![Las lecciones de Polonia](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/11/02/opi-diaz-kwSE-U210595191868rVH-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Cualquiera que me conozca sabe que Polonia es uno de mis países favoritos. Estuve en varias ocasiones desde que, a los 25 años, fui por primera vez y me di cuenta de lo poco que sabía de este país. En realidad, creo que todos sabemos ... muy poco de Polonia antes de ir. Las generaciones actuales del resto de Europa no sé si acertarían a decir quién era Lech Walesa (el cual tuvo sus luces y sombras) o que Szymborska ganó el Nobel de Literatura, que el compositor Chopin nació allí o que Kapuściński sigue siendo uno de los mejores reporteros de guerra del mundo.
Menos se suele conocer sobre lo que acontece en la política interna del país.
El caso es que Polonia celebró elecciones el 15 de octubre con un resultado inesperado tras ocho años de Gobierno del partido Ley y Justicia (PiS son sus siglas en polaco), que ha tenido sonados enfrentamientos con la Unión Europea, además de los propios con diversos partidos y organizaciones dentro del país.
Los partidos que lideraban la oposición lograron, pese a las encuestas, mayoría parlamentaria. Se trata de Coalición Cívica, que encabezaba Donald Tusk, con 157 escaños; la Tercera Vía, con 65, y Nowa Lewica, 26, lo que suma 248 diputados que pretenden gobernar juntos.
La inflación, diferentes escándalos, una mala campaña de comunicación, la política de propaganda, una huelga de medios independientes y la política migratoria son algunos de los temas que posiblemente hayan provocado el descenso de votos que hagan perder el poder al actual partido en el Gobierno.
El récord del 74% de electores que fueron a votar sobrepasa al 63% de las elecciones de 1989.
Hablamos de una mala campaña de comunicación (y sobre todo de propaganda) porque, entre otras cuestiones, dedicaron parte del tiempo a hablar de Donald Tusk, a desacreditarlo e indicar que no era más que un aliado de Alemania, y más aún de Bruselas. Tusk es uno de los llamados 'liberales de Gdansk', se ha ganado el reconocimiento de ser un político de estilo sosegado y puede ser quien lleve las riendas del país los próximos años.
Además, la política reaccionaria del Gobierno, con unos mensajes confusos, hablando más de la oposición que de las propias medidas, han sido fundamentales para la caída de votos de Ley y Justicia. Da la impresión de que toda la estrategia de comunicación se ha realizado al revés, y no hay método más importante para ganar unas elecciones que saber lanzar los mensajes oportunos en el momento exacto. Esto, sumado a la política de tinte autoritario que ha impregnado los últimos años en este país, ha tenido como consecuencia que los polacos hayan decidido salir a votar y castigar al partido gobernante.
Decía Czeslaw Milosz en 'La otra Europa': «Se comprende mal desde el exterior la intensidad de los odios nacionales en la Europa del Este. Cuanto más tardíamente se despertó el nacionalismo, tanto más intentó afianzarse con pasión en los tiempos semilegendarios». Escribe Maciej Stasiński, jefe de Internacional en 'Gazeta Wyborcza', en su artículo 'El nuevo amanecer de una Polonia europea y democrática', que «Ley y Justicia, en su deriva nacionalista, pretendía llevar al país a un 'Polexit'». Solo nos resta ver cómo quedan las cosas dentro de unos días.
Las vicisitudes que ha pasado Polonia a lo largo de la historia deberían estudiarse en todas partes. Hay un libro que recomiendo, 'En busca del significado perdido' (Acantilado) de Adam Michnik, del que Václav Havel indica que «continúa siendo el más perspicaz, astuto y profundo comentarista de nuestra vida diaria», y que «muchos en Occidente entenderán mejor qué pasó y qué está pasando hoy en nuestra parte del mundo».
Leer la Historia de Polonia es naufragar entre varios mares, es estar en un sitio y al día siguiente pertenecer a otro, es pasar a ser reconocida por el Tratado de Versalles a después verse dividida por el Pacto Ribbentrop-Mólotov entre Alemania y Rusia.
Las elecciones en Polonia nos han enseñado dos cosas: que la partida de la Unión Europea también se está jugando en países de la Europa del Este y que la posible alianza de Gobierno traerá seguramente tensiones internas, pues resulta una amalgama llamativa, algo que estamos viendo en Alemania. Para los que seguimos la política internacional, es cuestión de ver los movimientos que se producen en la Unión Europea y cómo se conformarán las nuevas relaciones de ésta con Polonia después del enfrentamiento mutuo de los últimos años.
Pero más allá de las elecciones, quedémonos con la poesía, porque Polonia me hizo descubrir su poesía, y la poesía siempre nos enseña algunas cosas. Adam Zagajewski, durante la entrega de los Premios Princesa de Asturias, dijo: «No podemos olvidarnos del sufrimiento de la gente y de los animales, del mal, que es mucho más tenaz y astuto que los sueños que perseguimos».
Que así sea, no nos olvidemos del sufrimiento de la gente.
@nataliafhn
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