sí, con frecuencia se han quedado en verdaderos guetos en comparación con otros colegios. No podemos avanzar con una enseñanza privada bien dotada y seleccionada y una pública de segunda categoría. Hay que integrar a todos, lo que no se ha hecho. Y en este campo puedo hablar desde una larga y contrastada experiencia.
La escuela es el reflejo del ambiente social. En las cadenas de televisión se repiten hasta la saciedad recetarios de cocina (hasta para niños), programas de estulticia donde se ensalza a necios que luego vivirán de ese famoseo, el fútbol transformado en auténtica religión. ¿Dónde está la cultura? ¿Dónde unas presentaciones donde se entreviste a gente a la que merezca la pena escuchar? Se recoge lo que se siembra.
Desde 1970 hemos sufrido siete leyes educativas, ¡siete!, con remiendos y ocurrencias. Es imprescindible un programa nacional de Educación a largo plazo, elaborado por profesores con currículos contrastados y lejos de los político. Añadamos una buena formación para el profesorado en la didáctica de lengua y literatura, entendiéndolas como gozo y creación para generar el hábito lector-escritor desde pequeñitos.
Y finalmente, un buen plan lector en cada colegio a lo largo de todos los cursos y en el que estén implicados alumnos, padres y profesores. Un centro, con su biblioteca, en el que se haya instalado el ambiente de una lectura libre y gozosa desde los primeros años y se haya creado el hábito lector personal es la mejor garantía para una buena formación integral y con buenos resultados en todas las demás materias.
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