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Póngase en situación e imagine que no tiene derecho a la contratación de un seguro de vida o a la solicitud de una hipoteca, o que tiene que facilitar sus datos médicos a una entidad bancaria, siendo estos datos de especial protección. Imagine que usted ha tenido cáncer y que está libre de enfermedad después de cinco años. Imagine que a su alrededor hay personas que llevan unos hábitos de vida a todas luces poco saludables y a las que sí conceden cualquier tipo de seguro, pero ellos no han tenido cáncer.

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Imagine que a usted le estigmatizan y tiene que ceder sus datos médicos privados cuando no existe un interés público o cualquiera de los supuestos que se encuentran recogidos en la normativa sobre protección de datos. El derecho al olvido oncológico implica que no se tenga en cuenta que un paciente ha tenido cáncer si ha transcurrido un tiempo que la Ciencia entiende a fecha actual la barrera para considerarse que se está «libre de enfermedad».

Por eso, las sociedades médicas oncológicas (ESMO, SEOM) indican que el derecho al olvido oncológico debe ser factible a partir de los cinco años, y no los diez que se consideran por el Parlamento europeo. Se estableció que para 2025 todos los Estados miembros reconocieran el derecho al olvido a todos los pacientes europeos, teniendo presente como criterio temporal diez años después del final del tratamiento y cinco años después para los pacientes diagnosticados antes de los 18 años.

En España se aprobó el real decreto-ley sobre el impacto de la guerra y otras situaciones de vulnerabilidad en junio del año pasado, dando cumplimiento a lo establecido en la resolución del Parlamento europeo, de 16 de febrero de 2022, sobre el refuerzo de Europa en la lucha contra el cáncer y se han modificado leyes como el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y la Ley de Contrato de Seguro: «El tomador de un seguro sobre la vida no está obligado a declarar si él o el asegurado han padecido cáncer una vez hayan transcurridos cinco años desde la finalización del tratamiento radical sin recaída posterior. Una vez transcurrido el plazo señalado, el asegurador no podrá considerar la existencia de antecedentes oncológicos a efectos de la contratación del seguro, quedando prohibida toda discriminación o restricción a la contratación por este motivo.»

Después de padecer un cáncer (no «una larga enfermedad», el eufemismo que oímos y leemos en los medios de comunicación y que tanto daño hace a los pacientes con cáncer), una persona se puede curar. Las estadísticas mejoran lentamente, pero el dato es que un porcentaje medio alto (dependiendo del cáncer) se cura (está «libre de enfermedad» durante muchos años o para siempre).

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Pero ya sabemos que hablar de cáncer ha sido durante años un tema tabú; se llega a calificarlo como 'el bicho', 'lo que tengo', 'un tumor maligno' o cuando los demás te dicen 'lo tuyo'. ¿Lo mío? Para un paciente que ha tenido cáncer resulta tremendamente ofensivo que aludan al mismo como 'lo tuyo' o 'cómo vas con lo tuyo'. 'Lo mío' se llama cáncer, y el cáncer muchas veces se cura.

El cáncer produce miedo, mucho, porque durante muchos años ha ido asociado a muerte, a dolor. Pero por no nombrarlo no va a desaparecer del mundo a día de hoy. Esperamos que en el futuro se consiga que sea una enfermedad crónica cuando no pueda curarse, pero se llama cáncer.

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Y los pacientes que tienen cáncer quieren poder hablar de curación, miedo, tristeza, quimioterapia, remisión; o de que directamente el cáncer es espantoso (muchos medios tienden a dulcificar o romantizar el cáncer y poner en otra órbita a los pacientes).

Se puede hablar de cáncer y se debe hablar. Se debe tener en cuenta que existe el derecho al olvido oncológico. Después del cáncer (durísimo padecerlo), una persona tiene derecho a no ser discriminada a la hora de solicitar un seguro de vida o pedir un préstamo, tiene derecho a la privacidad, tiene derecho a seguir con su vida, con o sin pelo, con o sin secuelas.

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El derecho al olvido oncológico es uno de los avances más relevantes en los derechos de las personas. En este tiempo de los datos, de la Inteligencia Artificial, de la información, también hay derecho al olvido (en las redes sociales, a no salir en internet), por lo que nadie debería usar los datos de los pacientes en beneficio económico.

Nunca, y con más motivo en temas sobre salud. El cáncer es terrible.

Pero es precioso volver a la vida.

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