La calle no es el lugar

En Euskadi, los recuentos bienales que realizamos el Gobierno vasco, algunos ayuntamientos y la iniciativa social revelan igualmente un aumento y el peso de los flujos migratorios, de modo que no cabe comparar la situación de décadas anteriores con la actual. Confirman también que las personas sin hogar se concentran en los núcleos de población más grandes de su área de referencia en busca de oportunidades; y que el género, el origen o la edad constituyen factores de discriminación, también en su caso, configurando una desigualdad social que crece en un contexto de aumento generalizado del bienestar.

La Estrategia Vasca contra la Exclusión Residencial Grave 2024-2028 profundiza en este diagnóstico y, en coherencia, establece actuaciones multifactoriales y más de 30 proyectos tractores para afrontar la exclusión residencial grave y el sinhogarismo como su expresión más extrema. Programas como Erdu, de atención a personas con adicciones, que asistió el año pasado a 300 personas, la mayoría sin hogar, forman parte de esta estrategia.

En este contexto, el Ayuntamiento de Bilbao ha solicitado estos días la colaboración del resto de instituciones para responder a las necesidades crecientes. No es la primera vez. Durante la pandemia, el Gobierno vasco y diversos ayuntamientos pusieron en marcha recursos de acogida para quienes se encontraban en situación de calle al declararse el confinamiento; y, una vez finalizado, nadie volvió a la calle. Los servicios sociales municipales y forales asumieron la atención de las personas en exclusión, mientras que el Gobierno vasco ubicó la asistencia a las personas jóvenes en las políticas de Juventud y, en su caso, de Migración.

La puesta en marcha del programa Trapezistak, en colaboración con 26 entidades del tercer sector social, se encuadra en este paso favorecido por la aprobación con amplio consenso de la Ley de Juventud en 2022, así como por la Estrategia Euskarri para la inclusión sociolaboral de menores y jóvenes en situación de vulnerabilidad, de carácter interinstitucional.

Trapezistak se extendió de Bilbao a otras capitales y municipios, para propiciar la inserción social y laboral, alcanzando ya a más de 600 jóvenes, más de la mitad residentes en Bilbao. Como otros programas forales y municipales, responde a la filosofía 'Housing First' (la vivienda primero) o 'Housing Led' (acceso a la vivienda), que ha demostrado que el acceso al alojamiento con apoyos es una inversión que permite a las personas sin hogar mejorar su calidad de vida y avanzar en su inserción social, con pasos acelerados en el caso de la juventud.

La vivienda, como la garantía de ingresos, cuya ley se ha modificado para facilitar el abordaje de situaciones de singular vulnerabilidad, es un derecho en Euskadi. Y asegurar su ejercicio, de modos diversos, por quienes sufren situaciones de exclusión residencial grave es siempre clave. Además, en ocasiones, es preciso el concurso de los servicios sociales, articulando mejor la atención foral y municipal y desconcentrando la atención en el territorio, como ya apunta el II Plan Estratégico de Servicios Sociales 2023-2026.

La experiencia avala que la desconcentración facilita la inclusión social y laboral. Es fundamental, por tanto, que otros municipios -como han hecho Barakaldo, Getxo o Irun- desarrollen recursos para la atención de las personas en situación de exclusión residencial grave. Recursos que tienen la obligación por ley de desarrollar, y cuyo puesta en marcha implicaría, como en Bilbao, que más personas demanden atención, claro está.

Garantía de ingresos, alternativas de alojamiento con apoyos sociales para la inclusión, personalizados y desconcentrados conforme al modelo comunitario y el enfoque de desinstitucionalización, así como acceso a la salud, la formación y el empleo, la seguridad, el ocio, la participación social y las relaciones comunitarias constituyen objetivos de la Estrategia vasca contra la exclusión residencial grave, que también es vinculante.

Compromisos, por tanto, de todas las instituciones y la sociedad vasca con la erradicación del sinhogarismo y el ejercicio efectivo de los derechos por las personas sin hogar. Compromisos alineados con el principio 19 del Pilar Europeo de Derechos Sociales, la Declaración de la Plataforma Europea para combatir el Sinhogarismo y la Carta de Derechos de las Personas sin Hogar.

Ante la aporofobia y el 'no en mi calle' ('not in my backyard'), reafirmamos el compromiso de las instituciones y la sociedad vasca con la inclusión. Nunca, nadie, en la calle.