Todas las sociedades de nuestro entorno, incluida la vasca, se enfrentan al reto demográfico que supone su envejecimiento y la consecuente disminución del número de personas trabajadoras que contribuyen al sostenimiento del sistema público de pensiones. Un reto que los sistemas complementarios de pensiones pueden ... contribuir a solucionar.
El incremento directo en la edad de jubilación, que suscita un claro rechazo por parte de la población, ya es un hecho en España, Alemania, Francia, Noruega y Dinamarca. Calcular la pensión bajo fórmulas menos favorables (salario medio de la vida laboral, aumento del número de años cotizados para el cálculo de la pensión...) e incrementar la flexibilidad de la jubilación conllevará que aquellos que tengan una pensión insuficiente deberán trabajar más años y retirarse más tarde.
Lo cierto es que desde hace unos años ya no se discute de instrumentos, sino de cómo llegar a los objetivos. Para el Gobierno vasco es incuestionable que el sistema público de Seguridad Social, en su modalidad de reparto y basado en la solidaridad intergeneracional, debe seguir siendo la pieza básica del entramado de protección social y el pilar fundamental desde el que garantizar las pensiones. Sin embargo, pensamos que siempre se puede hacer algo más.
Por ello, apostamos por la necesidad de potenciar los sistemas colectivos o de empleo, una vía que está totalmente en línea no solo con las directrices que emanan de la Unión Europea, sino también con lo recogido expresamente por el Pacto de Toledo. En este contexto, no hay que olvidar que las administraciones vascas pueden actuar especialmente sobre la previsión complementaria ya que es el área donde tienen competencias normativas, fiscales y de apoyo administrativo y económico. Además, su desarrollo depende de la ciudadanía y agentes sociales de Euskadi.
Uno de los colectivos en los que se ha detectado un déficit de adhesión a la previsión social complementaria es el de las personas trabajadoras por cuenta propia o autónomas. Un sector que en Euskadi incluye aproximadamente a 160.000 personas. Las cotizaciones a la Seguridad Social de este colectivo han sido históricamente, de media, bajas, y en consecuencia las pensiones que reciben son ostensiblemente inferiores (1.150,94 euros de media) a las que perciben las personas trabajadoras por cuenta ajena (2.003,77 euros).
De estos datos se concluye con claridad que las personas trabajadoras autónomas de Euskadi deben contar con instrumentos adecuados de previsión social promovidos desde una perspectiva conocedora del sector y que puedan aglutinar de manera independiente al amplio crisol de realidades que constituye este colectivo. Para suplir esa carencia, el Departamento de Hacienda y Finanzas firmó en diciembre de 2023 un convenio con las tres Cámaras de Comercio de Euskadi para implantar un sistema de previsión social complementario.
En este ámbito de colaboración, las Cámaras han realizado a lo largo de este 2024 un proceso para seleccionar las entidades que se encargarán de gestionar estos planes (Bankoa Abanca, VidaCaixa, Caja Laboral Kutxa, Kutxabank, Mapfre, BBVA). Un recorrido que nos permite ahora, un año después, hablar ya de la puesta en marcha de estos nuevos instrumentos de previsión social.
El objetivo último es el de asegurar una previsión social complementaria para este colectivo que sea eficiente, ajustada en gastos de gestión, con incorporaciones tempranas de las personas trabajadoras, con aportaciones regulares y suficientes y con incentivos fiscales si el cobro de las prestaciones se produce de un modo complementario a la pensión de la Seguridad Social. Así, una contribución de un 6% del salario en una carrera de aportaciones durante la vida laboral de una persona autónoma podrá suponer en torno al 20% de la pensión que se obtenga del sistema público en el momento de la jubilación.
En estos momentos, el Departamento de Hacienda y Finanzas se encuentra trabajando junto a las Haciendas forales para dar cobertura específica al colectivo de personas trabajadoras autónomas. Para ello, la revisión fiscal del sistema tributario, actualmente en fase de información pública, permitirá una visibilización específica para este colectivo cuando opte por sistemas complementarios de la modalidad de empleo preferentes. El valor añadido de estos planes es que las personas autónomas cuentan con un escenario más atractivo que el que tenían a la hora de acogerse, voluntariamente, a una opción preexistente. El tiempo dirá si el marco diseñado, con los estímulos propuestos actualmente y otros próximos en llegar, es o no suficiente.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.