![Escritores de segunda, leídos de primera](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/04/21/opi-zapata-lerga-kOG-U2102152791795bPG-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Qué pocos programas dedican las televisiones a los escritores de literatura infantil y juvenil. Como si por denominarse 'infantil' fueran de segunda categoría. Son unos completos desconocidos para el gran público, cuando son y han sido cruciales en la formación de generaciones lectoras.
No nos ... hicimos lectores quinceañeros con 'El Quijote', 'La Celestina', 'El Lazarillo', Quevedo, Calderón, Baroja, 'Clarín', James Joyce o Marcel Proust. Incluso muchos, por haberlos leído prematuramente, y obligados, los han odiado para siempre. Hay que tener un principio sagrado en este campo: cada edad tiene su lectura, no saltar las constantes psicológicas de cada momento evolutivo. La mayoría nos iniciamos leyendo novelas juveniles donde encontrabas satisfacción, misterio, acción, aventura, terror, suspense, exotismo. La mayoría de estas obras no fueron escritas para jóvenes, pero son libros a los que 'se acercan' con agrado los jóvenes.
Me gustaría resaltar algunos de los clásicos. Quién no recuerda las aventuras de Julio Verne: '20.000 leguas de viaje submarino', 'Miguel Strogoff', 'La isla misteriosa', 'La vuelta al mundo en 80 días (tiene 62 obras). Emilio Salgari: 'Sandokán', 'El corsario negro', 'Los tigres de Malasia'. Jack London: 'La llamada de lo salvaje', 'Colmillo blanco'. Mark Twain: 'Aventuras de Tom Sawyer', 'Príncipe y mendigo'; R. Louis Stevenson: 'La isla del tesoro', 'La flecha negra'. E. Alan Poe: 'El escarabajo de oro', 'Cuentos'. D. Defoe: 'Robinson Crusoe'. Y una larga lista de autores que abrieron nuestras mentes cuando leer era un placer fuera de lo académico, descubrir el mundo, y nos prepararon para una posterior lectura más profunda.
Uno no es escritor para adultos o escritor para jóvenes. Se es escritor, sin más adjetivos. Otra cosa es el campo en el que cada uno se desenvuelve mejor, se especializa. Un mal escritor 'de adultos' nunca escribirá una buena obra juvenil. Si uno hace una buena obra infantil-juvenil es porque es buen escritor. Ya querrían muchos premios Nobel haber escrito algunas de las obras juveniles de Michael Ende ('Momo', 'La historia interminable'), Reiner Zimnix ('Los tambores') o Avelino Hernández ('Silvestrito', 'Una vez había un pueblo').
Ciertos escritores famosos actuales tienen celos porque estos 'de segunda categoría' venden mucho más que ellos, tienen títulos con más de cuarenta reediciones y se han paseado por cientos de colegios haciendo librofórum, invitando a la lectura gozosa. El público joven no entiende de cánones, es sincero, le gusta o no. Y si se reeditan es porque valen, porque sus obras tienen aceptación.
Tenemos hoy en España escritores del más alto nivel. Como pueden saltar los celos -y más si a la mayoría los conozco personalmente-, y no se puede nombrar a todos, solo citaré a los más importantes, no por su calidad, que eso es muy personal, sino por la trayectoria desarrollando esta labor. Los que voy a nombrar están la mayoría entre los 60-75 años, es decir, llevan cuarenta años pateando escuelas e institutos animando a la lectura. Algunos han vendido millones de ejemplares, y en distintos idiomas. Pero parece que no se les quiere dejar jugar en primera división, cuando cualquier cantamañanas que sale en televisión y ha escrito su primer libro es reconocido y entrevistado. De los demás, silencio.
Algunos son clásicos, como los desaparecidos Juan Muñoz Martín ('Fray Perico', 'El pirata Garrapata') y Juan Farias (decenas de títulos). Tenemos a los más veteranos, galardonados con los premios más prestigiosos, como Jordi Sierra i Fabra, Joan Manuel Gisbert, Alfredo Gómez Cerdá, Ricardo Alcántara, Fernando Lalana, Patxi Zubizarreta, Elia Barceló, Laura Gallego, César Mallorquín... Podría citar a decenas de extraordinarios escritores,no caben todos en un breve artículo.
Y qué decir de las obras que han revolucionado el panorama lector como Harry Potter (J. K. Rowling), 'El hobbit', 'El señor de los anillos' (Tolkien), 'Rebeldes' (Hinton), 'El guardián entre el centeno' (Salinger), 'La perla' (Steinbeck), 'El señor de las moscas' (Golding), 'El mago de Oz' (Frank Baum)…y me dejo muchos más.
Cuando murió Christine Nöstlinger (1936-2018), la prensa apenas le dedicó unas líneas, cuando esta mujer había lanzado a leer a millones de jóvenes. Pero parece que no es prestigioso escribir para niños y jóvenes, cuando es de máxima importancia ya que es iniciar, poner el germen de ese mundo. Y lo mismo podríamos decir de Astrid Lindgren ( 'Pipi Calzaslargas'), María Gripe ('Los escarabajos vuelan al atardecer'), Roald Dahl, Gianni Rodari, Montserrat del Amo, Lucía Baquedano...
Es vergonzoso, y vergonzante, que un gol llene periódicos durante días con los más sesudos comentarios y estos escritores, que han tenido encuentros con miles de estudiantes animando a la aventura de leer, pasen desconocidos. Eso mide la categoría de los pueblos. En Irán levantan mausoleos a sus poetas.
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